El Instituto de Productos Naturales y Agrobiología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IPNA-CSIC) ha acogido la presentación de los resultados del proyecto Explorando la igualdad de género en la arqueología española desarrollado, en el que se ha puesto de manifiesto la falta de igualdad en este sector de la ciencia y se han mostrado datos como que el 71% de las arqueólogas no tienen hijos y quienes son madres afirman que que la maternidad ha tenido un impacto negativo en su carrera.
La investigación, desarrollada por Giulia Uccheddu, analizó las experiencias, opiniones y perspectivas de profesionales de la arqueología en España a través de entrevistas semiestructuradas y una encuesta online dirigida al colectivo que recibió 413 respuestas de todo el país. El análisis de los resultados obtenidos ha permitido comprender los desafíos y oportunidades a los que se enfrentan los diferentes géneros en este ámbito y servirá de fundamento para políticas y protocolos relacionados con la igualdad de género y la prevención de situaciones de acoso en el sector.
Qué datos muestran la desigualdad en la arqueología
Los resultados dibujan un panorama marcado por la desigualdad. Las tres cuartas partes de las personas encuestadas, el 76 %, perciben una falta de igualdad de género en el sector de la arqueología. Uno de los aspectos más destacados es la dificultad para conciliar la familia y el trabajo. Ni hombres ni mujeres creen que la profesión arqueológica facilite la conciliación entre la vida laboral y familiar. En este sentido el 66 % de la muestra total no tiene descendencia, y del total de mujeres, el 71 % no tiene hijos y el 23 % afirma que tenerlos ha supuesto un impacto negativo.
Más allá de la inequidad arraigada en la sociedad, las mujeres suelen asumir la mayoría de las responsabilidades de cuidado lo que a menudo dificulta su progreso profesional en comparación con los hombres. La arqueología se presenta como una profesión que no permite tener hijos, una forma de vida que difícilmente puede encajar con la maternidad, sobre todo debido a la movilidad necesaria para el trabajo de campo, que suele ser prolongado y requerir estar alejado del hogar durante largos períodos. De hecho, muchas mujeres abandonan sus carreras tras la maternidad debido a la dificultad para mantener el ritmo de competencia, porque los índices de productividad académica y la imposición de una constante movilidad nacional e internacional dificultan enormemente conciliar la maternidad con una práctica profesional tan competitiva.
La mayoría de las mujeres (el 54 %) ganan entre 1000 y 2000 euros, independientemente de contar con más de diez años de experiencia en la profesión o poseer estudios superiores. La relación entre nivel educativo, experiencia y salario es más coherente para los hombres, con un 65 % de aquellos con un doctorado ganando más de 2000 euros. También se observa una proporción más alta de mujeres sin salario (el 6 % de hombres y el 11 % de mujeres). Además, hay una proporción mayor de hombres que ganan más de 3000 euros (el 14 % de hombres y solo el 3 % de mujeres).
Los responsables del estudio señalan que entre los resultados más preocupantes se encuentra la prevalencia del acoso en el ámbito laboral, con énfasis en las excavaciones arqueológicas. Las respuestas muestran que un 43 % de las personas encuestadas han sufrido violencia verbal y un 36 % psicológica. Además, el 33 % de las mujeres y el 8 % de los hombres han sufrido acoso sexual.
Según el 55 % de las personas encuestadas, el trabajo de campo favorece el acoso. Las narrativas recopiladas revelan patrones que resaltan la excavación como un entorno social influenciado por relaciones de poder y género. La naturaleza del trabajo de campo implica una convivencia las 24 horas, un contacto prolongado y concentrado en días, semanas o meses que puede propiciar el acoso. Además, la falta de privacidad durante la excavación puede agravar situaciones de acoso, creando un ambiente propenso a comportamientos inapropiados.
Medidas de mejora
Entre las propuestas de los investigadores de este trabajo para promover la igualdad de género en el campo de la arqueología las preferidas son favorecer medidas para visibilizar y destacar el papel de las mujeres en la arqueología profesional, promover la paridad en foros y eventos y adoptar un enfoque feminista en la investigación arqueológica. También se señala la necesidad de fomentar la diversidad de género en los procesos de contratación y aumentar la presencia de mujeres en roles de liderazgo. Otras propuestas son la de implementar políticas de apoyo para conciliar la vida personal y profesional, como el acceso a servicios de cuidado infantil en lugares de trabajo y la ampliación de plazos para mujeres con hijos.
El estudio también enfatiza la importancia de educar y concienciar desde la enseñanza para eliminar estereotipos de género e integrar programas de formación en igualdad de género en el ámbito arqueológico. Asimismo, aboga por establecer protocolos efectivos y transparentes para denunciar el acoso, crear comités externos para investigar denuncias y aplicar sanciones severas contra el acoso, incluida la expulsión del lugar de trabajo.