Todas las culturas en todas las épocas han utilizado sustancias estupefacientes. Bien con un fin lúdico, espiritual o incluso médico, las drogas han acompañado a la civilización humana, y este descubrimiento realizado en Italia por un equipo en el que participa el CSIC lo confirma.
La Marmotta (Italia), uno de los primeros asentamientos neolíticos mejor conservados de Europa y que actualmente se encuentra bajo las aguas, ha sido el lugar donde se han identificado varias especies de plantas que pueden tener efecto psicoactivo y un uso terapéutico y estupefaciente. Los datos arrojados por el estudio interdisciplinar dan cuenta del modo de vida de hace más de 7.500 años.
“Hemos desarrollado un análisis global e interdisciplinar sobre tres de las mejores hoces conservadas, no sólo de La Marmotta, sino también de la arqueología en general. En el estudio hemos identificado las especies vegetales seleccionadas para la elaboración de los mangos, el compuesto utilizado para producir el pegamento con el que unir los dientes de sílex, la forma de tales dientes y el uso que se hizo de esas hoces”, explica Juan F. Gibaja, investigador del CSIC en la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma.
La información conseguida de polen y fitolitos (biomineralización vegetal) es única en la arqueología. Los investigadores han podido analizar varios instrumentos que reflejan el trabajo desarrollado en un campo de cereales de más de 7.500 años de antigüedad.
“Los arqueólogos excavan poblados, talleres, tumbas y, si los hay, edificios con una función política o de culto. Sin embargo, casi nunca llegan a identificar cómo eran los cultivos antiguos. Por eso la información presente en estas hoces fue tan importante y novedosa”, señala Gibaja.
La vida en el neolítico a partir de tres hoces
Los investigadores han podido identificar los materiales de los tres mangos, así como el pegamento que se usó. Además, han determinado que los dientes de las hoces estaban fabricados con unas variedades de sílex procedentes de los Apeninos y las minas de Gargano, que se encuentran a varios centenares de kilómetros de distancia de donde se encuentra el asentamiento.
El estudio también se fijó en las huellas dejadas en los mangos, que confirmaron que las hoces se utilizaron para cortar cereal doméstico, concretamente, según análisis microscópicos, para la recolección de cebada y trigo y para la eliminación de malas hierbas de los campos de cultivo.
Entre los granos de polen encontrados, a los investigadores les sorprendió encontrar plantas del género Oenathe. “Se trata de especies acuáticas, muy extendidas en el entorno lacustre del Bracciano, donde se encuentra hundido el asentamiento. Estas, especies, cuando se comen frescas y en pequeñas cantidades, pueden producir embriaguez”, explica Niccolò Mazzucco, investigador de la Università de Pisa. Aunque los investigadores apuntan que este polen pudo llegar después de que las hoces dejaran de usarse, no descartan la posibilidad de que estas herramientas también se emplearan para recolectar plantas destinadas a un uso terapéutico o estupefaciente. “La Marmotta es el yacimiento más antiguo de Europa con restos de opio doméstico, por lo que la presencia de especies con efecto psicoactivo no es algo extraño”, añade Mario Mineo, investigador del Museo della Civiltà Romana.