La Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Edificación de la Universidad de Granada (ETSIE-UGR) ha contribuido al centenario del Albergue San Francisco, el primer albergue de Sierra Nevada, 1915-2015, elaborando y dando a conocer los resultados de una investigación propia sobre este, prolongada durante más de dos años.
La investigación, llevada a cabo por Fabián García Carrillo, José Guardia Olmedo y José Carlos Peñas Alcántara, ha permitido alcanzar un conocimiento profundo del edificio y su contexto, sus antecedentes y orígenes, su singularidad constructiva en cuanto objeto arquitectónico, y los avatares de su evolución posterior. Con esta iniciativa se pretende contribuir, desde el conocimiento académico, no solo a evitar que caiga en el olvido, sino a aportar y plantear las bases objetivas para su posible recuperación y conservación, y, si acaso, su nueva puesta en uso.
Con las técnicas más avanzadas, los investigadores han desarrollado la documentación gráfico-técnica más fidedigna y completa del Albergue de Sierra Nevada, en sus distintas etapas. Han planteado una reelaboración del desaparecido proyecto original de Modesto Cendoya, quien fuera arquitecto conservador de la Alhambra, incluso con una recreación virtual de su hipotética realización, de haberse llevado a cabo la idea inicial de los promotores, nunca completada.
También han realizado un estudio tecnológico que va desde el análisis de la peculiaridad de la original idea, pasando por su construcción y evolución temporal, hasta un estudio patológico de la situación actual de sus fábricas.
Intervenir en un edificio de gran valor cultural, como el Albergue San Francisco de Sierra Nevada, exige tomar postura ante su génesis y evolución pero también concederle un futuro. La propuesta de intervención, sobre todo conceptual, que se hace desde esta investigación, quiere realzar los valores del edificio y complementarlo para recuperar su idea fundacional, siendo respetuosos con el contexto, con la obra legada, y con su historia y su significado.
El equipo investigador no cree factible la reconstrucción de lo que el tiempo se ha llevado del Albergue, pero tampoco considera que se deban borrar las huellas de su especial historia.
En los denominados Campos de Otero, al abrigo de los Peñones de San Francisco, en un lugar privilegiado sobre la cota de los 2.250 m, en el margen izquierdo del valle del río San Juan, se levantó hace poco más de cien años, el primer albergue de Sierra Nevada, refugio y estación base de las primeras pistas de esquí. Tras una azarosa historia, hoy apenas quedan unos restos mal conservados, pero de alto valor patrimonial.
El Albergue de San Francisco es la más antigua de las construcciones que aún podemos encontrar en Sierra Nevada, ligadas a su primitivo aprovechamiento para el ocio. Su larga y desigual historia comienza en 1912, fecha en la que se constituye la Sociedad Sierra Nevada, iniciándose la construcción del Albergue, uno de sus principales objetivos, en abril de 1913. Finalmente, en diciembre de 1915, aunque incompleto, el edificio se inaugura dando fecha al inicio “oficial” del deporte del esquí en Sierra Nevada.
Situado en primera línea del frente, el Albergue de la Sociedad Sierra Nevada fue sede y objetivo militar en la Guerra Civil. El 8 de marzo de 1938 resultó parcialmente destruido tras una explosión no bien aclarada que, además de daños personales, destruyó casi totalmente la nave central y la cúpula de la esquina derecha del edificio. Abandonado, falto de cualquier reparación o mantenimiento durante años, y sometido a las inclemencias invernales, terminó por convertirse en casi una ruina. La ubicación de la estación de Pradollano, en el vecino valle del Rio Monachil, lo condenó al aislamiento y al olvido.
A finales de la década de 1970, los ruinosos restos que se habían ido acumulando desde el final de la guerra fueron eliminados y retirados de los Campos de Otero. No obstante, la decisión y el empeño de la Sociedad Sierra Nevada de conservar la parte “obstinada” en mantenerse en pie, la cúpula izquierda, gemela de la destruida, ha permitido que en la actualidad conozcamos el histórico Albergue, aún modificado, representando su mejor pasado, aun con bastante dignidad.
En las últimas décadas, la Sociedad Sierra Nevada, uno de los tres clubs montañeros más antiguos de España y primero de Andalucía, con gran voluntad, pero hoy muy mermada en sus capacidades, ha llevado a cabo diversas intervenciones para la conservación y mantenimiento del Albergue existente, cuyo uso ha recuperado.
Como reconocimiento a su trayectoria y por toda una serie de objetivos merecimientos, el 30 de julio de 2013, el Consejo Superior de Deportes aprobó la concesión de la Placa de Oro al Mérito Deportivo, la máxima distinción deportiva en nuestro país, al club Sociedad Sierra Nevada.
Los refugios de montaña como este, y algún otro como el de Elorrieta, también semiderruido, son señas de identidad que aportan un alto valor histórico-cultural a Sierra Nevada. Bien conservados y racionalmente utilizados, como ocurre en tantas otras tierras montañosas reconocidas, pueden respaldar las actividades y prácticas deportivo-recreativas, sociales, culturales y educativas, acordes con ciertas demandas del ocio y turismo activo actuales. Además de su función primordial de refugio de montaña, pueden contribuir a focalizar y regular el uso controlado del espacio protegido como lugar de esparcimiento, permitiendo el conocimiento y disfrute responsable de sus valores naturales y culturales. Parece pertinente la necesidad de dar a conocer, valorar y proteger este singular legado arquitectónico, que representa una enorme distinción para el montañismo granadino, y es, en cierta medida, conformador del paisaje cultural que lo identifica.