José Carlos Díez: "Las deudas no se van a pagar"

Este prestigioso economista, profesor de economía en ICADE, reputado bloguero y conferenciante, ha presentado hoy en la Universidad de Almería su último libro titulado ‘Hay vida después de la crisis’. Su conferencia ha sido el colofón de las jornadas de presentación para los estudiantes de 1º de grado organizadas por la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales.

Pregunta. ¿Qué les quiere contar a los alumnos que ahora se incorporan a la Universidad y que van a estudiar Económicas?

Respuesta. Que deben entender, desde el primer día, que esta es una crisis muy rara, que pasa cada 70 u 80 años y que tiene efectos muy destructivos. En las Universidades tenemos que conocer este tipo de crisis, analizar sus causas, explicar que las burbujas de crédito y bancarias no son buenas y que la euforia que generan al principio después se convierte en destrucción. Debemos decirles a estos chicos que, como futuros economistas, hay cosas que no se pueden permitir otra vez y deben evitarse, porque la economía de la prevención es la única que nos puede sacar de esta situación.

P. Su libro se titula “Hay vida después de la crisis”. ¿Realmente, saldremos de ésta algún día?

R. Sí, por supuesto. En el libro hago un repaso por la historia de este tipo de depresiones, que en las dos últimas décadas se han producido en países emergentes. Analizo cómo Estados Unidos ha salido de la crisis con un tipo de políticas y cómo en Europa nos estamos equivocando aplicando otro tipo de políticas. Simplemente, en 2013, -y esto ya lo decía en mi último libro-, haciendo cosas como retrasar la senda de ajuste fiscal, suavizando el ajuste y la austeridad y con algo más de intervención del BCE, se ha conseguido que la economía se estabilice y vuelva a crecer. Eso es bueno pero, sin duda, hay que hacer muchas más cosas.

P. El presidente del Gobierno, en una entrevista concedida al Wall Street Journal, dice que ya hemos salido de la recesión pero no de la crisis.

R. Técnicamente, si se mira el PIB podemos decir que hemos salido de la recesión, pero la economía española sigue destruyendo empleo. En el primer semestre del año, según el Instituto Nacional de Estadística, se han destruido 317.000 puestos de trabajo asalariados. Decir que hemos salido de la recesión y toda la euforia que tiene el Gobierno… hemos tenido dos meses buenos en exportaciones, abril y mayo, un verano turístico bueno, pero el consumo sigue hundido y hay que hacer muchas más cosas. Esto es una crisis de deuda y de crédito y hay que atacar al crédito. Estamos en el momento de mayor restricción de crédito desde Isabel II, creo que el sistema bancario no funciona, hay que ver por qué no funciona y cuáles son las causas.

P. ¿Qué pasa con las ayudas directas a la banca?

R. En mi libro propongo no dar ayudas directas a los bancos sino a las familias que no van a poder pagar sus hipotecas. Se estabilizaría así la morosidad hipotecaria, estabilizaríamos el mercado de la vivienda, no se debería permitir poner más casas en el mercado inmobiliario para su venta. Hay muchas cosas que se pueden hacer, el problema es que si uno cree que lo ha hecho todo, que ya se ha salido de la recesión, sabemos que por la historia reciente de España y Europa que eso lleva a la inacción y ese es el mayor enemigo de Europa después de la señora Merkel y el nacionalismo alemán.

P. Bueno, pues a pesar de lo que dice Angela Merkel ha ganado las elecciones en su país y con una amplísima mayoría.

R. Sí, pero ha hecho una política muy cortoplacista, ocultando muchos de los costes que van a tener que pagar ahora los contribuyentes alemanes. Eso no ha salido en campaña y ahora lo va a tener que asumir. Por ejemplo, sabemos ya que los griegos no van a pagar la deuda y que parte de ella la vamos a tener que pagar los contribuyentes españoles y los alemanes. Cuanto antes diga la verdad, cuánto nos va a costar, qué errores se han cometido y por qué y se asuman las responsabilidades políticas, mejor. Pero si la estrategia es la de Merkel, la de Rajoy y la que siguen todos los neocon que nos gobiernan, de “Dios proveerá”, apañados vamos. Las deudas no se pueden pagar. Y cuanto antes uno se siente, en el caso de España, con las familias hipotecadas, en Grecia con el gobierno y los bancos y en el de Portugal con el gobierno, más rápido avanzaremos. Es que no van a pagar. No podemos seguir negando la realidad. Lo que hemos aprendido de la historia de las crisis hay que hacer un diagnóstico temprano y actuar con mucha contundencia y de manera quirúrgica.

P. Habla de las ayudas a la banca. Se prometieron como el gran maná para la recuperación del crédito, pero el crédito sigue sin fluir.

R. El año pasado tuvimos la mayor caída de crédito de la historia y este año va a ser peor. El crédito es la prueba del algodón de si una reestructuración bancaria ha funcionado y es evidente que aquí no lo ha hecho. Los bancos españoles no pueden emitir bonos en los mercados internacionales porque no nos creen, no confían en nosotros. Y dependemos de esos mercados internacionales. Por ejemplo, el año pasado se hizo un plan de negocio para el banco malo (el SAREV) y se dijo que el precio de la vivienda subiría un 2% y, sin embargo, este año ha bajado un 15%. Hay que ajustar el plan de negocio cuanto antes. Las cajas no han recuperado cuota de negocio ni su balance. Y si creemos que estamos en la solución y pensamos que la reforma laboral es la virgen de Lourdes, así es imposible de resolver una crisis de deuda.

P. ¿Qué le parece que el Banco Santander haya nombrado consejero a Rodrigo Rato?

R. Me parece indignante. Un señor que estuvo en la vicepresidencia del gobierno, que contó que esto de liberalizar el suelo era maravilloso, que iba a haber más oferta y, como consecuencia, iban a bajar los precios, que montó todo el sistema de burbuja, que haya salido mal de ahí, del Fondo Monetario Internacional, de Bankia, que esté imputado en cinco causas penales, no puede estar como consejero del Santander. Aunque Botín sabrá sus motivos porque él no da nunca puntada sin hilo. No se pueden pedir ajustes a los ciudadanos si antes de tener ética, no hay estética. Ahora, lo que toca en España la reforma empresarial. Después de 400 años ya hace falta.

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