Nicolás Calvo y Savíns Puertas consiguen los premios a Investigadores Jóvenes Informáticos de 2021 y 2022, entregados por la Sociedad Científica Informática de España-Fundación BBVA, que ha entregado los galardones de estos dos últimos años.
Nicolás Calvo llegó al campus almeriense en el curso 2010/2011, perteneciente a la promoción que inició el Grado de Informática recién instaurado en el catálogo de titulaciones, y Savíns Puertas lo hizo en el 2011/2012 para cursar esos mismos estudios. Una década después, y también con un año de por medio, los dos han recibido un reconocimiento de la mayor relevancia nacional, que supone un orgullo para la Universidad de Almería.
No en vano, en esta universidad se han formado, cumpliendo paso a paso todo el recorrido académico completo, y conlleva un gran prestigio como institución que dos de sus talentos sean premiados de manera consecutiva en los años 2021 y 2022. Ambos son graduados, másteres y doctores en una UAL en la que han iniciado sus líneas de investigación, las cuales están extendiendo más allá de sus tesis doctorales. El Premio Nacional ‘Investigadores Jóvenes Informáticos’, otorgado por la Sociedad Científica Informática de España – Fundación BBVA, les ha reconocido sus aportaciones.
En ese sentido, se premia a los autores menores de 30 años cuyos trabajos sean los más innovadores y relevantes. De este modo, el más reciente, Savíns Puertas, que se encuentra actualmente en una estancia de investigación con el grupo ‘Quimioinformática’ de la Universidad de Sheffield gracias a una Ayuda Margarita Salas que completará en la UAL, ha sido premiado, según destaca el jurado, “por sus aportaciones excelentes en el campo de la computación de altas prestaciones, que han dado lugar al desarrollo de innovadoras técnicas que facilitan el diseño de nuevos fármacos, así como por su alto nivel de internacionalización”.
Su investigación se centra en el cribado virtual, una técnica que permite seleccionar los compuestos más similares a una molécula de referencia dentro de una base de datos que puede contener millones de ellos. De este modo, acelera el descubrimiento y desarrollo de medicamentos. Junto con Nicolás Calvo, forma parte del Grupo de Investigación TIC-146 ‘Supercomputación-Algoritmos’ de la Universidad de Almería, y los dos tienen a Pilar Martínez Ortigosa como principal mentora.
Puertas lo ha valorado como “una recompensa a todo el trabajo realizado desde 2016, un reconocimiento de que se ha hecho bien ese trabajo, aunque a veces la investigación es desagradecida, porque puedes ser muy bueno en tu campo, pero dependiendo de la temática puede resultar de interés o no”.
En su caso, “resultó difícil enfocar mi doctorado al desarrollo de fármacos siendo yo de Informática, pero esta decisión ha recogido ahora sus frutos bien con premios o con aportaciones a la sociedad”, ha dicho. No se esperaba ser galardonado tras un primer intento el año anterior: “Tenía esperanza porque la COVID-19 estaba muy presente y mi doctorado podía aportar soluciones a ello, pero no fui afortunado, y esta edición ya tenía la documentación preparada y solo tenía que actualizarla, así que no perdía nada, pero sin muchas ilusiones; el día 24 recibí la notificación y fue mi mayor alegría”. Se acordó de sus principales apoyos y de “las tres personas que escribieron una carta de apoyo a mi candidatura, Esther Martín, jefa de mi grupo de investigación, Carmelo Rodríguez, rector de la UAL, y Boglárka G.-Tóth, de la Universidad de Szeged, Hungría”.
Ha valorado de modo muy positivo su trayectoria en la Universidad de Almería: “El premio ha sido consecuencia de muchas cosas; en la UAL los profesores nos tratan casi como de la familia, y al sentirte feliz, quieres continuar; para el doctorado, ya necesitas financiación y ahí te das cuenta de que no porque sea una universidad joven o pequeña, no hay buenos grupos; gracias a ‘ Supercomputación y Algoritmos’ obtuve una beca FPU y después de terminar el doctorado conseguí un contrato de un año en el mismo grupo, aplicado sobre radioterapia, que también ha influido en la obtención del premio.
Nicolás Calvo, año 2021
En cuanto a Nicolás Calvo, también ha relatado su recorrido académico y sus inicios como investigador en la UAL: “Estudié el Grado en Ingeniería Informática, posteriormente el Máster en Ingeniería Informática; en paralelo, como mi Trabajo Fin de Grado ya había estado orientado a la investigación, fui contratado a tiempo parcial en el grupo ‘Supercomputación – Algoritmos’ bajo la dirección de la que había sido mi tutora, la doctora Pilar Martínez Ortigosa; seguí en esa línea para el Trabajo Fin de Máster y, finalmente, también solicité con éxito una beca FPU”.
Además, se ha mostrado muy agradecido a la Plataforma Solar de Almería y a las universidades de Granada y de Kent, “donde realicé estancias de investigación muy provechosas”, ha dicho de modo literal para añadir que sigue colaborando activamente con investigadores de la PSA actualmente disfruto de un contrato de tres años en la UGR a través de una PAIDI.
Ha reconocido que este premio ‘Investigadores Jóvenes Informáticos’ ha tenido un impacto positivo, “si no determinante”, en su carrera “al lograr mi contrato actual o la beca Juan de la Cierva, que finalmente decidí rechazar por el primero”, ha desvelado. A eso ha añadido que “la ceremonia y eventos relacionados son parte de los mejores momentos que recuerdo en toda mi vida, y es algo que me anima cuando las cosas no salen como se espera, lo que en investigación ocurre bastante”.
Su aportación es muy interesante: “La propuesta de métodos para hacer que las centrales solares de torre tengan diseños y ciclos de funcionamiento más eficientes”. Dicho de otra forma, ha intentado “contribuir a que la energía termosolar de concentración sea más atractiva si cabe, llegando a publicar también algunas herramientas de código abierto, el tema de mi tesis doctoral y el marco de las contribuciones que se valoraron en el certamen”, ha añadido.
Además, lleva adelante varias líneas de investigación más en “un área de estudio muy aplicable, pues siempre estamos interesados en maximizar, por ejemplo ganancias, y minimizar, como costes y errores, variables”. Su deseo respecto a la UAL, en relación a la repercusión del premio, lo tiene claro: “Quisiera que sirviera para hacer ver en toda España que tenemos mucho que aportar, que ser una universidad relativamente pequeña y reciente no nos quita valía; en mi caso, como en el de mi compañero Savíns, hemos sido completamente formados en la UAL, y los conocimientos y aptitudes adquiridas son lo que nos ha permitido desarrollar un trabajo digno de esta mención nacional”.