Una investigación reciente ha demostrado que los alimentos contienen hasta 3.600 sustancias químicas transferidas desde los envases de plástico. De forma paralela, un estudio realizado en España ha vuelto a confirmar que los sustitutos del bisfenol A, uno de los elementos del plástico restringido hace años, son igualmente perniciosos para la salud. En su número de octubre, la revista Nova Ciencia analiza a fondo esta cuestión y, de la mano de expertos, explica lo que ocurre con estas sustancias químicas y las alternativas que plantea la industria. Descarga Nova Ciencia.
¿Sabía que cuando bebe agua en una botella de plástico, además de calmar la sed, está ingiriendo cientos o miles de sustancias químicas? Esta realidad pasa desapercibida a menudo, pero a veces conviene recordarla, sobre todo cuando salen a la luz estudios tan contundentes como una investigación internacional en la que se demuestra que los plásticos utilizados en el envasado de alimentos y en envases reutilizables transfieren unas 3.600 sustancias químicas.
En el número de octubre de Nova Ciencia, expertos de las universidades de Murcia, Granada, Miguel Hernández, Málaga y Jaén, aportan datos sobre las consecuencias para la salud de vivir en una sociedad ‘plastificada’, al tiempo que presentan alternativas a los plásticos derivados del petróleo, inocuos para la salud, ecológicos e igualmente efectivos.
El bloque de salud de Nova Ciencia se completa con un análisis sobre la expansión del virus del Nilo, que se ha convertido en un problema de salud pública en algunos municipios de la provincia de Sevilla, y de qué medidas existen para su detección, una labor en la que juegan un papel destacado los veterinarios. El investigador de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia, Joaquín Amores, explica en qué consiste la función de estos profesionales de la salud en el control de esta enfermedad, que ya se ha cobrado casi una decena de vidas.
También relacionado con la veterinaria está el reportaje sobre los nuevas nanocápsulas desarrolladas por un equipo de la Universidad de Murcia, en un proyecto financiado por la Fundación Séneca, empleadas para suministrar fármacos a peces de granjas marinas. Estas nanocápsulas suponen una innovación destacada para el sector, porque facilitan los tratamientos a los animales y permiten llevar el fármaco justo hasta donde se necesita.
Como es habitual, Novaciencia dedica un espacio destacado al medio ambiente, con tres reportajes. En el primero de ellos se presenta la línea de trabajo de un grupo de investigación de la Facultad de Ciencias Experimentales de la Universidad de Jaén, para aprovechar el efecto de los hongos extremófilos en el desarrollo de una generación nueva de biofertilizantes. Los investigadores estudian cómo asociar este tipo de microorganismos a cultivos, para hacerlos más resistentes a los rigores del cambio global. Este campo de estudio es bastante novedoso e introduce un paradigma nuevo de biofertilizantes, que los investigadores prefieren llamar probióticos, con los que se pretende mejorar la resiliencia de los cultivos a la sequía, la variabilidad en la temperatura y la pobreza de los suelos, y no tantos hacerlos crecer como los fertilizantes actuales.
Desde la Universidad de Valladolid llega el segundo reportaje de carácter medioambiental, en el que se presenta la nueva vacuna desarrollado por un grupo de esta universidad, con la que se trata de salvar miles de hectáreas de pinos. Se trata de una solución innovadora contra el chancro resinoso, una enfermedad propia de las coníferas, cuyo diseño es muy similar al de la vacuna que nos salvó de la Covid-19.
Los residuos son otro problema de carácter medioambiental y, al mismo tiempo, una oportunidad desde el punto de vista económico si se reutilizan de la manera adecuada. Pues esto mismo es lo que investiga un grupo de la Universidad de Huelva que, en el marco de un proyecto europeo, trata de obtener metales de alto valor tecnológico como zinc, níquel, cobre y manganeso, de escorias resultantes de la producción de cobre, que hasta ahora solamente se estaban usando para la construcción de carreteras.
En un plano más tecnológico, pero también relacionado con el medio ambiente, se encuentra el sistema de inteligencia artificial que ha desarrollado un equipo de la Universidad de Almería y que calcula cuándo se debe emitir una alarma por peligro de inundación. Se trata del resultado de una investigación a cabo por un grupo interdisciplicar, en el que han participado un matemático, una experta en medio ambiente y una informática, con la que se ha desarrollado un sistema sencillo, de bajo coste y muy efectivo.
En la parte cultural, Nova Ciencia se acerca al yacimiento fenicio de Cerro del Villar, en Málaga, desde donde en el siglo VII antes de nuestra era se exportó vino hasta lugares tan remotos como la costa atlántica de Marruecos. Este enclave es un lugar privilegiado para estudiar la presencia fenicia en la Península Ibérica y está siendo estudiado por la Universidad de Málaga.
La Universidad de Almería también es protagonista en Nova Ciencia por su apuesta por la música clásica, que se ha convertido en una de las señas de identidad de su programación cultural. La vicerrectora de Cultura y Sociedad, María del Mar Ruiz, habla sobre los motivos que han llevado a la institución a llevar la música clásica a la comunidad universitaria y la sociedad almerienses.
Junto a todos estos temas, la oferta formativa de la UNED y de la Escuela de Organización Industrial, así como las últimas noticias universitarias y de la ciencia completan el número de octubre de la revista Nova Ciencia.