El péptido amiloide es uno de los tóxicos fundamentales causantes de la enfermedad de Alzheimer. Su acumulación se considera uno de los pilares neuropatológicos fundamentales de aquélla y su desregulación fisiológica tiene un papel crucial en el inicio de la enfermedad. Ésta es la razón por la que en el último lustro se hayan investigado numerosas terapias anti-amiloides con el objetivo de revertir sus efectos tóxicos, las cuales recientemente han culminado con la aprobación de dos nuevos medicamentos por parte de la Agencia Estadounidense del Medicamento: los anticuerpos monoclonales Aducunumab y Lecanemab.
Ahora, los directores del Laboratorio de Neurofisiología y Comportamiento de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), los investigadores Lydia Jiménez y Juan Navarro, y Danko Jeremic, estudiante de doctorado del Plan Propio de Investigación de la Universidad regional, han implementado una herramienta online, reproducible, actualizable y accesible a toda la comunidad científica, con la que han realizado un meta-análisis exhaustivo de la eficacia y seguridad del tratamiento anti-amiloide con los nuevos anticuerpos monoclonales (mAbs) -grandes proteínas con estructuras complejas utilizadas por el sistema inmunitario para identificar y neutralizar objetos extraños- a partir de los datos de ensayos clínicos en fase III, es decir, estudios clínicos previos a la autorización y comercialización de los fármacos. El trabajo ha quedado recogido en la revista Ageing Research Reviews.
Para el desarrollo de esta aplicación web de acceso abierto, AlzMeta.app se han obtenido los resultados del trabajo a partir de 14 980 pacientes de 14 estudios y 4 fármacos de tipo mAbs, entre los que se encuentran los nuevos medicamentos Aducunumab y Lecanemab. Según los investigadores de la Facultad de Medicina del Campus de Ciudad Real, los análisis muestran que estos fármacos produjeron los resultados de biomarcadores más prometedores reduciendo significativamente los niveles de péptido amiloide en líquido cefalorraquideo, y mejorando ciertos test cognitivos.
Sin embargo, los investigadores advierten que, a partir de los resultados obtenidos, esos fármacos no lograron demostrar un beneficio clínico claro, ya que los efectos sobre los resultados cognitivos fueron pequeños en comparación con los resultados de los biomarcadores y la seguridad, además de provocar efectos adversos importantes como edema cerebral y cefaleas, entre otros. Los resultados también indicaron que estas terapias pueden ser más beneficiosas para pacientes con enfermedad de Alzheimer en estadios iniciales, que para aquellos en etapas más avanzadas.
La aplicación AlzMeta.app permite a cualquier usuario reproducir los resultados, realizar diferentes análisis de los efectos cognitivos, de biomarcadores y de efectos secundarios de estos tratamientos, así como probar sus propias hipótesis sobre estos fármacos en la enfermedad de Alzheimer.
Además, los investigadores Lydia Jiménez, Juan Navarro y Danko Jeremic han publicado un segundo trabajo publicado en la misma revista en el que analizan el potencial terapéutico de otros tratamientos frente a otras posibles causas de la enfermedad descritas en los últimos años, como son los factores epigenéticos, que podrán combinarse con los anticuerpos recientemente aprobados.
A modo de conclusión, los investigadores apuntan que los datos indican que es más importante que nunca redoblar los esfuerzos para desarrollar tratamientos que combinen los fármacos dirigidos contra el amiloide – siempre controlando sus efectos adversos – con terapias dirigidas a las otras vías que contribuyen a la enfermedad de Alzheimer, como por ejemplo la epigenética. El objetivo a alcanzar, apuntando a múltiples factores de riesgo y dianas, es el de disminuir efectos secundarios y aumentar la eficacia y seguridad de las terapias, ofreciendo tratamientos de precisión a cada paciente y una mejor oportunidad para frenar esta pandemia global, la del Alzheimer, que afecta a unos 46 millones de personas de todo el mundo.
Los estudios llevados a cabo han sido financiados con fondos del Plan Estatal de Investigación y de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.