Javier Roglá es, lo que se puede decir, un emprendedor social. Al frente de la Fundación Empieza por Educar, este ingeniero fomenta la igualdad de oportunidades educativas para todos los niños, por él es de los que piensa que todos los estudiantes tienen potencial para ser líderes si se trabaja bien con ellos. Roglá será uno de los ponentes del VI Seminario Líderes del Futuro, organizado por la Fundación Eduarda Justo, que se celebra del 26 al 28 de septiembre, en la sede de Cosentino, en Cantoria.
– ¿Qué papel juega la educación en el progreso de una sociedad?
Existe una clara relación entre el nivel educativo de una sociedad y su nivel de progreso. Además, la educación tiene el potencial de ser un verdadero nivelador de oportunidades en sociedades que corren el riesgo de ser cada vez más heterogéneas.
– ¿Se entiende que en la situación actual se recorte en la educación?
Que se entienda no quiere decir que se comparta. Ciertamente el momento actual es malísimo y hay una fuerte presión para equilibrar las cuentas, pero eso no debería comportar recortes indiscriminados, a todos por igual. Debemos reflexionar más seriamente sobre qué inversiones y gastos son esenciales y cuáles no. Y personalmente creo que garantizar una educación de calidad para todos los niños, empezando por aquéllos que tienen naturalmente menos oportunidades, nos llevará a una sociedad más justa y equitativa y por eso debería ser una prioridad.
– ¿Qué modelo educativo puede servirnos de referencia? Hay muchos que han ensalzado el modelo finlandés.
Tenemos que encontrar nuestro propio modelo. El modelo finlandés ciertamente es un caso de éxito, pero no podemos obviar su estructura social. Aquí, dadas nuestras estructuras sociales y los horarios de las familias, sería muy difícil replicarlo en su totalidad. Eso no es óbice de que varios de los principios que estructuran su sistema educativo no sean muy interesantes, el gran prestigio de su profesorado (y de sus escuelas de formación del mismo) por citar el más obvio. Tan interesante como Finlandia, a mi entender, es el caso de Polonia, uno de los pocos países que ha pasado en una década de estar claramente por debajo de la media OCDE en PISA a superarla. La clave de esta progresión fue reformular el sistema educativo sobre el rigor y sobre las altas expectativas sobre los alumnos.
– Los informes internacionales no dejan en buen lugar a la educación española, ¿en qué fallamos?
Déjeme empezar diciendo que los informes internacionales destacan el nivel de equidad de la educación española. No todo es malo. Dicho esto, tomando PISA como referencia, nuestra media en matemáticas, lengua y ciencia está por debajo de la media OCDE y tenemos muy pocos alumnos excelentes. Si nos fijamos en los sistemas con mejores resultados (Finlandia, Singapur, Shanghai, Korea…), aparte de ver que hay un sesgo hacia el Pacífico significativo, veremos que son sistemas bastante dispares formalmente pero que comparten varios de los siguientes principios: rigor académico, altas expectativas sobre todos los alumnos, gran prestigio de los profesores, autonomía de los centros acompañada de rendición de cuentas. Aquí tenemos unas pistas.
– ¿Qué papel desempeña desde su fundación?
La visión de Empieza Por Educar, y para lo que trabajamos, es que en 2060 todos los niños y niñas, empezando por los más vulnerables, tengan una educación que les permita llevar vidas logradas, plenas. Nuestro programa tiene dos impactos esperados: alumnos empoderados, con crecimiento académico y con mejores oportunidades, y jóvenes participantes en nuestro programa comprometidos con la visión y con las competencias y mentalidades para ejercer cambio desde múltiples sectores.
– ¿De qué manera ayuda a los jóvenes?
Lo que queremos conseguir con los jóvenes es que tengan los conocimientos, las competencias y las mentalidades para tener vidas logradas. Eso pasa por su crecimiento académico, pero también de aspiraciones y de acceso a oportunidades. Trabajamos en estas tres dimensiones.
– Nuestros maestros y profesores ¿necesitan una formación mejor? ¿en aspectos habría que incidir más?
Creo que debemos hacer más por facilitar el trabajo de maestros y profesores. Tienen una responsabilidad inmensa y deberían poder centrarse en ella (eliminando burocracia) y tener todas las herramientas para cumplirla con éxito. Personalmente creo que la formación a profesores y maestros puede mejorar, ser más práctica y más ajustada a la realidad actual -y me refiero tanto a la capacitación como a la formación continua.
– ¿Cómo se podría acabar con el fracaso escolar en nuestro país?
El fracaso escolar es un problema sistémico, con múltiples aristas, y por lo tanto hay que atacarlo desde distintos frentes. Necesitamos, a mi entender, una visión compartida sobre el sistema y sobre lo que queremos conseguir (centrada en los alumnos) y trabajar coordinadamente desde escuelas, administraciones, formación de profesorado, tercer sector… El tercer factor que necesitamos, además de una visión sobre el sistema y la cooperación de distintos agentes, es los sistemas para apoyar la gestión del sistema.
– El liderazgo es uno de los valores principales de su fundación, ¿cómo se transmite a los docentes que forman?
Nuestro programa de dos años está articulado en cinco módulos (liderazgo de uno mismo, liderazgo de otros en el aula, liderazgo más allá del aula, desarrollo de mentalidades clave y preparación para el siguiente paso) y los métodos que usamos son, entre otros, experiencias fuera de la zona de confort, conexión con otros, seminarios, proyectos y reflexiones guiadas.
– ¿Qué aspectos explicará a los participantes en el seminario de Líderes del Futuro?
Me gustaría que experimenten, aunque sea de manera muy superficial, partes de nuestro programa y por otro lado animarles a comprometerse con una educación de calidad para todos los niños y niñas.
