Herrerillos, el motivo que los hace muy vulnerables al aumento de la temperatura


    Los herrerillos están en la lista de especies que peor lo van a pasar con el aumento de temperatura que llega con el cambio climático. En los nidos de herrerillo común, Cyanistes caeruleus, se encuentran distintos tipos de artrópodos, el grupo más numeroso y diverso del reino animal, algunos parásitos y otros que conviven con las aves sin causarles ningún perjuicio.

    Ejemplar de herrerillo común.

    Cada vez más estudios revelan que los cambios en el clima afectan a las dinámicas entre las especies y, por ello, un equipo de investigadores, en el que participa el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), ha analizado cómo afectan los aumentos de temperatura o de humedad tanto a estos artrópodos como a la condición física de los polluelos.

    Qué hace a los herrerillos tan vulnerables al aumento de la temperatura

    El efecto que hace a los herrerillos tan vulnerables al aumento de la temperatura está relacionado con la población de artrópodos que viven en el nido y que contribuye a su bienestar. Los resultados, publicados en las revistas Ibis Entomologia Experimentalis et Applicata, muestran que el aumento de la temperatura y la humedad producen la disminución de la mayor parte de los artrópodos parásitos de los nidos mientras que, en el caso de los no parásitos, se ven beneficiados de estos cambios en el clima aumentando sus poblaciones. Se ha observado que estas alteraciones afectan negativamente a la condición física de los polluelos

    “Partimos de una población de herrerillo común localizada en Valsaín, Segovia, a 1200 metros de altitud, en la que ya hemos realizado distintos estudios”, explica Marina García del Río, investigadora del MNCN. “Nuestro objetivo en el experimento era doble. Por un lado, analizar los efectos del aumento de la temperatura y de la humedad por separado en la abundancia de varios ectoparásitos encontrados comúnmente en los nidos de esta ave: la mosca azul, Protocalliphora azurea; el ácaro rojo de las gallinas, Dermanyssus gallinae y la pulga Ceratophyllus gallinae. Por otro lado, observar cómo estos cambios en el microclima afectan a la condición física de los polluelos”, explica García del Río.

    Uno de los nidos de herrerillos estudiado en esta investigación del MNCN.

    Qué papel cumplen los invertebrados que viven en los nidos de los herrerillos

    “Además, quisimos estudiar otros grupos de artrópodos como los derméstidos, que conviven en los nidos sin parasitar a los polluelos y, de nuevo, observar por primera vez cómo influyen los cambios en estos parámetros en su abundancia”, indica Javier García Velasco, también del MNCN. “Los derméstidos son unos escarabajos que viven en los nidos de estas aves y que cumplen un papel a priori mutualista, ellos se benefician del lugar donde viven y las aves se benefician, por ejemplo, de que les ayuden a mantener el nido limpio de restos orgánicos de cadáveres de otros insectos. Además de su importante papel en la naturaleza como descomponedores, son bien conocidos en el ámbito científico y de la conservación, pues constituyen un verdadero problema para las colecciones naturales y de arte, e incluso pueden ser plagas domésticas y de alimentos almacenados”, añade el investigador. 

    Los resultados mostraron, en general, una reducción considerable en la abundancia de parásitos cuando la temperatura o la humedad aumentaron. No fue así en el caso de los derméstidos que, por el contrario, incrementaron su abundancia especialmente con la humedad y en los nidos en los que se encontraron polluelos muertos.

    “Aunque los polluelos podrían verse beneficiados ante la disminución de parásitos como consecuencia de las alteraciones en el clima, observamos que su condición física empeoró, por lo que estos cambios les afectan negativamente de forma directa”, señala la investigadora del MNCN. “En el caso de los derméstidos, pese a no ser perjudiciales para las aves, su incremento descontrolado podría llegar a producir daños por ejemplo en entornos urbanos, destruyendo alimentos, documentos y distintos materiales. Por tanto, es necesario seguir investigando en esta línea de cara a establecer medidas de conservación en un escenario de cambio climático”, concluye García Velasco.