El incremento de las carreteras y el tráfico, suponen serias amenazas para la biodiversidad de los parques naturales, según un estudio de la Estación Biológica de Doñana EBD, centro dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. El estudio también señala el uso de vehículos en estas áreas protegidas como otro efecto a tener en cuenta, ya que modifica los patrones de acceso a los recursos en las aves carroñeras estudiadas.
El análisis se realizó en el Parque Natural de las Bardenas Reales, Navarra. Dispusieron 130 cadáveres situados a distintas distancias de una carretera del espacio protegido. La densidad de vehículos fue medida gracias a los contadores de tráfico, mientras que la asistencia de los carroñeros fue registrada mediante cámaras ocultas. Las especies más observadas fueron el buitre leonado (Gyps fulvus), con un 59,4%, y el alimoche (Neophron percnopterus), con un 37,7%. Además, se registraron otras cinco especies de aves.
La principal conclusión de la EBD-CSIC es que las carreteras y el tráfico pueden desencadenar consecuencias en la estructura y el funcionamiento de las redes tróficas. El número de especies y la probabilidad de consumo se reducen conforme más cerca se ubicaba el cadáver a la carretera y mayor densidad de tráfico había. En concreto, los patrones del buitre leonado demuestran que evitan los niveles máximos de tráfico. No obstante, el mismo estudio señala que no sería apropiado establecer generalizaciones para todas las especies de carroñeros.
“Que las carreteras producían afecciones negativas al medio ambiente era algo ya conocido pero este estudio resulta novedoso porque demuestra que también la intensidad de tráfico rodado determina afecciones a procesos ecológicos complejos como es el consumo compartido de un recurso trófico por un gremio de aves. Confiamos en que estos resultados sirvan para apoyar la regulación de la afluencia de visitantes en áreas protegidas, algo que resulta fundamental en un momento de auge del ecoturismo en todo el mundo”, afirma José Antonio Donázar, investigador principal del estudio. Ainara Cortés, coautora del estudio e investigadora también de la Estación Biológica de Doñana, afirma asimismo que “el tráfico provoca que las poblaciones se aíslen y estas especies necesitan corredores que conecten áreas de dispersión”.
Los efectos del tráfico también tienen que ver con el ecoturismo y las visitas a los parques naturales, que se están consolidando como posibilidades recreativas. Para satisfacer estas alternativas, las carreteras y caminos se ramifican y construyen dentro de las propias áreas protegidas. Entre sus consecuencias están la fragmentación, el aislamiento de las poblaciones y la polución y ruido, que se convierten en una amenaza para las especies. Desde la EBD-CSIC reclaman una mayor responsabilidad a la hora de regular esta necesidad de transporte en el futuro, de tal modo que converjan con la conservación de la vida silvestre. De esta forma, se preservarían los procesos ecológicos y se mantendría una buena difusión de los valores naturales.