La trufa negra puede ser un importante motor económico para Bacares. Por este motivo, la Consejería de Medio Ambiente ha acordado potenciar la población de esta especie a través de la repoblación con encinas microrrizadas en una zona de monte público de titularidad municipal. Esta iniciativa se enmarca en el Plan de Conservación y Uso de Setas y Trufas (Plan CUSSTA), que tiene en marcha la Junta de Andalucía, cuyo propósito es la conservación, disfrute y uso sostenible de este recurso.
Según el delegado provincial de la Consejería de Medio Ambiente, Clemente García, “este proyecto, en el que la Junta de Andalucía invertirá 100 mil euros, pretende convertirse en una fuente de riqueza para el medio rural y en un ejemplo de desarrollo sostenible en la Sierra de los Filabres”.
Dentro de las diferentes líneas de trabajo que lleva a cabo la Consejería de Medio Ambiente para la conservación de hábitats, sobresalen las actuaciones para el reforzamiento de las poblaciones naturales andaluzas de trufa negra. Estas actuaciones se realizan partiendo de material genético autóctono de la zona (bellotas y trufa) que ha sido tratado en viveros especializados consiguiendo la encina micorrizada que se planta en campo. En Andalucía se han detectado más de 50 especies de trufas asociadas a la encina, sin contar un número mucho más elevado de especies de hongos epigeos o setas. Entre ellas, se encuentra la trufa negra, el producto más valioso del monte mediterráneo y que va a tener, con este proyecto, uno de sus enclaves en Bacares.
El delegado de Medio Ambiente ha apuntado también que “Bacares es, además, uno de los enclaves donde la Junta de Andalucía llevando a cabo otro interesante proyecto”. “Se trata de los trabajos puestos en marcha para luchar contra el cambio climático, que se están desarrollando en la Sierra de Los Filabres, en una superficie cercana a las 3 mil hectáreas y que suponen una inversión, por parte de la Junta de Andalucía, de más de 4 millones y medio de euros”.
Las labores consisten en realizar tratamientos de la masa forestal de Los Filabres destinados a paliar los efectos de decaimiento derivados del cambio climático. Clemente García ha remarcado que “con esta iniciativa, la Junta pretende proteger a estos montes de los incendios y contribuir al mejor desarrollo y conformación de sus masas forestales, garantizando su supervivencia y evitando las pérdidas de suelo y la consiguiente disminución de la productividad de sus recursos”.
En el caso de Bacares, está en marcha un proyecto que se extiende en 700 hectáreas entre este término municipal y el de Alcóntar. Además de trabajos selvícolas, este proyecto incluye restauración y naturalización de pinares.