Un extenso trabajo de campo en Perú y Ecuador pone de manifiesto la importancia de la caza y del comercio local de estas especies y el impacto en su población. El equipo de investigación también observó que el 96% de los loros mantenidos ilegalmente como mascotas fueron capturados o vendidos a nivel local, mientras que solo un 14% fueron obtenidos en los grandes mercados de fauna repartidos por el país. Las especies más demandadas son transportadas a grandes distancias, superando los 1.000 km, para ser distribuidas en mercados o en zonas alejadas de sus hábitats, atravesando incluso fronteras.
El comercio ilegal de fauna a nivel internacional está bastante estudiado, sin embargo, existen importantes lagunas de conocimiento con respecto a esta actividad a un nivel más local. Un equipo internacional de biólogos ha publicado recientemente un estudio, llevado a cabo en Perú y sur de Ecuador, en el que demuestran que la captura de las especies más demandadas de loros y guacamayos, para su uso como mascotas, es muy superior a lo que permitiría su disponibilidad en el medio natural de estas regiones del trópico.
Para llevar a cabo el estudio, el equipo de investigación recorrió alrededor de 12.000 kilómetros en ambos países, en dos expediciones llevadas a cabo en 2014 y 2018. En este extenso trabajo de campo realizaron censos por carretera para estimar las abundancias relativas de loros, método idóneo para estimar abundancias de grupos de aves como loros o rapaces.
Así mismo, estimaron las abundancias relativas de las especies mantenidas como mascotas ilegales en todas las poblaciones atravesadas durante los muestreos. Sobre cada una de las mascotas encontradas, se obtuvo información sobre su origen –si habían sido capturadas localmente o compradas en alguno de los principales mercados de fauna de ambos países–, permitiendo trazar la distancia a la que había sido desplazado cada individuo desde su área nativa o mercado de fauna a través de la red de carreteras del país.
Gracias a este estudio, investigadores e investigadoras de la UPO, del CSIC y de la Universidad Tecnológica del Perú han concluido que el comercio ilegal de loros es muy selectivo y que las especies preferidas para su uso como mascotas –loros del género Amazona y grandes guacamayos– se capturan en números muy superiores a lo que permite su abundancia en el campo.
El equipo de investigación también observó que el 96% de los loros mantenidos ilegalmente como mascotas fueron capturados o vendidos a nivel local, mientras que solo un 14% fueron obtenidos en los grandes mercados de fauna repartidos por el país. Las especies más demandadas son transportadas a grandes distancias, superando los 1.000 km, para ser distribuidas en mercados o en zonas alejadas de sus hábitats, atravesando incluso fronteras.
El estudio, publicado en Conservation Science and Practice, difiere de los resultados obtenidos en otros trabajos que, al estudiar únicamente los grandes mercados urbanos, establecían que esta actividad es oportunista y afecta principalmente a aquellas especies comunes y ampliamente distribuidas. El comercio ilegal de fauna a escala local supone una amenaza para las poblaciones de loros, particularmente de aquellas especies preferidas como mascotas. Esto se refleja también en los precios que alcanzan estas especies, muy superior al de las especies más comunes. Este escenario es insostenible y debe de ser tenido en cuenta a la hora de poner en práctica medidas de conservación para estas especies.
Con este trabajo se demuestra la importancia de estudios a nivel local sobre comercio ilegal de fauna. Como destaca Pedro Romero Vidal, investigador del Departamento de Sistemas Físicos, Químicos y Naturales de la UPO, “los mercados representan un volumen mínimo en comparación con la extracción de fauna para suplir la demanda local de mascotas. Las especies preferidas son extraídas del campo muy por encima de su disponibilidad, estando sobreexplotadas, con el problema de conservación que esto conlleva”.