Un equipo de la Universidad de Málaga asesora a la Junta de Andalucía en la instalación de equipos de refrigeración por absorción en centros educativos, con los que se consigue ahorrar hasta un 95% de la energía.
El pasado mes de junio fue uno de los más cálidos desde que se tienen registros. Una fuerte ola de calor elevó la temperatura por encima de los 40 grados en muchas poblaciones del Sureste del país, y puso de relieve una realidad: los centros educativos no están preparados para soportar ese calor tan tremendo.
La nueva realidad climática que se está instalando en esta región peninsular está poniendo en cuestión nuestro bienestar y lleva al límite infraestructuras que eran válidas hasta hace tan solo unos años, pero que ahora necesitan adaptarse a esta nueva realidad.
Adaptar los edificios a la nueva realidad climática
Los colegios andaluces se convirtieron en uno de los mayores ejemplos de las infraestructuras que necesitan transformarse, para hacer frente a estas nuevas condiciones que están llegando y que se radicalizarán en unos años, si se cumple lo que dicen los modelos de cambio climático.
Padres, madres y responsables de centros escolares de Andalucía pusieron de manifiesto la situación de estos espacios y su falta de adaptación climática y energética. La Junta de Andalucía atendió a estas reclamaciones y puso en marcha un plan de choque para el acondicionamiento de aulas, dotado con un presupuesto de 2,5 millones de euros.
Mejora de climatización en centros de toda Andalucía
Esta actuación se ha desarrollado durante la época estival y ha consistido en 51 actuaciones para la mejora de la climatización, que son el paso previo para la aplicación del Plan de Climatización Sostenible y Rehabilitación Energética.
Detrás de estas actuaciones está un equipo de investigadores del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Málaga y que también se encargan de coordinar el Máster en Domótica que oferta el campus malagueño. Con Francisco Guzmán al frente, estos investigadores son asesores de la Agencia Andaluza de la Energía, con la que colaboran en la mejora de la eficiencia energética de los edificios de la Junta de Andalucía.
Estos investigadores de la Universidad de Málaga son una referencia en el ámbito de la domótica y la automatización de procesos en edificios. Su trayectoria y el dominio de este campo les ha llevado a elaborar “los patrones que deben cumplir los edificios para optimizar su consumo energético”, explica Francisco Guzmán.
Nuevas políticas en colaboración con la Agencia Andaluza de la Energía
Concretamente, en el caso de los centros escolares, este grupo de la Universidad de Málaga ha ayudado a establecer las nuevas políticas que aplicará la Consejería de Educación, en colaboración con la Agencia Andaluza de la Energía, para reducir el consumo eléctrico en estas instalaciones. Al mismo tiempo, han colaborado en la instalación de un sistema de climatización innovador y ecológico, con el que se puedan combatir las altas temperaturas y el adelanto del verano, cuyos rigores ya comienzan a sentirse desde el mes de mayo en los últimos años.
Evolución de los sistemas de refrigeración evaporativa
“El sistema planteado consiste en una evolución del concepto de climatización evaporativa. Esta técnica nació en 1859, cuando Ferdinand Carré consiguió fabricar hielo con la primera máquina de absorción de ciclo amoniaco-agua”, explica Francisco Guzmán.
Este sistema, conocido como refrigeración por absorción aprovecha que las sustancias absorben calor al cambiar de estado, de líquido a gaseoso, al igual que ocurre en el sistema de refrigeración por compresión.
Frío durante la evaporación de agua
La diferencia, aclara este investigador de la Universidad de Málaga, consiste en que en “el sistema de compresión el ciclo se hace mediante un compresor, mientras que en la absorción, el ciclo se basa físicamente en la capacidad que tienen algunas sustancias, como el bromuro de litio, de absorber otra sustancia, tal como el agua, en fase de vapor”.
El frío se produce durante la evaporación del agua, ya que “el aire experimenta una pérdida de energía, y por lo tanto también pierde temperatura”.
Esta tecnología es muy poco conocida en nuestro país, a pesar de que cuenta con una trayectoria importante en países como Estados Unidos, Australia y en zonas de Oriente Medio, donde estos sistemas de climatización están bastante extendidos.
Aire frío y mejora del ambiente
“Los climatizadores evaporativos no solo son ideales para refrigerar cualquier espacio, ya sea residencial, comercial o industrial. Sino que también mejoran la calidad del ambiente debido a la constante recirculación del aire, y el óptimo nivel de humedad relativa, haciendo que el entorno sea más limpio fresco y saludable”, recalca Francisco Guzmán.
Este sistema recoge el aire del exterior, lo humedece y este aire húmedo y fresco circula por el edificio y vuelve a salir gracias a la corriente de aire. De esta manera se consigue que se renueve constantemente el ambiente, para que se más saludable y limpio.
Disminución “radical” del consumo eléctrico
Aunque la gran ventaja que presenta la refrigeración por absorción radica en la “disminución radical del consumo eléctrico”. El ahorro energético en climatización podría alcanzar hasta el 95 por ciento, y permite renovar, enfriar y climatizar al mismo tiempo.
La apuesta por este sistema frente al aire acondicionado en centros educativos evita el que tengan que contratar mayor potencia eléctrica para hacer frente al consumo de los equipos de refrigeración. Es cierto que la absorción requiere de un consumo de agua relativamente elevado, que puede llegar a los 30 litros hora por aparato. Para solventar este escollo, los investigadores de la Universidad de Málaga han previsto la reutilización del agua procedente de los desagües de los lavabos de los baños de los centros docentes, tras su oportuna decantación.
Aire de la fachada norte o sur
“Además, la filosofía utilizada en esta ocasión, permite optimizar el sistema al conducirse la entrada de aire exterior desde la fachada norte o la sur (en función de que se desee tener aire más frío o más caliente) e, incluso, poder calefactar el aire entrante al proporcionar al sistema agua caliente mediante energía solar”, añade Francisco Guzmán.
Este equipamiento se completa con un sistema de control automático, que bien puede ser gestionado a distancia e incorporarse al sistema domótico del edificio o accionarse a distancia por los servicios operativos de la propia Junta de Andalucía.
Sin riesgo de legionela
La refrigeración por absorción conlleva una ventaja más sobre los sistemas tradicionales de aire acondicionado. Como se basa el enfriamiento se realiza por contacto y no mediante la generación de aerosoles, no hay peligro de que se genere un foco de legionela y, por tanto, no es necesario un mantenimiento de los equipos contra esta bacteria.
“El clima existente en nuestro país es idóneo para la implantación de este tipo de tecnologías ya que a más calor mayor eficiencia del mismo. Así mismo hemos considerado que, dado que mejora igualmente su eficiencia con las ventanas o puertas abiertas, se convierte en el sistema más apropiado para la climatización de las mismas”, argumenta este investigador de la Universidad de Málaga.
El frío por absorción o también conocido como frío solar se plantea como una alternativa viable para este tipo de centros. Y aunque el coste de los equipos es más elevado que el de los convencionales, los beneficios tanto para la salud de los usuarios de los centros educativos y la reducción del consumo justifican ese gasto extra.