Las cerca de 6.000 toneladas de residuos que diariamente recibe este vertedero –el tercero más grande de Hispanoamérica– ha generado un talud de gran altura, que además de aumentar la presión sobre el terreno, da lugar a que el suelo se desestabilice.
Un deslizamiento de residuos por la ladera dejaría expuestas enormes cantidades de residuos en descomposición, atrayendo plagas de vectores como roedores, insectos y aves de rapiña que representan un grave riesgo sanitario
Pero eso no es todo: “un deslizamiento de este tipo dejaría expuestas enormes cantidades de residuos en descomposición, atrayendo plagas de vectores como roedores, insectos y aves de rapiña que representan un grave riesgo sanitario, en especial para los barrios vecinos como Mochuelo Alto y Mochuelo Bajo, de la localidad de Ciudad Bolívar”, agrega el geólogo Juan Diego Lozano López, magíster en Ingeniería – Geotecnia de la UNAL.
Las cerca de 6.000 toneladas de residuos que diariamente recibe este vertedero –el tercero más grande de Hispanoamérica– ha generado un talud de gran altura, que además de aumentar la presión sobre el terreno, da lugar a que el suelo se desestabilice.
En su estudio, el magíster evidenció que la zona norte del área actual de operación del Relleno tiene una probabilidad de deslizamiento con un riesgo medio estimado entre el 1 y 1,15 % para marzo de 2023, debido a las características cambiantes e inestables de los residuos sólidos depositados allí.
“En la basura, la materia orgánica pasa de su fase sólida a su fase líquida y gaseosa generando lixiviados (líquidos oscuros que se producen por la descomposición de esta) y biogás que pueden causar inestabilidad. Las condiciones cambian con la operación, las lluvias y otros factores ambientales”, afirma.
En su estudio aplicó la Guía metodológica para estudios de amenaza, vulnerabilidad y riesgo por movimientos en masa, del Servicio Geológico Colombiano (SGC), construida por el profesor Guillermo Eduardo Ávila Álvarez, de la Facultad de Ingeniería de la UNAL, y otros autores.
Aunque la Guía está diseñada para evaluar deslizamientos en suelos y rocas, el experto Lozano la adaptó para aplicarla a los residuos sólidos de Doña Juana, los cuales tienen características particulares como su comportamiento cambiante a medida que la materia orgánica se descompone.
Además creó un modelo en tres dimensiones (3D) con el software Autodesk Civil 3D, para analizar todo el terreno e identificar las zonas que tendrían mayor riesgo.
“Detrás de ello hay todo un análisis que incluye métodos estadísticos, y que en su conjunto aportan información valiosa sobre la confiabilidad del talud o la excavación en un lugar como estos”, explica.
Las consecuencias de un deslizamiento serían graves. El geólogo identificó riesgos directos en las vías de acceso, las chimeneas, la instrumentación y la planta de tratamiento de biogás de Doña Juana, que actualmente genera 0,5 megavatios de energía por hora.
“La afectación se daría particularmente en el área donde se ubican las antorchas encargadas de incinerar el biogás que queda de generar la electricidad”, subraya.
¿Qué hacer?
Ante este escenario, una de las principales conclusiones y recomendaciones del estudio es reforzar y mejorar urgentemente las chimeneas utilizadas para extraer los lixiviados y gases de la masa de residuos.
“Las chimeneas actuales son simples tubos de PVC que se doblan y colapsan frecuentemente bajo las increíbles presiones ejercidas por los desechos en descomposición. Sería mejor reemplazarlas con robustas chimeneas de concreto con bases de mayor área capaces de resistir los empujes”, precisa.
Aunque en el Distrito se exploran alternativas para implementar una economía circular que disminuya los residuos destinados a rellenos sanitarios, incluso bajo los esquemas más avanzados de reciclaje y aprovechamiento se requerirá disponer en tierra aproximadamente un 10 % de los desechos.
En el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) vigente, el proyecto Doña Juana cuenta con zonas de aprovechamiento y también destina un polígono para la disposición mediante la tecnología de enterramiento. Sin embargo es necesario identificar nuevos sitios que cumplan estrictos criterios geotécnicos, ambientales y de acceso para albergar futuros rellenos sanitarios.