El nivel de digitalización en los invernaderos crece a pasos agigantados y la producción agrícola bajo invernadero va camino de igualar los sistemas que se están poniendo en marcha en lo que se conoce como industria 4.0. La Universidad de Almería trabaja en la creación de un invernadero sensorizado, conectado que guíe al agricultor con la información que recoge de todos los parámetros implicados en la salud y la productividad del cultivo. Se abre paso el invernadero 4.0: hiperconectado, inteligente y que actúa por sí mismo.
Cada vez se tiene un mayor control de lo que ocurre en cultivo, gracias a que se está poniendo en valor la información que proporcionan sensores de tipo climático, los que evalúan el fertirriego y también los que permiten hacer un seguimiento estricto de los valores de la salud de los cultivos. Sin embargo, todavía se puede avanzar más.
La Universidad de Almería forma parte el Grupo Operativo INVERCONEC, un proyecto con financiación europea, en el que diferentes actores del sector agro, entre empresas y organizaciones de productores, colaboran en la mejora de los procesos que ayudan a la toma de decisiones para el manejo de entornos tan controlados como los invernaderos, mediante la creación de una plataforma tecnológica para la digitalización y el control de la producción bajo invernadero.
Qué novedad aportan los invernaderos 4.0 que nacen del proyecto INVERCONEC
La principal novedad que aporta INVERCONEC es la integración de todos los parámetros de datos a tener en cuenta en la producción hortofrutícola bajo invernadero en un solo sistema, con la creación de una plataforma de información en la nube, que permita que todas estas herramientas para la digitalización de la producción agrícola se entiendan entre sí y den recomendaciones sobre el manejo del cultivo, explica el profesor del Área de Ingeniería de Sistemas y Automática de la Universidad de Almería y representante de la institución académica en este proyecto, Jorge Antonio Sánchez Molina.
Es cierto que en la actualidad hay un conjunto de tecnologías aplicadas al control de los cultivos, que aportan datos sobre casi todos los parámetros que intervienen en la producción agrícola, pero fallan en una cuestión básica. Estas aplicaciones funcionan de manera aislada, de forma que el agricultor puede perderse entre tanta cantidad de datos sobre su explotación.
Qué se persigue con estos invernaderos 4.0
Sánchez Molina, que trabaja en el seno del grupo de Automática, Robótica y Mecatrónica, dice que con INVERCONEC se persigue que el invernadero se acerque a lo que se entiende como un entorno autónomo, de forma que el sistema analice toda la información facilitada por los diferentes sensores integrados en el invernadero y tome una decisión sobre cómo se debe actuar, sin llegar a ejecutarla, algo que, de momento, corresponderá al agricultor que está al cargo de la explotación. Aunque, como explica Jorge Antonio Sánchez, el objetivo final pasa por que el propio invernadero trabaje de manera autónoma y se encargue de todo el trabajo, incluso también de poner en marcha los mecanismos necesarios para optimizar la producción.
Con esta plataforma informática se abre un escenario nuevo, con una agricultura tecnologizada e inteligente, en la que la toma de decisiones dejen de tomarse por la pericia o experiencia del agricultor, sino que estén basadas en datos objetivos tomados con instrumentos de última generación. Como resultado, dice Jorge Antonio Sánchez, se alcanza una mejora en la productividad del invernadero, pero también en ahorro en los insumos, ya que tanto los tratamientos fitosanitarios, como los riegos se ajustan a las necesidades reales de los cultivos.
El trabajo no se queda solamente en el invernadero, ya que la el sistema informático también llega a los procesos de postcosecha y la trazabilidad de los producto hortofrutícolas. Se están integrando aplicaciones que digitalizan lotes y partidas, la clasificación de los productos según criterios de calidad, el envasado, los procesos de conservación de las frutas y hortalizas, así como todos los procesos relacionados con el almacenaje, la logística y la expedición.
Cómo se están desarrollando los elementos de los invernaderos de INVERCONEC
El desarrollo de los diferentes elementos que integran este sistema se realiza colaborativamente entre todos los integrantes del proyecto, pero cada uno de ellos se ha especializado en una parte específica. Concretamente, el equipo de la Universidad de Almería se ha centrado en la “integración de los equipos”, es decir, en conseguir que los diferentes sensores dispuestos en los invernaderos envíen los datos a la plataforma y, al mismo tiempo, ésta sea capaz de procesarlos.
Del mismo modo, también participa en el diseño de la aplicación que se pondrá a disposición de los agricultores. Y casi de forma exclusiva, el equipo de la Universidad de Almería se está encargando del sistema de recomendación sobre el manejo del invernadero que es clave para el éxito de este sistema de digitalización y control automático de los invernaderos.
En qué se basa el sistema de recomendación de acciones de manejo del cultivo
El sistema de recomendación de acciones a llevar a cabo en el invernadero basa en una serie de algoritmos y modelos de crecimiento que estiman las condiciones adecuadas para el cultivo, procesan la información recibida por los sensores y ofrecen recomendaciones sobre el manejo del invernadero.
A partir de los datos recogidos por los sensores dispuestos en el invernadero, los algoritmos y sistemas de inteligencia artificial con los que está creada se encargan de determinar las actuaciones óptimas para el cultivo.
Los ensayos de la tecnología se realizan en la Finca Experimental Las Palmerillas, perteneciente a la Fundación Cajamar. En ella se cuenta con un invernadero equipado con los sistemas de toma de datos más avanzados que, integrados en esta nueva aplicación, suponen el paso definitivo hacia una agricultura inteligente y también más sostenible.
Qué sensores es están empleando en este sistema de invernadero conectado y autónomo
Los sensores son tantos que el invernadero que se impondrá en los próximos años apenas tendrá nada que ver con lo que se conoce ahora. Por ejemplo, se trabaja con sistemas de control climático, en los que no solamente se analizan las condiciones del interior del invernadero, sino que tienen en cuenta las previsiones meteorológicas, para adaptar el ambiente del cultivo en tiempo real y también de cara a los días siguientes. También se cuenta con equipos para la determinación de fertirriego, que analizan la situación del suelo.
Además, cuenta con mecanismos para el control automático de plagas mediante visión artificial, así como sensores que estudian cómo realizar la fumigación para que resulte más eficaz y, al mismo tiempo, eficiente.
Este despliegue tecnológico viene a reforzar la agricultura bajo invernadero de la provincia de Almería, de forma que aproveche los avances de la tecnología digital y de los sistemas basados en la nube. Pero no solo eso, sino que abre un escenario nuevo, basado en los datos y en la información objetiva, que redundará también en un beneficio para el medio ambiente, en la medida en que reducirá tanto el gasto energético como el consumo de agua. Quizás se pueda hablar, al igual que en el caso de la industria, de una agricultura 4.0, una agricultura de precisión que permitirá a los agricultores anticiparse a la naturaleza y los problemas que hoy día pueden llevar al traste una cosecha.