El Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) del CSIC forma parte del grupo internacional de personas expertas en biodiversidad, conservación y cambio climático, que ha publicado un trabajo en el que se proponen medidas para que, desde la Política Agraria Común (PAC), se promuevan acciones que detengan la pérdida de biodiversidad en los entornos agrarios.
El artículo se basa en un informe encargado por el comisario europeo de Agricultura a la comunidad científica, que incluye propuestas como involucrar al personal investigador con personas que trabajan en el campo o aumentar la inversión en el control de las medidas que se aplican en cada país para mejorar la salud de estos ecosistemas.
En el trabajo, publicado en la revista Conservation Letters, han colaborado más de 300 expertos de 23 países miembros de la Unión Europea, que han trabajado durante las últimas décadas para tratar de detener la crisis de la biodiversidad que sufre el campo europeo, sin perder de vista las necesidades del sector de la ganadería y la agricultura.
La PAC gestiona desde su creación, en 1962, la relación entre el sector agrícola y la sociedad en la UE. Entre sus objetivos se encuentra asegurar el suministro estable de alimentos, la lucha contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. “Sin embargo, está bien documentado que las medidas adoptadas no solo no han ayudado a detener la pérdida de biodiversidad en los entornos agrícolas, sino que la han fomentado”, afirma el investigador de la Universidad Autónoma de Madrid Manuel B. Morales, uno de los tres firmantes españoles del trabajo.
Medidas para proteger la biodiversidad
Algunas de las medidas clave que propone el grupo de expertos son la restauración de elementos naturales y pastizales, así como la mejora de la planificación espacial a nivel de paisaje en la que participen todos los grupos sociales implicados. “Si queremos que el Pacto Verde Europeo sea válido para la conservación de la biodiversidad, es imprescindible asignar suficiente presupuesto incentivando las mejoras en la gestión y aumentando los ingresos de quienes trabajan en el sector agrario, que actualmente reciben unos ingresos un 40% menores que los trabajadores de otros sectores”, reclama Elena D. Concepción, investigadora del MNCN.
Los autores señalan también la falta de coherencia generalizada entre los instrumentos de la PAC y las medidas que cada Estado implementa en sus territorios. En este sentido, reclaman una inversión mayor para controlar el efecto de las medidas en cada país, la transferencia del conocimiento y la creación de instituciones con capacidad para tomar medidas relevantes. Son aspectos claves para el desarrollo y evaluación continua de los Planes Estratégicos que deben guiar la aplicación de la nueva PAC en cada uno de los países miembros.
España ha enviado un primer borrador con sus propuestas para la PAC. El documento es público y ya ha recibido las críticas de la Comisión Europea, que ha destacado “su correcta estructura y objetivos aún mejorables en ambición, y las dudas de que pueda alcanzarlos plenamente si no se mejora la integración y coherencia de las medidas que incluye”.
Para el investigador del MNCN, Mario Díaz: “Aunque estas medidas pueden modificarse anualmente en función de los resultados obtenidos, es importante aplicar el conocimiento acumulado en las últimas décadas para detener la pérdida de biodiversidad europea antes de 2030”. Detener la pérdida de biodiversidad es uno de los principales objetivos de la nueva estrategia que se presentará a finales de junio y en la que se espera que la PAC juegue un papel destacado.
“En demasiadas ocasiones, las propuestas que se han hecho desde la ciencia para mitigar la pérdida de biodiversidad no han sido escuchadas. Esperamos que, ahora que la Unión Europea quiere liderar una forma de hacer política cuyo objetivo principal es la conservación y restauración de los sistemas naturales y seminaturales, lo haga involucrando al mundo de la ciencia y creando sinergias y compensaciones que cuenten con el compromiso de los agricultores”, apunta Díaz.
“En este sentido, es una magnífica señal que el Ministerio de Agricultura español esté desarrollando con el CSIC y otros agentes (Universidades, ONG) un convenio para el seguimiento del plan español”, concluye el investigador del MNCN, que es además coordinador de este convenio que se espera que dé comienzo en breve.