El término ‘ingeniero superior’ sigue provocando malestares entre las diferentes escuelas de Ingeniería Técnica, así lo ha hecho saber el Instituto de Graduados en Ingeniería e Ingenieros Técnicos de España (INGITE), a través de un manifiesto en el que han solicitado que se deje de utilizar la expresión para referirse a ellos.
El principal motivo que aduce INGITE para oponerse a la denominación ‘Ingenieros superiores’ son las connotaciones que derivan del adjetivo ‘superior’ que, tal y como se aclara en el manifiesto, implica la existencia de un inferior en el que, con la denominación actual, se ven reflejados los graduados universitarios en Ingeniería.
Los ingenieros han calificado como ‘supremacistas‘ las disquisiciones que han hecho del término un habitual en convocatorias, pliegos y concursos. Además, han hecho alusión a los ingenieros jóvenes que consideran anacrónicas las divisiones y las catalogaciones como esta, que solo sirven para generar rupturas y malestar.
En el manifiesto, además de mostrar su oposición a término desde un punto de vista ético, los ingenieros han defendido la ilegalidad del término ateniéndose a una ley que se aprobó el 4 de agosto del año 1970 en la que se suprimía el uso del sobrenombre ‘superior’ para referirse a los post-graduados en ingeniería.
Otras reclamaciones de IGNITE
Además de mostrar su firme oposición y su denuncia contra el uso de la expresión ‘Ingeniero superior’, el Instituto de Ingenieros técnicos ha expuesto su malestar por el trato que se le viene otorgando a su rama desde las entidades nacionales. Han comparado su situación propia con la de otras universidades de Ingeniería a nivel mundial como: MIT, Stanford, Oxford, ETH Zurich… En las que se ofrecen grados habilitantes en ingeniería de cuatro años, mientras que en España los mismos estudios se dilatan hasta los cinco o seis años.
El agravio comparativo entre la duración de las titulaciones en otras universidades mundiales y las de España provocan además que los recién graduados pierdan oportunidades y se incorporen de forma muy tardía al mercado laboral con respecto a los ingenieros de otros países.
Tras exponer estas problemáticas han vuelto a redundar en la denominación de ‘Ingenieros superiores’ y han denunciado que se valore a los ingenieros por sus títulos y no por sus conocimientos y aportaciones. Han defendido el valor de los titulados de grado y, a pesar de que en los másteres se amplían los conocimientos, han pedido que se pongan en valor también las titulaciones universitarias de grado.
A su manifiesto han adjuntado la ley en la que suprimió el término ‘superior’ para referirse a los postgraduados hace más de cuarenta años.