Nueve de cada diez productos con reclamos sobre proteínas no son saludables

Las declaraciones nutricionales, que son afirmaciones que destacan la presencia o ausencia de un nutriente en un producto alimenticio, se han convertido en algo muy habitual. Estas declaraciones hacen creer a los consumidores que los productos que las tienen son saludables. En concreto, los mensajes de “alto en proteína” o “+proteína” han ganado popularidad debido al papel que estas macromoléculas juegan en la recuperación y crecimiento muscular. Sin embargo, un estudio realizado por investigadoras en nutrición de la Universidad Miguel Hernández (UMH) ha concluido que estos productos no son más saludables que sus alternativas.

Para llevar a cabo el estudio se analizaron los valores nutricionales de 4.325 productos procesados de doce tipos diferentes, todos extraídos de la Base de Datos de Alimentos, BADALI, de la UMH.

El 13% de ellos tenía declaraciones sobre proteínas y más de la mitad de estos habían sido enriquecidos para aumentar el contenido de este nutriente. Además, el análisis reveló que el uso de proteína vegetal era más frecuente que el de la proteína animal, cuando esta última tiene un perfil de aminoácidos más completo.

Qué resultados arroja el estudio de los productos con reclamos sobre proteínas

La calidad nutricional de los alimentos se evaluó en base al Modelo de Perfil de Nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Los resultados muestran que el 91% de los productos que hacen declaraciones sobre proteínas se pueden considerar no saludables.

La razón es que más de la mitad tienen altos contenidos de grasas o sal, uno de cada cuatro una gran cantidad de azúcares libres —los “malos”— o grasas saturadas y uno de cada cinco lleva edulcorantes. “Por lo tanto, la percepción de que estos productos son saludables es incorrecta”, explica la profesora de Nutrición y Bromatología de la UMH Ana Belén Ropero.

Aunque el estudio muestra que los alimentos con declaraciones sobre proteínas contienen más que los que no las llevaban, solo dos tercios de ellos estaban enriquecidos. Por lo tanto, que un producto porte una declaración nutricional sobre su contenido en proteínas, no asegura que este contenga más proteínas que las alternativas que no la llevan.

Cómo tomar más proteínas

Según el estudio de la UMH, para tomar más proteínas hay dos alternativas: elegir estos productos con proteína adicional o tomar más cantidad de los alimentos que naturalmente son ricos en proteínas, como el pescado o las legumbres.

La ventaja de elegir la segunda opción es que estos alimentos también contienen más cantidad de otros nutrientes, como vitaminas y minerales. Además, las declaraciones pueden eclipsar contenidos elevados de nutrientes que tienen efectos negativos sobre la salud, como los azúcares, la grasa saturada o la sal.

“Sin embargo, no todo es negativo”, aclara la investigadora de la UMH y cofirmante del estudio Marta Beltrá. Según la experta, los alimentos que sí están enriquecidos pueden ser una vía interesante para que las personas físicamente activas alcancen los niveles óptimos de proteína diarios sin aumentar la ingesta calórica.

Además, podría ayudar a las personas mayores a incrementar su consumo de proteínas, sobre todo a aquellas que residen en centros geriátricos, reduciendo la incidencia de anorexia en estos grupos de la población. Para ello, es imprescindible elegir los productos que se encuentran en ese escaso 9% que sí son saludables y evitar poner en mayor riesgo la salud de las personas.

Este es el primer estudio exhaustivo sobre la calidad nutricional de los productos alimenticios con declaraciones sobre las proteínas y, también, la primera comparación completa, en cuanto a composición y calidad nutricional, entre estos alimentos y los que no las llevan.