La sociedad en su conjunto necesita adquirir competencias matemáticas básicas para entender el mundo actual, un objetivo que pasa por un cambio de calado en la enseñanza que priorice el razonamiento. Esta fue una de las principales conclusiones del debate sobre La importancia de educar en matemáticas en la era digital, organizado por la Fundación Ramón Areces y la Real Sociedad Matemática Española (RSME), en el que Andreas Schleicher, director de Educación y Competencias de la OCDE, y Alejandro Tiana, secretario de Estado de Educación entre 2018 y 2022, aportaron su visión y recomendaciones sobre la orientación de la formación matemática.
“Las matemáticas son un verdadero lenguaje que todos debemos dominar”, aseguró Andreas Schleicher, quien lamentó que esta enseñanza siga métodos de hace 150 años basados en procedimientos, fórmulas o rutinas, lo que ha derivado en una desconexión con la vida diaria y una falta de interés entre las nuevas generaciones. “En España a los 15 años la mayoría odia ya las matemáticas, se han convertido en un mundo abstracto de fórmulas y en muy poco que se pueda aplicar”, advirtió el experto de la OCDE, quien aclaró que este problema se produce en casi todos los países.
“Si no podemos conectar el mundo de las matemáticas con el mundo real para los jóvenes hemos perdido el partido”, advirtió Schleicher, para quien una de las soluciones pasa por enfatizar menos la superficie del contenido matemático y hacer mucho hincapié en el razonamiento y la comprensión conceptual. “Las herramientas matemáticas no son tantas y lo bueno es que podemos enseñarlas de una forma bastante intuitiva y aplicada”, puntualizó.
Por su parte, Alejandro Tiana recordó que “la matemática es una materia que tiene sentido por sí misma, pero es un instrumento también para poder manejarnos en otros ámbitos y el digital es crucial”. Una ciencia, aclaró, decisiva en los “modos de pensamiento”, desde los procedimientos de indagación hasta la construcción y explicación de la realidad.
El que ha sido uno de los artífices de la elaboración de la LOE y de la actual LOMLOE reconoció que “España tiene una cultura escolar bastante tradicional”, por ejemplo, en contenidos muy extensos o en un trabajo excesivamente individualista del profesorado, cuestiones ambas ante las que defendió algunas de las medidas adoptadas en la última reforma educativa. En este punto, se refirió a cuestiones como la definición de los “perfiles de salida”, es decir, qué deberían haber conseguido los jóvenes al terminar la educación básica; el establecimiento de un marco curricular “menos reglamentista”, en el que prima la conexión de las diferentes asignaturas, o la formación e innovación entre el profesorado.
Una enseñanza basada en exámenes
Para Schleicher, el mayor problema reside en una enseñanza basada en exámenes. Hace 500 o 600 años, aseguró, “las matemáticas estaban basadas en proyectos, en conversación, en interacción, aprendizaje práctico; ahora lo hemos abstraído, no está ligado a la realidad”. Como ejemplo, expuso el caso de la región de Shanghai (China), donde “al 10% de los niños más pobres les va tan bien como al 10% más rico en los países europeos en términos matemáticos”. Y ello se debe a que “se centran en una idea, les piden que la examinen desde muchas perspectivas y crean grupos que compiten para buscar una solución, y todo tiene que ver con entender una idea matemática básica”.
Hay otros ejemplos de países como Estonia o Singapur, añadió, donde “el curríiculo es muy liviano, unos cuantos conceptos, ni siquiera les dicen a los profesores lo que tienen que hacer, sino lo que los estudiantes deben poder saber hacer”. “Sobreestimamos el poder del currículo, incluso el poder del examen”, sentenció el también creador y supervisor del informe PISA.
Schleicher consideró que el cambio de cultura en las aulas pasa por los profesores y Tiana coincidió en la necesidad de conceder un mayor espacio al profesorado y a los centros. “En España tenemos varias carencias que resolver. Una es el trabajo insuficientemente cooperativo del profesorado y otra es un trabajo escasamente autónomo del profesorado”, explicó, para luego defender que se han tomado también medidas para corregir esta tendencia.