Los Programas de Cría en Cautividad de especies amenazadas comienzan en la gran mayoría de las ocasiones con un tamaño de población muy pequeño. El de la gacela de Cuvier comenzó en 1975, cuando, desde el antiguo Sáhara español, llegaron los primeros individuos a la Finca Experimental La Hoya, una instalación singular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Almería. Un reciente estudio liderado por Eulalia Moreno, investigadora de la Estación Experimental de Zonas Áridas de Almería (EEZA-CSIC), demuestra que, en contra de casi cualquier predicción que pudiera hacerse al inicio del mencionado Programa, una parte importante del acervo genético de aquellos fundadores está hoy presente en sus descendientes, que se reparten en la actualidad por zoológicos de Europa, Estados Unidos y Canadá.
El estudio, realizado en colaboración con investigadores del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (SERIDA) del Principado de Asturias, y de la Universidad Complutense de Madrid, ha escudriñado en la historia de los primeros individuos que se fueron desde Almería hasta el zoo de Múnich en 1980, y desde ahí la de los que saltaron, en 1982, hasta el Zoo de San Diego, en Estados Unidos para, posteriormente, distribuirse por diversos zoológicoss de Norteamérica.
Gracias a la colaboración de los conservadores de dichos zoos, se ha podido completar el registro de pedigrí de esos primeros individuos “emigrantes” y completar así la genealogía de las 1887 gacelas descendientes de aquellas primeras llegadas a Almería, y que han servido de base para este estudio genético, que demuestra dos aspectos de interés para la conservación futura de la especie.
Por un lado, que la gestión de los apareamientos realizada durante los casi 50 años de vida del Programa de Cría en Cautividad de la Gacela de Cuvier ha sido exitosa en cuanto al mantenimiento de la diversidad genética de los individuos en la población. Por otro, que, excepto en Norteamérica, todas las subpoblaciones de la especie existentes en cautividad tienen la misma estructura genética, o lo que es lo mismo, su valor genético es el mismo en todas ellas.
Hay que promover ciertos apareamientos
“En las poblaciones de especies amenazadas gestionadas a través de un Programa de Cría en Cautividad, una de las principales metas debe ser mantener la representación de todas las líneas maternas en la población,” declara Moreno, quien desde 2001 es la responsable del registro internacional de pedigrí de esta especie y coordinadora de su Programa Europeo de Cría en Cautividad desde 2006.
“Nuestro estudio ha puesto también de manifiesto la pérdida parcial de una línea materna en los primeros años del Programa”, añade. “En los mamíferos, la herencia materna se transmite a la descendencia por dos vías, el ADN nuclear y el ADN mitocondrial; la componente genética asociada al ADN mitocondrial de una de las tres madres fundadoras no está presente en la población actual de Gacela de Cuvier, por lo que, en el próximo futuro se deberán promover ciertos apareamientos para intentar maximizar la representación genética de esa hembra fundadora en la población”, concluye Moreno.
El análisis de pedigrí llevado a cabo en este trabajo también pone de manifiesto que la representación genética de los individuos fundadores no es homogénea en los descendientes vivos hoy en día. Este resultado es relevante a la hora de guiar la formación de los grupos reproductores en el futuro de tal modo que en el medio plazo dicha representación genética sea lo más similar posible en todos los descendientes.