El ocio digital y, más concretamente, los videojuegos se ha convertido en una de las opciones más elegidas por los niños españoles para disfrutar de su tiempo libre. Sin embargo, esta afición lleva a que los menores se hagan más sedentarios, reduzcan su actividad física y puedan desarrollar problemas de salud vinculados a la cantidad de horas que pasan frente a la pantalla. Pero no solamente, los videojuegos también dejan un peaje en el rendimiento académico y afectar a un área de conocimiento muy concreta, tal y como ha comprobado un equipo integrado por investigadores de las universidades de Alicante, Huelva y Castilla-La Mancha.
Juan Ramón Rico profesor del Departamento de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la UA, Beatriz Peña-Acuña profesora de la Facultad de Educación, Psicología y Ciencias del Deporte de la UHU y Óscar Navarro, de la Facultad de Educación de Ciudad Real de la UCLM son los autores de este estudio interdisciplinar, que ha examinado los parámetros del informe para extraer conclusiones sobre determinados hábitos de uso de las tecnologías.
Qué área de conocimiento se ve afectada cuando se abusa de los videojuegos
El equipo interuniversitario ha comprobado cómo la tecnología influye en la capacidad de lectura de los adolescentes en España, usando inteligencia artificial y datos proporcionados por el informe de PISA 2018 sobre estudiantes de 15 años, y ha demostrado que quienes dedican más tiempo a videojuegos en línea tienen peores resultados en comprensión lectora.
Las variables seleccionadas del Informe PISA 2018 sobre el impacto de determinados hábitos y contextos de los adolescentes en la competencia lectora son: jugar a videojuegos online; uso diario de Internet; competencias tecnológicas autopercibidas; nivel educativo de los padres; la edad a la que comenzó a usar tecnologías digitales y el género.
Así, el investigador de la UA apunta que “la IA tiene en cuenta todas las variables a la vez para realizar predicciones, y así sacar una especie de radiografía que se puede comprobar estadísticamente”. De este modo, los resultados de las pruebas, junto con las respuestas a las variables planteadas por el informe, permiten valorar de forma precisa qué hábitos favorecen una buena comprensión lectora y cuáles pueden perjudicarla.
Qué estudiantes obtienen peores resultados
Una de las conclusiones de la investigación es que “aquellos estudiantes que dedican más tiempo al uso de juegos online obtienen menores resultados”, ya que “se observa que, un descenso gradual del rendimiento a medida que aumenta el tiempo dedicado a estos dispositivos”. Sin embargo, “un uso moderado y apropiado de Internet puede ser beneficioso para los estudiantes de esta edad”.
En este sentido, Rico explica que por uso moderado se entiende una franja de tiempo de “entre una y cuatro horas al día”, mientras que sobrepasar las cuatro horas “es tan perjudicial como no usarlo en absoluto”. De este modo, “la supervisión familiar sobre el uso de la tecnología es clave para mejorar la comprensión lectora”, concluye.
Además, Juan Ramón Rico explica que “si el nivel educativo de los padres, especialmente el de las madres, es de un nivel similar al que está cursando el alumno, es decir, estudios secundarios, es un factor positivo”. De hecho, según afirma, “la influencia de las madres con mayor nivel educativo en la mayor capacidad de comprensión lectora de los adolescentes es un aporte novedoso de esta investigación, ya que este segmento no ha sido tan estudiado”.
En lo que se refiere a la variable de la relación entre las percepciones de autonomía y el rendimiento en lectura, el estudio “subraya la importancia de empoderar a los adolescentes en su proceso educativo”, ya que cuando “los estudiantes se sienten autónomos, tienen una mayor sensación de control sobre su aprendizaje, lo que conduce a una mayor motivación y compromiso con la lectura”.
Qué formación adicional se debe ofrecer en la enseñanza reglada
En cuanto a las competencias tecnológicas, el estudio “destaca la creciente importancia de incorporar la alfabetización digital en la educación contemporánea”, ya que la tecnología “se ha convertido en una herramienta integral en la vida cotidiana y en el ámbito académico, mejorando la comprensión lectora al brindar acceso a información adicional y facilitar prácticas de aprendizaje más interactivas”.
Respecto a la edad de introducción a los dispositivos digitales, el estudio apunta que “la introducción temprana en la educación preescolar puede fomentar el interés por la comprensión lectora y mejorar las habilidades cognitivas”, mientras que cuando se produce “a partir de los 9 años puede dificultar la adaptación a los entornos digitales y afectar a la competencia lector”.
Finalmente, “el sexo de los adolescentes determina diferencias en las habilidades de comprensión lectora a favor de las mujeres”, que obtienen mejores resultados.