Diane Halpern: “El pensamiento crítico es la mejor preparación para el futuro”

La reconocida académica y expresidenta de la Asociación Americana de Psicología (APA), Diane Halpern, visitó la Universidad de Chile, donde destacó la importancia de integrar el pensamiento crítico en todos los niveles educativos, subrayando su relevancia para una democracia sólida y una ciudadanía informada. También habló sobre la necesidad de equilibrar la enseñanza tradicional con enfoques innovadores que fomenten la creatividad y las habilidades críticas, esenciales en el siglo XXI.

Diane Halpern, psicóloga de la University of Pennsylvania y doctora de la Universidad de Cincinnati, es una experta reconocida internacionalmente en la educación para el pensamiento crítico, los estudios de género y las ciencias del aprendizaje. Su vasta trayectoria incluye haber sido presidenta de la Asociación Americana de Psicologia (APA), la Asociación de Psicología Occidental y la Sociedad para la Enseñanza de la Psicología. Es, además, decana emérita de Ciencias Sociales en las Escuelas Minerva del Keck Graduate Institute y profesora emérita de Psicología en Claremont McKenna College.

– Su trabajo sobre el pensamiento crítico ha sido muy influyente ¿Cómo ve la integración de estas habilidades en los currículos educativos de la próxima década?

El pensamiento crítico es primordial. No podemos tener una ciudadanía informada y votantes capaces sin habilidades de pensamiento crítico. Estas habilidades se pueden incorporar a todos los niveles educativos de manera apropiada para cada edad. Necesitamos enseñar a las personas a identificar y evaluar la información críticamente, y esto debe practicarse con retroalimentación constante. Podemos enseñar a las personas a pensar mejor. 

– ¿Cuáles son las habilidades más críticas que las personas deben desarrollar para prosperar en el siglo XXI?

Las habilidades más difíciles suelen parecer las más simples, como entender que correlación no implica causalidad. A menudo escuchamos afirmaciones sin cuestionarlas críticamente. Necesitamos habilidades para reconocer y cuestionar estas conexiones falsas y, para esto, el pensamiento crítico es esencial.

– En su investigación sobre estudios de género, ¿cuáles han sido algunos de los hallazgos más sorprendentes sobre las diferencias cognitivas entre sexos?

El número de mujeres en campos de matemáticas y ciencias ha aumentado, aunque lentamente. Podemos reclutar a mujeres talentosas si las inspiramos adecuadamente y cambiamos la forma en que enseñamos. También me preocupa la falta de hombres en áreas como la psicología clínica y la educación infantil, donde su presencia es vital para ofrecer modelos a seguir positivos tanto para niñas como para niños.

– Con los rápidos avances tecnológicos, ¿pueden los educadores equilibrar efectivamente la enseñanza de conocimientos fundamentales con enfoques innovadores para fomentar la creatividad y el pensamiento crítico?

Sí, aunque es un desafío. La tecnología puede ser una gran herramienta, pero necesitamos preparar a nuestros estudiantes con habilidades que no puedan ser fácilmente automatizadas, como la interacción humana, la resolución de problemas novedosos y el pensamiento crítico. Estas habilidades son la mejor preparación para un futuro dominado por la tecnología.

– Como experta en ciencias del aprendizaje, ¿qué estrategias recomendaría a los educadores en Chile?

Las mismas que recomendaría en cualquier parte del mundo: aprendizaje cooperativo, cuestionamiento directo y un enfoque en la comprensión profunda más que en la memorización superficial. Necesitamos que los estudiantes realmente entiendan y puedan aplicar lo que aprenden.

– En sus roles de liderazgo dentro de asociaciones de psicología, ¿cuáles cree que son los principales desafíos y oportunidades que enfrenta la psicología hoy?

Uno de los mayores desafíos es la falta de entendimiento y tratamiento adecuado para muchos trastornos mentales. A pesar de tener gran éxito con algunos problemas como la depresión, necesitamos convencer al público de que la terapia puede ser efectiva y eliminar el estigma asociado. Esto podría ayudar a abordar la crisis de salud mental que enfrentamos globalmente.