La advertencia previa de que se podían herir sensibilidades con imágenes y palabras ha dado pie a mover la conciencia de los asistentes a una actividad cuya coordinadora, Esther Prados, ha definido como “un tesoro, un regalo” para los estudiantes. Nilofar Bayat, refugiada afgana en España, residente en Bilbao, donde juega en el Bedidiak de baloncesto en silla de ruedas, ha sido la capitana de la selección de su país hasta que tuvo que huir de los talibanes. Es abogada y su cuerpo cuenta más de treinta heridas de metralla. Antonio Pampliega es periodista especializado en conflictos bélicos armados y ha escrito diversos libros, el último con el título ‘Flores para Ariana’. Fue secuestrado durante 299 días en Siria por Al Qaeda. Ellos han abierto unas jornadas del máximo interés por acercar una realidad que se sabe que existe, y que a su vez es desconocida, a las aulas de la UAL.
Se componen, no obstante, de dos seminarios, el primero impartido por ambos protagonistas y el segundo por Cristina González, con titulo ‘Mujer, cáncer y ejercicio físico’, y una mesa redonda. Así lo ha explicado Esther Prados, que ha querido destacar la aportación para hacer realidad las jornadas de la Unidad de Igualdad de Género, cuya directora, Eva Díez, ha abierto el acto, así como la labor del Grupo Docente LabCorpoEDuca-M, en el que está integrada, como el artífice de un evento que ha emocionado. Esa era la intención, “esto va a remover algo más que los cuerpos -en referencia a las líneas de investigación del grupo-, y ese es el propósito, que cuando salgan de aquí la realidad sea otra cosa; la idea es acercar la realidad a la universidad y la universidad a la realidad, y esto es un ejemplo de cómo tenemos que entablar los diálogos y ‘perder el miedo’ a que perdemos clases, porque ganamos algo más que una clase”.
Se ha centrado en la figura de Nilofar Bayat, “resiliencia de carne, de hueso, de corazón…, la historia es terrible, es una mujer de superar y de afrontar y de tener esperanza, y eso es lo que cautiva”. Ha desvelado que esta iniciativa surgió de una entrevista en radio a Antonio Pampliega, en la que hizo referencia a Bayat: “Me informé rápidamente porque me quedé sobrecogida y conecté rápidamente lo que yo hago en investigación, que son historias de vida dentro del mundo de la educación y de la actividad física, y con esa capacidad, con esa energía que tiene al hablar con ella, tenía claro que esta mujer tenía que venir a la UAL”. De hecho, todo ha sido un confluir de paralelismos, también el seminario de Cristina González, formada en CCAFD en Londres, ya que está relacionado con el Proyecto EFICAN de la Universidad de Almería, basado en “historias de vida de mujeres con cáncer o que lo han superado, pero a las que quedan secuelas y la sociedad todavía no avanza en naturalizarlas”. Así, “es un regalo y un fluir”.
Antonio Pampliega ha sido el en encargado de introducir a Nilofar Bayat, y lo ha hecho con imágenes duras que han situado de manera cruda el contexto del que viene: “He venido a presentarla a través de una realidad que gracias a dios les es ajena a estos chavales, porque no tenemos una guerra en España y posiblemente no la veamos nunca, y mi trabajo es el que es, enseñar la vida y la guerra”. Esther Prados le pidió “que intentara abrir los ojos al alumnado, porque al final lo que yo hago sirve para remover conciencias”. En ese sentido, ha confesado irse satisfecho “si una de las personas que han venido sale de aquí con una mentalidad diferente a la que entró; es muy complicado, pero es necesario remover conciencias y que piensen, y que valoren lo que tienen”. A su juicio, que las universidades públicas apuesten por este tipo de charlas es extraordinario, es donde tendrían que apostar todas, porque la universidad tiene que pasar por ti y tú por la universidad, te tiene que servir para decir ‘hemos hecho algo que se valora más que las clases que tenga’”.
Sobre Nilofar ha dicho que “ha aguantado tres guerras, tiene en el cuerpo 32 heridas de metralla y 17 operaciones, y aun así, durante muchos años luchó por las mujeres de su país y no solo representándolas como capitana de la selección, sino como abogada”. Al llegar los talibanes el pasado verano “tuvo que huir porque su vida estaba en peligro”. Sencillamente, y de manera muy clara, la ha definido como “una persona a la que hay que escuchar”. Divulgadora científica, Bayat ha manifestado que “hay muchas cosas que transmitir, pero sobre todo el problema de derechos humanos que hay en Afganistán”.
En el ámbito concreto de los estudios del alumnado participante, ha detallado “cómo personalmente el deporte le cambió la vida a una chica que en su país jugaba al baloncesto”, refiriéndose a si misma, poniendo en valor cómo el deporte es importante para las generaciones futuras”. Como no, el evento igualmente ha tenido como finalidad “enseñar además los horrores de la guerra”. Se siente feliz en Bilbao, porque en definitiva el sentimiento por jugar es el mismo que tenía en Afganistán, aunque ha confesado algo natural: “Si hubiera una posibilidad de volver junto con sus compañeras, no se lo pensaría”. Eso sí, con tristeza ha dicho que “es muy difícil tener este tipo de esperanza, porque el mundo ha olvidado a Afganistán; es muy complicado que en un fututo cercano cambien las cosas allí y solo queda rezar”. En ese sentido, ha realizado un llamamiento, “es imposible si los afganos están solos”, a la vez que ha marcado una vía: “Ahora es diferente a cuando vinieron la primera vez, en la que los medios no podían acceder al país y el mundo no sabía lo que pasaba, además de que ahora tanto hombres como mujeres están educados de otro modo y son la voz de Afganistán; se han unido y siguen con sus manifestaciones y protestas para que el mundo no olvide a Afganistán”.