Microplásticos, la solución para acabar con uno de los mayores problemas ambientales

Investigadores de la Universidad de Chile advierten de la importancia de sustituir el uso del plástico por otros materiales sostenibles.

Pese a que hay investigaciones y se conoce el impacto de la contaminación por microplásticos en el medioambiente y en animales acuáticos, las medidas hasta el momento no han sido suficientes. Hace algunas semanas, la Unión Europea anunció que comenzará a reducir la contaminación por microplásticos -partículas de naturaleza plástica de tamaño menor a 5 mm-, a través de un reglamento que restringe el uso de microplásticos añadidos intencionadamente en algunos productos como la purpurina o las microperlas incluidas en productos cosméticos. 

“A nivel de estudios en organismos marinos pequeños, no hay ninguna duda del impacto de estas partículas en su crecimiento, reproducción, inflamación, etc., pero no está claro en seres humanos”, asegura Benjamín Suárez sobre la contaminación por microplásticos.

La contaminación es un grave problema que influye no sólo de manera negativa en la naturaleza sino también en los que habitan en ella. Como apuntan distintas organizaciones como la OMS, el cambio climático es una emergencia global que involucra a las personas de todo el mundo y la única forma de preservar nuestro modo de vida es adoptar las precauciones y medidas necesarias para el cuidado del planeta. En este sentido, los profesionales del Laboratorio de Toxinas Marinas de la Universidad de Chile han advertido de la contaminación por microplásticos y el desafío que deben adoptar las empresas: “materiales nuevos y reemplazar el plástico”.

Según ha señalado el director de Labtox, Benjamín Suárez “a nivel de estudios de laboratorio, hay muchos impactos. A nivel de estudios en organismos marinos pequeños, no hay ninguna duda del impacto de estas partículas en su crecimiento, reproducción, inflamación, etc., aunque no está claro en seres humanos“.

Los microplásticos son partículas de naturaleza plástica de tamaño menor a 5 mm.

En qué productos encontramos estos microplásticos

Sombras de ojos, iluminadores, marcadores, exfoliantes de cuerpo y cara, brillos labiales, limpiadores de casa, protectores solares, lacas, pastas de dientes, ropa sintética y jabones: estos son solo algunos de los productos que usamos día a día que contienen microplásticos y que silenciosamente están contaminando el planeta.

Incluso la ropa genera microplásticos. Como ha explicado el jefe de Laboratorio de Labtox Uchile, Daniel Carrasco, hay dos tipos de microplásticos: “Los primarios, que son estos productos incorporados como microesferas a un componente mayor como los exfoliantes, para detergentes, etc., y microplásticos secundarios, que tienen que ver con la degradación”. Y es dentro de estos secundarios se encuentran las fibras, que son los principales tipos de microplásticos presentes, que provienen de la ropa que utilizamos, debido a que nuestra ropa -principalmente hoy en día- está hecha con polímeros artificiales”.

“Este desgaste puede ser físico. Un pedazo, por ejemplo, de una boya que, al estar expuesta a las corrientes o al oleaje, cada vez se va fragmentando más, entonces va a generar microplásticos secundarios, un rompimiento que puede ser químico, físico o incluso por la reacción ultravioleta. Lo que más encontramos nosotros en nuestros estudios, en estos muestreos, son de este origen, microplásticos secundarios y dentro de estos secundarios se encuentran las fibras, que son los principales tipos de microplásticos presentes, que provienen de la ropa que utilizamos, debido a que nuestra ropa -principalmente hoy en día- está hecha con polímeros artificiales y en el lavado y en el uso cotidiano se desprende una gran cantidad”, detalla Carrasco.

Ignacio Rubilar, María Fernanda Barrera y Daniel Carrasco, de Labtox Uchile, aseguran que junto con las investigaciones, debe haber trabajo de divulgación para que las acciones que se tomen tengan impacto.

Cuáles son los principales desafíos con los microplásticos

El investigador de la U. de Chile añade que uno de los principales desafíos a futuro es lograr determinar y saber el grado de contaminación y, eventualmente, el riesgo de esta presencia de microplásticos en nuestro alimento o en el ambiente y, finalmente, en nuestros organismos parasaber cuál es el grado de impacto en la salud pública. Ignacio Rubilar agrega que, en ese sentido, el trabajo, además de dentro del laboratorio y en crear protocolos de estudio, también está en la divulgación de información en los colegios, de poder entregar información correcta y con evidencia de este tipo de contaminantes. “En el fondo, nosotros también queremos abarcar esta área y darle una mirada un poquito más positiva, porque toda esta información sobre la contaminación es abrumadora”.

Respecto a los próximos pasos a seguir, Benjamín Suárez señala: “¿Recuerda que hace años hubo una tremenda discusión sobre el listado de la composición de alimentos? Hace años existe la obligación del listado de los componentes de productos, pero los microplásticos presentes que has añadido intencionalmente a cremas exfoliantes, por ejemplo, no están mencionados cuando usted mira la cajita, están explícitamente borrados. Yo entiendo que eso va a ser necesario exponer, no solamente que esté traducido, va a tener que decirse ‘este producto está libre de microplásticos’”.

“Hay norma, hay esfuerzo, hay organización, hay estudios, etc., pero el hecho concreto es que la producción de plástico sigue aumentando y va a seguir aumentando por las increíbles aplicaciones que tienen todos estos materiales en la vida diaria, en la ciencia, en la tecnología, en los automóviles, en los medios de transporte, en lo que tú quieras y, por eso, acá hay que generar menos residuos y más conciencia. El desafío, además, está en generar materias nuevas y reemplazar el plástico”, sentencia Suárez.