El mundo que viene

    Juan Martínez Barea, director de la Fundación, durante el Seminario.

    Cuando nace un bebé, en cualquier parte del mundo, nace una estrella. Todos los niños y niñas del mundo, independientemente de su raza, color, religión o país al que pertenezcan, nacen con una estrella en su interior. Todos y cada uno esconden dentro de sí a Mozart y Einstein, a Teresa de Calcuta y Martin Luther King, a Madame Curie y Steve Jobs. Todos esos frágiles bebés tienen, al nacer, un tesoro extraordinario y maravilloso en su interior: el potencial de curar enfermedades y salvar vidas, de liderar a los pueblos, de construir imperios, de crear riqueza y prosperidad, de ser ejemplo para los demás, y de, en definitiva, desarrollar grandes vidas con las que hacer más felices a los demás y hacer avanzar a la Humanidad.

    Sin embargo, desde el momento en el que nacen, ese potencial inmenso que todos llevan dentro, se ve condicionado, multiplicado o limitado por el entorno en el que crecen y se educan. Somos semillas a la espera de encontrar la tierra fértil para extraer todas las maravillas que tenemos dentro. Y esa tierra fértil no siempre está presente.

    El entorno ha marcado, durante toda la Historia de la Humanidad, qué somos, cuánto crecemos como seres humanos, y cuánto desarrollamos del enorme potencial que tenemos dentro. Y el entorno es geografía y es cuna. En primer lugar, el lugar geográfico donde cada persona nace ha marcado históricamente las oportunidades a las que ha tenido acceso para desarrollar todo su potencial. No es igual nacer en uno de los polos de creación de riqueza del planeta, que en una zona aislada y desfavorecida. Nacer en un entorno próspero permite, de partida, estar cerca de una importante masa crítica de talento, industria, cultura, riqueza y, en definitiva, oportunidades de desarrollo personal y profesional.

    El siglo XX terminó con el mundo dividido, a vista de pájaro, en un Norte rico y próspero, y un Sur más pobre y menos desarrollado. Había excepciones, claro que sí, pero de forma genérica, los países y regiones del Norte son más ricas, más prósperas, más educadas y más desarrolladas socialmente, y son las que más oportunidades de desarrollo profesional y personal ofrecen a sus ciudadanos. Por el contrario, los países y regiones del Sur del mundo son generalmente más pobres, tienen más carencias sociales, sanitarias y educativas, y ofrecen menos oportunidades de desarrollo profesional y humano.

    Además, dado un lugar geográfico concreto, la cuna ha marcado también históricamente qué somos y en qué nos convertimos: la familia en la que nacemos, su situación social y económica, y la educación a la que podemos acceder, ha condicionado a lo largo de los siglos de forma decisiva en qué nos convertimos cada uno de nosotros.

    Por ello, el “Sur”, para mí, no es sinónimo de Sur geográfico. El Sur está también en los hogares de millones de familias del Norte, que no tienen acceso, por su situación social o económica, a las grandes oportunidades que el progreso ofrece. La dicotomía Norte-Sur no es tanto geográfica como social y económica. Norte es sinónimo de acceso a oportunidades. Sur de falta de oportunidades de crecimiento y desarrollo.

    Norte y Sur. Muchas y pocas oportunidades. Así ha sido la Historia del mundo. Hasta ahora.

    Pero todo esto va a cambiar. Ha cambiado ya, de hecho. Está emergiendo un nuevo mundo. La globalización y la hiperconectividad ya son una realidad, a las que se sumarán en esta próxima década dos nuevas olas de cambio; la aceleración tecnológica, que en los próximos años explotará en toda su intensidad, revolucionando todos los sectores y todas las industrias; y la emergencia de más de 4.000 millones de personas del mundo emergente, que en 2020 estarán en primera línea de la competencia mundial. Estas megatendencias, al colisionar, van a crear un inmenso terremoto, que va a revolucionar el “status quo” en el que hemos vivido en las últimas décadas, y que va a cambiar de forma radical todos los aspectos de nuestra vida.

    Este libro postula que este nuevo mundo que emergerá tras el paso de la “gran ola” va a permitir cambiar fundamentalmente esa vieja historia del Norte y el Sur. En este nuevo mundo que emerge, niñas y niños del mundo entero, nazcan donde nazcan, y crezcan donde crezcan, podrán tener acceso a todas las oportunidades para desarrollar su potencial al máximo. La diferencia entre el Norte de las oportunidades y de Sur de las no-oportunidades se difuminan. Las oportunidades, ahora más que nunca, estarán disponibles para todos. Emerge un nuevo mundo, en el que el desarrollo de cada persona ya no estará nunca limitado por dónde se ha nacido, por las posibilidades económicas o por el apellido de la familia, sino que será el fruto de una serie de decisiones individuales: cada uno, con su esfuerzo, con su inteligencia, con su talento, con su persistencia y con su pasión, podrá decidir hasta dónde llegar con su propia vida.

    Siempre ha sido posible en cierta forma: siempre ha emergido, frente a todas las adversidades, el esfuerzo y el talento de individuos maravillosos que han florecido contra todos los pronósticos. La Historia está llena de ejemplos de seres únicos, excepcionales, geniales, que se han sobrepuesto a su entorno, a su geografía vital y a su cuna, para desarrollar todo su potencial interior. En la mayoría de los casos, emigrando. En unos pocos casos, convirtiéndose en motores de cambio en sus entornos más cercanos. Muhammad Yunus, Amancio Ortega, Paco Cosentino. Pero, desgraciadamente, son las excepciones que confirman la regla. Son verdaderos héroes que han superado barreras y obstáculos, insuperables para el resto, para convertirse, no sólo en “príncipes”, sino en verdaderas locomotoras de cambio. Pero, ¿es la mejor de las sociedades aquella en la que es necesario ser un héroe para sacar todo el potencial que llevamos dentro?

    Lo que ahora es diferente es que esta posibilidad estará abierta a todos. T O D O S. Nunca en la Historia de la Humanidad ha sido menos importante la geografía que hoy. Repito: NUNCA EN LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD HA SIDO MENOS IMPORTANTE LA GEOGRAFÍA. En este mundo que emerge, el entorno donde uno nace, crece y vive, no limitará las posibilidades y las oportunidades de desarrollo de cada niño y cada niña. Y ésta es una maravillosa noticia para todos. Ricos y pobres. Jóvenes del Norte y jóvenes del Sur. Por fin su futuro está en sus manos y en las de nadie más. Y por esta razón, y por otras que serán desgranadas a lo largo del libro, vamos a vivir, quizás, el mejor momento de la Historia de la Humanidad.

    A explicar por qué este cambio va a ser posible, a analizar cómo es este maravilloso mundo que viene, lleno de oportunidades para todos, a describir cómo son los grandes protagonistas que están construyendo este nuevo mundo, y a proponer un camino a seguir para que personas de todo el mundo y toda condición puedan explotar todo el talento que llevan dentro y transformarse en el “príncipe” o la “princesa” del cuento, se dedica “El mundo que viene”.

    ¿Príncipe o Rana? Ahora tú decides.

    Artículo extraído de www.elmundoqueviene.com

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