Por problemas de caries profundas o daños irreparables, muchas personas recurren a implantes dentales o prótesis, cuyos costos suelen ser elevados. Una alternativa más asequible y también efectiva es el autotrasplante, que implica extraer un diente de su ubicación original para reubicarlo en la zona necesaria, preservando así el diente natural, que es a lo que siempre le apuntan los especialistas.
“Con avances en herramientas digitales y biología, ahora podemos afirmar que el autotrasplante dental tiene una supervivencia del 95 % y una tasa de éxito del 85 %, convirtiéndolo en una alternativa altamente biocompatible”, aseguró la odontóloga Tamara Micaela Peña Sarmiento, residente de Endodoncia de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), durante el I Encuentro Internacional de Posgrados de Endodoncia, organizado por la Institución.
Cuando se realiza este procedimiento, los profesionales buscan que el diente tenga una adaptación y adherencia –a corto, mediano y largo plazo– a tejidos como los periodontales, entre ellos la encía, que tienen la importante función de mantener los dientes en su lugar.
Durante el Encuentro, la odontóloga Peña compartió el caso clínico de una mujer de 66 años que por una fractura dental se sometió a un autotrasplante del tercer molar inferior izquierdo (número 17) al lugar del primer molar inferior derecho (número 46).
“Realizamos el análisis clínico y radiográfico, la planificación digital y el procedimiento quirúrgico, seguido de un análisis del seguimiento a lo largo de un año. Es importante hacer un análisis 360° que nos permita observar en detalle las condiciones del diente donante”, explicó la doctora.
“Antes de la intervención se realizan diferentes pruebas, entre ellas la de sensibilidad, y se verifica que los tejidos periapicales –que rodean el ápice de un diente– se encuentren en un estado normal para evitar algunas complicaciones quirúrgicas”.
Transcurridos 3 meses del tratamiento se observó la cicatrización del tejido óseo, proceso en el que las células óseas migran al área del trasplante y comienzan a formar nuevo hueso. Según explicó la experta, “una buena cicatrización determina el éxito del trasplante”.
Cuando se practican estos procedimientos, los especialistas evalúan la “estabilidad del tejido”, relacionado con la capacidad de tejidos bucales como el gingival, el ligamento periodontal y el hueso alveolar para adaptarse y permanecer en buen estado después de un trasplante dental. Es un proceso esencial para el éxito a largo plazo, pues influye en la funcionalidad y la apariencia final del trasplante.
“Buscamos la estabilidad de tejido de soporte –que se da mediante la cicatrización periodontal–, conformado por el ligamento periodontal, un tejido conectivo especializado, altamente vascularizado y formado por diferentes células que se diferenciarán en distintos linajes según el estímulo”, precisó.
En estos casos la tecnología también juega un papel importante. Para que la cirugía fuera exitosa, en este caso se tuvo en cuenta una planeación digital, un escaneo que mediante algoritmos permitió ver la posición de los dientes y sus raíces.
En este y otros casos clínicos abordados con la misma técnica se plantea que el autotrasplante dental es una alternativa funcional que, respaldada por una planificación quirúrgica precisa, puede ofrecer una estabilidad y buenos resultados hasta un largo plazo.
“La técnica de autotrasplante permite restablecer el tejido mucogingival de soporte. Además, la intervención quirúrgica con herramientas complementarias nos permite abordar los diferentes casos con seguridad y atender posibles complicaciones en el tiempo extraoral y la posición del diente”, manifestó la experta.