Pedro Molina ha mantenido esta mañana una reunión con los miembros del Consejo de Estudiantes y representantes estudiantiles para explicarles en qué consistirá el Plan de Eficiencia que está preparando la UAL y que será aprobado por el Consejo de Gobierno de la institución antes de que finalice este mes. Molina ha explicado que mantener estos encuentros –esta semana se ha reunido primero con docentes e investigadores, ayer lo hizo con representantes del personal de administración y servicios y hoy con los estudiantes- tiene un único objetivo: que toda la comunidad universitaria tenga una información directa de las medidas que se van a tomar.
Molina ha explicado a los miembros del Consejo de Estudiantes la obligatoriedad de cumplir con dos decretos que afectarán al conjunto de las universidades. El primero, el Real Decreto-Ley de medidas urgentes en materia económica y presupuestaria, aprobado el pasado 30 de diciembre, y el segundo, el R.D. 14/2012, de 20 de abril de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo. El primero obligará a un ajuste de 2,2 millones de euros en la UAL en el capítulo 1 (el relativo al personal) y el segundo establece medidas de control del déficit, aumento de carga docente para los profesores titulares (que pasarán de dar 240 horas al año de clase a tener que impartir 320, es decir, un tercio más), y cambios en los precios públicos (tasas universitarias), así como recorte de las becas y modificación en los requisitos de acceso a las ayudas. Todo ello, ha explicado Molina, afectará a las universidades a partir del próximo curso. “Estamos en momentos de grandes dificultades y tenemos que echarle imaginación, pero también debemos actuar con sinceridad, autocrítica y responsabilidad”, ha dicho el rector.
A preguntas de los participantes en el encuentro, Pedro Molina ha destacado que todavía no se ha concretado hasta dónde llegará el previsible endurecimiento del acceso a las becas. Eso sí, ha dicho que existe la voluntad política de llegar “hasta dónde se pueda” en Andalucía para evitar que el impacto sea demasiado grande. Lo mismo pasa con las becas Erasmus, que verán reducido su montante económico en un 41% en los próximos Presupuestos Generales del Estado, lo que se traduce en 37 millones de euros menos para este programa.
El rector ha apuntado que también esto “está en el aire” hasta que no se aprueben los PGE y se conozcan las transferencias que recibirán las comunidades autónomas. Molina ha afirmado que, igualmente en este caso, hay “voluntad política” de mantener las becas Erasmus en Andalucía seis meses como hasta ahora, pero que deberá estudiarse la modificación de las condiciones de las becas para adaptar el baremo a los países de destino. “No es lo mismo estudiar en Francia que hacerlo en Bulgaria, el coste de la vida no es igual y consideramos que el baremo tiene que ser también distinto”, ha dicho.
Respecto a si las medidas que se están adoptando son definitivas o serán reversibles en cuanto la situación mejore, Pedro Molina ha apuntado que espera que estas sean “retornables” y “transitorias”. “En 2007 se tomaron una serie de decisiones que hoy, cinco años después y con una situación económica muy complicada, deben reconsiderarse”.
El rector ha destacado que el Plan de Eficiencia, que establecerá el número definitivo de departamentos (“tienen que adaptarse porque su estructura actual es obsoleta y se deben reordenar de acuerdo a criterios científicos para que beneficie a los estudiantes”) y de facultades (habrá algunas que deberán integrarse o fusionarse en otras), estará listo antes de que finalice este mes. Será entonces, ha dicho, cuando se den cuenta de todos estos cambios.
