Los edulcorantes dan sabor dulce a los alimentos y su uso ha llegado a ser excesivo, especialmente en el caso de los no calóricos, aditivos con un alto poder endulzante. Esta práctica de la industria alimentaria ha despertado la preocupación de las autoridades sanitarias y de especialistas, que defienden la necesidad de advertir de la presencia de estos edulcorantes con un etiquetado especial.
A continuación, cuatro argumentos que explican por qué añadir una leyenda de advertencia -junto a los ya conocidos octógonos ‘alto en’- en los alimentos que contienen edulcorantes no calóricos va en la dirección correcta, según la evidencia:
Por qué se deben emplear etiquetas para advertir de la presencia de edulcorantes
1. Los edulcorantes no calóricos se usan ampliamente en alimentos envasados y son consumidos de forma masiva por la población
En el 2020, el 23% de los alimentos envasados del mercado tenían al menos un edulcorante no calórico como parte de su listado de ingredientes. La presencia de estos aditivos era de 44% entre los alimentos de categorías dulces. Sucralosa fue el edulcorante no calórico más frecuente, mientras que la sacarina fue el menos utilizado. La presencia de estos aditivos en los alimentos es mayor a lo reportada en otros países, situación que sucedía también antes de la implementación de los sellos ‘Alto en azúcares’ (1).
2. El consumo de edulcorantes no calóricos es muy frecuente en etapas críticas del desarrollo como la gestación, en lactantes, preescolares y adolescentes
Sobre el 90% de niños y niñas entre 5 y 7 años consumieron algún edulcorante no calórico, ya sea como parte de un alimento o añadido al momento del consumo, de acuerdo a nuestras encuestas de consumo de alimentos del día anterior (2). La frecuencia de consumo es menor en otros grupos, como embarazadas, niños de 3 años y en adolescentes, pero en todos supera el 70%. Entre lactantes de 12 meses, el consumo de sucralosa alcanzó el 30% de la muestra estudiada.
3. El consumo de edulcorantes no calóricos no reemplaza necesariamente el consumo de azúcares
Según análisis aún no publicados realizados en CIAPEC, los niños y niñas de 3 años que consumieron edulcorantes no calóricos el día anterior tuvieron dietas con el mismo contenido de azúcares que aquellos que no consumieron estos aditivos. Asimismo, adolescentes que consumieron sucralosa o stevia el día previo no presentaron menor ingestas de azúcares durante ese día. Estos hallazgos podrían deberse a que el 70% de productos envasados que tiene edulcorantes no calóricos, también tienen ingredientes que aportan azúcares (3).
4. Estudios sugieren que el consumo de edulcorantes no calóricos no facilita el control de peso y puede asociarse a alteraciones de salud que antes no se habían identificado, como sobrepeso/obesidad e insulinorresistencia.
Lo anterior, llevó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a recomendar, en 2023, no usar estos aditivos en población general para control de peso o disminución del riesgo de enfermedades no transmisibles (4). La recomendación de la OMS es condicional, indicando que la evidencia es aún inicial y haciendo un llamado a generar nueva evidencia para revisar en el corto plazo. Cabe destacar que los estudios que generan preocupación muestran problemas de salud con consumos habituales de edulcorantes no calóricos, es decir, consumos menores al máximo diario recomendado (llamado ingesta diaria aceptable o IDA).