España se adelanta a Estados Unidos y Rusia al completar la primera red mundial de telescopios robóticos, especializados en la observación de fenómenos transitorios. La Universidad de Málaga (UMA) ha sido clave en su creación.
Fenómenos de carácter efímero que se producen en el espacio y para cuya observación se dispone de poco tiempo; rayos gamma, los fenómenos más energéticos del Universo; meteoros; incluso ondas gravitacionales. Todo este tipo de manifestaciones cósmicas están en el objetivo de la primera red de telescopios robóticos que se ha completado en el mundo, con la que España se ha adelantado a potencias como Estados Unidos y Rusia.
Quiénes han liderado la creación de la primera red internacional de telescopios robóticos
Liderada por el Instituto de Astrofísica de Andalucía, para la creación de la red BOOTES (acrónimo en inglés de Observatorio de estallidos y Sistema de exploración de fuentes esporádicas ópticas), ha sido fundamental la Universidad de Málaga, que ha aportado un equipo humano integrado por media docena de investigadores de áreas como ingeniería, álgebra y física.
Tanta ha sido la implicación de esta universidad en BOOTES que el segundo telescopio de esta red de siete instalaciones ,repartidas por los cinco continentes, está ubicado en el centro La Mayora, compartido por la Universidad de Málaga y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y cuyo diseño ha sido replicado en el resto de los telescopios de la red, para que todos cuenten con las mismas características y ofrezcan una información equivalente del cielo.
Qué hace única a esta red de telescopios robotizados
Esta red de telescopios es única porque ha sido la primera del mundo de sus características en completarse y, por otro lado y también fundamental, el que se trate de telescopios que funcionan de forma autónoma, es decir, no necesitan a ninguna persona al mando que los dirija hacia el objetivo. Esta característica contribuye a que tengan una operatividad continua y que su tiempo de reacción sea mínimo, para captar fenómenos de carácter temporal, objetos astrofísicos llamados fuentes transitorias, que no presentan una emisión permanente en el tiempo.
Alberto Castellón es uno de los investigadores de la Universidad de Málaga implicados en este proyecto y explica que esta universidad ha sido fundamental en el desarrollo de esta red, en la que está implicada prácticamente desde su creación, en 1998. “La Universidad ha puesto fondos, ha participado en las negociaciones con nuestros anfitriones en otros países, que principalmente son universidades”. La Universidad de Málaga y el Instituto de Astrofísica de Andalucía crearon una unidad asociada que les permite trabajar conjuntamente en este proyecto, fruto de un convenio que se renueva periódicamente.
Qué características tienen los telescopios de la red BOOTES
Los telescopios de la red BOOTES son ópticos y operan en el espectro visible. “La red está continuamente preparada para recibir alertas de instituciones que trabajan con otras longitudes de ondas y otras fuentes, como detectores de neutrinos, detectores de rayos gamma o sistemas para captar ondas gravitatorias del LIGO (Laser Interferometry Gravitational-waves Observatory, en español, Observatorio de ondas Gravitatorias por Interferometría Láser), que nos informa de la zona aproximada donde se ha producido el suceso”.
El éxito de esta red de telescopios reside en que siempre va a haber uno de ellos que pueda enfocar al lugar del cielo en el que se produce el suceso astronómico transitorio, ya que entre todos cubren la totalidad del cielo visible desde la Tierra; y en alguno de ellos será de noche cuando se desate la alarma para la observación de un fenómeno. Esto último asegura que siempre se pueda captar el fenómeno.
Junto a las búsquedas de estas manifestaciones transitorias, la red también realiza estudios sistemáticos, para monitorizar el cielo segundo por segundo. Toda la información captada por la red de telescopios es analizada por los investigadores que participan en este proyecto, en el que además del Instituto de Astrofísica de Andalucía y la Universidad de Málaga, están la Universidad de Huelva y otras catorce instituciones internacionales más, que se benefician de horas de observación en estos telescopios.
Qué fenómenos se estudian con la red BOOTES
La red está aportando información para el estudio de los estallidos de rayos gamma, que constituyen los eventos más energéticos del Universo y que se asocian con la muerte de estrellas muy masivas. Estos fenómenos se detectan mediante satélites, que emiten señales de alerta sobre el estallido a la comunidad científica para que el evento pueda estudiarse en detalle.
La existencia de una red de telescopios robóticos de muy rápido apuntado como BOOTES representa un complemento idóneo a la detección por satélite, el seguimiento y la monitorización de fuentes de neutrinos y objetos que emiten ondas gravitacionales, o incluso de objetos como cometas, asteroides, estrellas variables o supernovas. Pero también vigila el cielo, tanto en el seguimiento de basura espacial como en el de objetos potencialmente peligrosos, que puedan suponer una amenaza para la Tierra.
Cuáles han sido los fenómenos transitorios más importantes observados con esta red de telescopios
Las observaciones de seguimiento rápido con BOOTES de los estallidos de rayos gamma, desde los primeros segundos hasta las fases finales, han permitido restringir los modelos de este tipo de fenómenos, y también han contribuido a algunos resultados de alto impacto de los últimos años.
Uno de los observatorios de la red BOOTES fue, por ejemplo, la única estación española que observó en 2017 el evento conocido como GW170817, la quinta detección de la historia de ondas gravitatorias. El fenómeno responsable de esa emisión, la fusión de dos estrellas de neutrones, permitió el primer estudio simultáneo en luz y ondas gravitatorias por vez primera e inauguró una nueva era en las observaciones astronómicas.
BOOTES contribuyó en 2020 a la identificación de una fuente productora de ráfagas de radio de muy corta duración en nuestra propia galaxia, la Vía Láctea, que se presentó en tres artículos en la revista Nature que apuntaban a que un magnetar, una estrella de neutrones con un campo magnético muy intenso, se hallaría tras este fenómeno.
Y el fenómeno más espectacular de los observados por la red BOOTES se produjo en 2021 y fue protagonista en la revista Nature. Se trató distintos pulsos en la llamarada magnética gigante de una estrella de neutrones que, en cuestión de una décima de segundos, liberó una cantidad de energía equivalente a la que produce el Sol en cien mil años.
Esta red de telescopios robóticos pone de manifiesto la eficacia de la colaboración de universidades con centros de investigación, una alianza de fuerzas y conocimiento que ha colocado a España en posiciones de privilegio a nivel internacional y a colaborar con algunos de los observatorios más importantes del mundo.