En 2022, la educación superior iberoamericana alcanzó los 34,1 millones de estudiantes en carreras de grado y posgrado, lo que refleja un crecimiento del 30% en la última década (2013-2022), de acuerdo con los datos más recientes de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI).

Sin embargo, persiste un rezago significativo en la elección de carreras de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas: en conjunto, solo el 23% de los estudiantes opta por estas disciplinas, con predominio de las ingenierías (14%) y una representación muy menor en ciencias naturales y matemáticas (4%) y en TIC (5%), lo que subraya la necesidad de fomentar las vocaciones científicas y tecnológicas desde los primeros niveles educativos.
Estos datos se desprenden del más reciente informe de la serie “Papeles del Observatorio”, elaborado por el Observatorio Iberoamericano de la Ciencia, la Tecnología y la Sociedad (OCTS-OEI) a partir del relevamiento que la Red Iberoamericana de Indicadores de Educación Superior (INDICES) llevó adelante en 2024. El informe también evidencia una brecha de género persistente en las áreas STEM, donde las mujeres representan solo el 30% del total de estudiantes en estas disciplinas, sin cambios significativos en la última década.
A nivel regional, el sector privado se ha consolidado como el de mayor cobertura (52% del total). Esta tendencia se ve claramente en países como España y México, donde, si bien el porcentaje de matriculados se encuentra por encima del 60% en el sector público, el último decenio se ha caracterizado por un crecimiento significativo de quienes se inscriben en la educación privada. Esto también se observa en Brasil, Perú, Honduras y Paraguay.
En 2022 ingresaron más de nueve millones de estudiantes a la educación superior. Los campos STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) solo fueron elegidos por el 22% del total de ingresantes, dando cuenta del rezago que siguen presentando estas áreas de conocimiento.
Por el otro lado, el egreso registró casi cinco millones de personas, con las licenciaturas representando el 70% de los títulos otorgados. En línea con la matrícula, las áreas STEM fueron las de menor porcentaje de graduados (20%). Aunque las mujeres representaron el 58% del total, su participación disminuye a medida que avanzan en los niveles de especialización, especialmente en el posgrado, donde la brecha de género persiste en varios países de la región.
Por otra parte, el personal académico en Iberoamérica ascendió a 1,7 millones, de los cuales el 58% trabajaba en el sector público. El 48% del personal docente son mujeres; en países como Argentina, Cuba, México, Panamá y Uruguay, ellas constituyen más de la mitad del personal académico.
En 2021, la inversión en educación superior en Iberoamérica fue de 132.000 millones de dólares PPC (paridad de poder de compra), lo que representa un crecimiento del 8% respecto a 2020. Sin embargo, esta cifra solo equivalió al 1,18% del producto bruto interno (PBI) regional, lo que significa una disminución respecto al 1,27% del año anterior.
Si se toman como referencia las publicaciones indexadas en revistas internacionales, las universidades se constituyen como el principal productor científico de la región. El 85% de la autoría iberoamericana de publicaciones científicas indexadas en la base de datos Scopus contó con la participación de al menos una universidad de la región en 2022. A su vez, la educación superior fue el sector que concentró la mayor cantidad del gasto en I+D ejecutado en América Latina, alcanzando el 41% del total.