Nuevos compuestos contra el cáncer para terapia fotodinámica: reducen los efectos secundarios

El grupo de investigación QuiCAp de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ha desarrollado unos nuevos compuestos que tienen su aplicación en la terapia fotodinámica de tratamiento del cáncer y que actúan de forma electiva contra las células tumorales, reduciendo así los efectos secundarios del tratamiento.

La terapia fotodinámica es una técnica que utiliza compuestos fotosensibles que, al ser activados por una luz específica, destruyen las células cancerígenas. El equipo, liderado por la catedrática de la UCLM Blanca Rosa Manzano y por la doctora Gema Durá, ha logrado crear compuestos activos en terapia fotodinámica que están formados de metal central, iridio, y de moléculas orgánicas especiales unidas a él, que en gran medida son las responsables de captar la luz y activar el fármaco.

Las investigadoras explican que se trata de compuestos que tienen poca toxicidad en la oscuridad, pero que en presencia de la luz adecuada se activan convirtiéndose en mortales para las células tumorales. Algunos de esos compuestos han mostrado una actividad “2000 veces mayor” cuando son activados por la luz. Esto permitiría “administrar unas dosis de fármaco tan bajas que las células no sufrirían daños hasta que no se aplicara una luz de suficiente intensidad. Así, se reduce el efecto nocivo sobre las células sanas y se potencia la acción sobre las células malignas irradiadas”, de tal forma que “se aumenta la selectividad del tratamiento y se logran disminuir los efectos secundarios”.

En su trabajo, publicado en la revista Journal of Medicinal Chemistry, los investigadores también han descifrado el mecanismo de acción de los fármacos y han comprobado que “una de las principales dianas terapéuticas son las mitocondrias -responsables de suministrar la mayor parte de la energía necesaria para la actividad celular-, causando la despolarización de su membrana, así como daño en los lisosomas”.

El grupo de investigación QuiCAp está formado por investigadores de la UCLM y de la Universidad de Burgos. Junto a ellos, en este trabajo han colaborado investigadores de la Universidad de Girona, la Universidad de Zaragoza y la Universidade NOVA de Lisboa (Portugal).