Hasta ahora se pensaba que la contaminación por metales pesados de la zona del Ensanche, en Cartagena, se debía a la actividad minera de los romanos. Sin embargo, un estudio recién publicado ha demostrado que la contaminación por metales pesados comenzó hace 4.500 años, un milenio y medio antes de que se asentara la civilización romana en la Península Ibérica.
Ésta es una de las conclusiones a las que han llegado un equipo de investigadores de las universidades de Murcia, Politécnica de Cartagena y Politécnica de Madrid y el Museo Arqueológico de Cartagena, con un estudio financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología.
Contaminación por metales pesados preromana
El proyecto, denominado Carthago-Nova. Topografía y Urbanística de una urbe mediterránea privilegiada, dirigido por el doctor Sebastián Ramallo Asensio de la Universidad de Murcia, descubre, entre otras muchas cuestiones, que el origen de la contaminación por metales pesados en el entorno de Cartagena se remonta a hace 4.500 años, un resultado que contrasta con la creencia existente hasta ahora, que exponía que el origen de este tipo de contaminación coincidía con la fundación de la ciudad portuaria hace unos 3.000 años.
“Hemos comprobado que la contaminación por metales pesados es mucho más antigua de lo que se creía. Hasta ahora pensábamos que tuvo un auge con la actividad minera de los romanos, pero no, el origen es muy anterior“, asegura el profesor Ignacio Manteca.
La laguna se formó hace 8.400 años
Durante más de un año los investigadores han estudiado el entorno del Ensanche-Almarjal, una laguna que durante siglos ocupó la zona al norte del casco antiguo. En este sentido, y mediante la técnica del Carbono 14, han establecido que la antigua laguna El Almarjal se formó hace unos 8.400 años. “Los sedimentos de esta laguna, que hemos reconocido mediante sondeos, son como un gran archivo donde han quedado registradas los cambios de las condiciones medioambientales de la zona a lo largo de miles de años”.
Según este investigador, los contenidos de metales varían con la edad de los sedimentos. Con anterioridad a los 4.500 años los sedimentos de la laguna tienen “bajos valores” de metales, y es a partir de los 4.500 años de antigüedad cuando “aparecen fuertes incrementos que indican que ya había una actividad industrial minero-metalúrgica, aunque de carácter discontinuo”. Posteriormente a partir de los 3.550 años de antigüedad esa actividad industrial se hizo más continua y produjo una contaminación más alta, con valores en los sedimentos del orden de los 2.000 ppm (partes por millón) de plomo e incluso superiores, prolongándose hasta finales de la época romana.
Más contaminación al borde de la laguna
Los puntos en los que han encontrado mayor contaminación estaban en los bordes de la laguna junto a la ciudad, y concretamente frente a la desembocadura de las pequeñas ramblas que drenaban la antigua urbe. Una de estas ramblas desembocaba entre el monte Sacro y El Molinete, y otra entre el Cerro del Molinete y el de La Concepción. Esto demuestra que algunas industrias metalúrgicas contaminantes debían estar en la propia ciudad; lo que hace suponer que sus habitantes probablemente debían tener graves problemas de salud”.
Los investigadores también han comparado el resultado de su proyecto con otro muy similar llevado a cabo en Huelva, en la desembocadura de los ríos Tinto y Odiel. “En la zona de Huelva la actividad minera también comenzó hace 4.500 años, esto confirma nuestras conclusiones sobre la minería de Cartagena; probablemente eran comunidades que iban de un lado a otro, entre los yacimientos de Río Tinto y los de Cartagena”, añade Manteca.