El trabajo internacional, donde colaboraron los académicos de la Universidad de Tarapacá Macarena Fuentes Guajardo y Francisco Rothhammer fue publicado en la revista Communications Biology, analizó más de seis mil rasgos faciales de hispanoamericanos.
El estudio concluyó que los humanos modernos podrían haber heredado genes que determinan la altura de la nariz de los Neandertales, especie humana extinta hace 40.000 años.
En esta investigación se analizaron los rasgos faciales de más de 6.000 hispanoamericanos, entre ellos más de 2.000 chilenos, mediante la marcación automática de retratos 2D, poniendo 34 landmarks en puntos anatómicos específicos del rostro, por ejemplo, en la punta de la nariz. Y luego, esta información que corresponde al fenotipo se cruzó con la información genética de los individuos, explicó Macarena Fuentes Guajardo, Académica de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Tarapacá.
“Detectamos asociaciones estadísticamente significativas en 42 regiones del genoma, nueve de las cuales ya se habían reportado. Luego, se aplicaron los mismos análisis en otras poblaciones para replicar los hallazgos, y 26 de las 33 nuevas regiones se replicaron en asiáticos orientales, europeos o africanos, y además se comprobó en un modelo animal (ratón) que una región homóloga a una de las encontradas en este estudio influye en la morfología craneofacial de estos animales”, detalló Fuentes.
De estudios anteriores, indicó, se sabía que una región en el cromosoma uno presenta introgresión (movimiento de genes de una especie a otra) de los neandertales, “y como nosotros encontramos asociaciones genéticas entre esta región y medidas relacionadas con el largo de la zona media de la cara, revisamos si en la muestra de latinos se presentaba este fragmento de introgresión. Efectivamente, si estaba presente y está asociada con el aumento de la altura nasal (de acuerdo con la diferenciación entre los neandertales y los humanos modernos)”.
Esto, acotó la especialista en genética humana, permitió concluir que “los humanos modernos podrían haber heredado genes que determinan la altura de la nariz de los Neandertales”.