La búsqueda de soluciones sostenibles para la movilidad no cesa. Al crecimiento que en los últimos años está viviendo el vehículo eléctrico y a los combustibles sintéticos que elaboran grandes petroleras, se suman los biocombustibles avanzados, creados con residuos de diferentes industrias. La Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ha desarrollado un nuevo método para fabricarlos, con el que se logran unos biocombustibles de calidad, que pueden ser empleados en coches, camiones e incluso aviones.
Estos nuevos combustibles basados en residuos representan una alternativa muy interesante a la gasolina, el diesel y al queroseno de aviación. Están impulsados por la directiva europea 2018/2001, en la que se establecen las características que deben reunir y que para su fabricación se pueden utilizar restos de microalgas, biomasa de las estaciones depuradoras, estiércol de animal, residuos de la industria del papel, así como residuos procedentes de industrias agroalimentarias.
Representan un paso más en la economía circular, porque permiten retirar miles de toneladas de residuos que actualmente representan un problema ambiental. Además, cuentan con la ventaja de que se pueden emplear en los vehículos de gasolina, diésel y aviones actuales, sin tener que hacer ningún tipo de adaptación, ya que la intervención se realiza en el tratamiento de los residuos.
Qué nuevo método para la obtención de biocombustibles avanzados ha desarrollado la UCLM
La UCLM ha desarrollado un método nuevo y más sofisticado para obtener biocombustibles avanzados, que consiste en un tratamiento con hidrógeno de los aceites extraídos de los residuos empleados en la fabricación de estos nuevos biocombustibles.
Esta nueva forma de trabajar con los residuos ha sido desarrollada por un equipo de investigadores dirigido por el catedrático de la UCLM, Magín Lapuerta. Este investigador explica que con la inyección de hidrógeno se logra transformar los terpenos, que son unos metabolitos secundarios, dobles enlaces en términos químicos, responsables del aroma y del sabor de las plantas. Estos componentes dificultan la combustión y con su eliminación se logra que el diesel, la gasolina o el queroseno de aviación resultantes reúnan las características de calidad adecuadas para el funcionamiento de estos motores.
Cómo se fabrican los biocombustibles avanzados
Los biocombustibles avanzados se producen mediante la transformación de biomasa en hidrocarburos, a través de procesos termoquímicos o biológicos. A continuación, el producto obtenido se mezcla con combustibles fósiles tradicionales, en una proporción que puede llegar hasta el 30 por ciento.
Estos biocombustibles presentan un bajo contenido en carbono y el nivel de emisiones es menor que los actuales. Y son, como dice Magín Lapuerta, los combustibles «que mejor ciclo de vida tienen».
Qué pruebas ha realizado la UCLM con biocombustibles tratados con hidrógeno
El equipo del Instituto de Investigación en Energías Renovables de la UCLM ha llevado a cabo el proceso de producción en laboratorio y ha fabricado su propio diesel, que ha sido probado en el motor de un Nissan Qashqai. Mediante un proceso de destilación, los investigadores de la UCLM han obtenido un aceite con los residuos empleados. Este producto ha sido sometido al proceso de hidrogenación, en unas condiciones, asegura Magín Lapuerta, «no muy agresivas y a temperatura media-baja», con el que se han eliminado los terpenos.
Este componente ha sido añadido al diesel convencional en proporciones del 20 y del 30 por ciento, y en ambas, el comportamiento ha sido excepcional, con una combustión adecuada. Con la hidrogenación se logran «combustibles más estables y con menos tendencia a la formación de partículas», añade Magín Lapuerta.
Este trabajo, que ha dado lugar a una tesis defendida por David Donoso y dirigida por el propio Lapuerta y el profesor de la Politécnica de Madrid, Laureano Canoira, ha servido para demostrar la eficacia de la hidrogenación, y sienta las bases para la mejora de los combustibles avanzados.
Por el momento, solo se ha ensayado a nivel de laboratorio, pero el sistema reúne las condiciones para ser escalado a nivel industrial, solamente con optimizar los catalizadores e hidrogenar en condiciones más agresivas.
Estos combustibles avanzados representan el futuro inmediato en la movilidad, sobre todo en transporte por carretera y aviación, por la dificultad de electrificar estos vehículos.