“La monitorización del desarrollo y caracterización del pie en la infancia como herramienta clínica podría ayudar a podólogos, traumatólogos y otros profesionales de la salud a identificar a los pacientes que presentan factores de riesgo, lo cual permitirá implementar tratamientos físicos u ortopédicos de manera temprana para prevenir futuras deformidades y otros problemas en los pies relacionados con la obesidad en la edad adulta”, señala desde Talavera de la Reina la profesora de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) Laura Martín Casado.
Junto a los también profesores de la UCLM Juan José Criado Álvarez, Begoña Polonio López, Félix Marcos Tejedor y Alberto Aldana Caballero, y al profesor de la Universidad Técnica de Ambato (Ecuador) Christian Barquín, ha publicado el estudio ‘La morfología del pie como predictor del riesgo de desarrollar un hallux valgus infantil’ en la revista Scientific Reports.
Qué se debe observar en la infancia para reconocer el posible desarrollo de juanetes en el futuro
La investigación ha determinado que la edad, la longitud del pie y el ancho del talón podrían ser factores de riesgo para el desarrollo de hallux valgus (juanete), mientras que el ancho del metatarsiano y la altura del arco podrían ser factores protectores.
Según explica la profesora, “la prevalencia de sobrepeso y obesidad está alcanzando niveles de epidemia a nivel mundial, afectando a personas de todas las edades y, entre ellas, en niños y adolescentes”. El propósito del estudio “fue analizar las diferencias morfológicas del pie en niños y niñas según su índice de masa corporal y determinar los factores de riesgo para el desarrollo de un hallux valgus en la infancia y adolescencia”.
A tal efecto, desde la Facultad de Ciencias de la Salud de Talavera de la Reina, midieron las longitudes, anchos, alturas y ángulos de ambos pies con un escáner 3D en 1678 niños y niñas de 5 a 17 años. “El exceso de peso corporal produce cambios en el pie de los niños y adolescentes. Los niños con sobrepeso y obesidad tienen pies más largos y anchos, mientras que la altura del arco fue menor únicamente en niños con obesidad”, explica la profesora.