‘Pasado y memoria de una tierra de inmigración’. Lección inaugural del Catedrático Fco. Andújar.

Lección inaugural

Andújar pronuncia su lección en la inauguración del curso

Francisco Andújar Castillo, catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Almería, ha impartido hoy la lección inaugural del curso académico 2008-2009 en la UAL.Bajo el título ‘Pasado y memoria de una tierra de inmigración’, Andújar ha comparado la llegada de personas procedentes de otros países hasta la provincia de Almería en el siglo XVI con la que se está produciendo en los últimos años procedentes de países de África, Este de Europa e Hispanoamérica, fundamentalmente.

A continuación se reproducen extractos de la lección inaugural pronunciada por el catedrático de Historia Moderna de la UAL. 

“Las diferencias entre 1572 y el año 2000 o el 2008 son ostensibles pero hay una fundamental que debe ser enunciada con rotundidad: los emigrantes del siglo XVI llegaron a un territorio que era casi un desierto humano y a ellos les tocó construir una nueva economía y articular una nueva sociedad sobre el solar vacío que habían dejado los moriscos cuando fueron expulsados de Almería en el año de 1570. Apenas hubo conflictos ni problemas porque se emigraba a un desierto, a pueblos que habían quedado vacíos por completo como consecuencia de la deportación –más bien éxodo- que sufrieron los moriscos al ser expulsados por Felipe II a tierras alejadas de aquel reino de Granada del que formaba parte Almería. No existió la figura “del otro” porque todos los que llegaron eran emigrantes a un territorio yermo, devastado por una contienda, arrasado tanto por vencedores como por vencidos de aquella “guerra civil”, pues así puede denominarse a la guerra de los moriscos que se inició el día de Navidad de 1568 y que concluyó con la total expulsión de este grupo étnico hacia tierras de Castilla”.

“De esa inmigración de pobladores procedentes de orígenes muy diversos quiero hablarles porque en ella se encuentra el origen de los que hoy podríamos considerarnos como los “naturales” u “originarios”. La actual provincia de Almería dejó de ser musulmana entre 1488 y 1492, pero tan sólo en el plano político e institucional. Con excepción de una escasa decena de localidades que vieron una primera llegada de repobladores castellano-cristianos tras la conquista del reino por los Reyes Católicos, el territorio que hoy conforma la provincia almeriense continuó siendo un inmenso “mar mudéjar”, esto es de población musulmana bajo dominio cristiano, hasta que en el año 1500 las sublevaciones que tuvieron lugar en distintos focos del reino acabaron con ese mundo mudéjar y con la conversión forzosa a la fe católica de miles de musulmanes, denominados a partir de ese momento como “moriscos”. 

“Ayer, como hoy, todos aquellos inmigrantes-repobladores eran gentes humildes, en su mayoría jornaleros y algunos pequeños agricultores. Estos fueron los que conformaron la primera sociedad almeriense cristiano-castellana. A su pobreza inicial se sumó el proceso de pauperización que en muy poco tiempo sufrieron muchos de aquellos campesinos-inmigrantes como consecuencia del adverso momento climático que se vivió en Almería durante los mismos años de su llegada a estas tierras, pero también como consecuencia de sus problemas de adaptación al nuevo medio y de la presión económica a la que se vieron sometidos por las oligarquías surgidas de ese mismo proceso repoblador”. 

“Desde el siglo XVI hasta la fecha de hoy Almería ha sido de forma permanente un territorio de frontera. Fuimos durante siglos la frontera entre el Islam y la Cristiandad, y hoy somos la frontera entre Europa y África, entre el desarrollo y la pobreza, entre el norte y el sur. Señalaba un texto del siglo XVI que, de por sí, era ya bastante carga impositiva vivir en aquella Almería de la frontera y que el Estado debía compensar a los moradores de esta tierra con exenciones fiscales o, por lo menos, no gravándola en la misma medida que a otros territorios de la monarquía. La reflexión no deja de tener interés hoy para ponderar las compensaciones que Europa ofrece a todos aquellos territorios que mantienen la frontera entre esos dos mundos con distancias tan abismales como las que hoy exhiben los países del Norte de África y la Europa de la opulencia”. 

“Los fragmentos de historia que les he mostrado se han elaborado con una clara intencionalidad: explicar el presente a través del estudio del pasado y, a la vez, lanzar un aldabonazo sobre la conciencia de la fragilidad del territorio en el que moramos y sobre las señas de identidad que han conformado la Almería de los tiempos modernos. Fragilidad, del medio natural, de sus recursos, y de un territorio de frontera desde hace cinco siglos. Conciencia de identidad de unos orígenes que se hallan en una gran riada de inmigrantes que en aquel siglo XVI buscaron en este rincón del sureste peninsular una tierra en la que prosperar. A veces la historia es tan caprichosa como que, mudando de protagonistas, pero con las mismas pautas, resurge en secuencias temporales distantes. Volvamos de vez en cuando la vista atrás, hacia el pasado, para contemplar la extensa y rica memoria de una tierra que tiene el legado más importante de su cultura en su propia historia”. 

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