El Proyecto ANDARED, coordinado por la Universidad de Jaén (UJA), caracteriza la marcha de las personas adultas y mayores mediante la innovación con tecnologías portables.
Caminar regularmente mejora no solo la condición física, sino también la salud mental y el estado cognitivo de las personas mayores. Este es una de las conclusiones más relevantes obtenidas por el Proyecto ANDARED, que coordina la Universidad de Jaén (UJA) y en el que participan investigadores de otras universidades, que tiene como objetivos fundamentales caracterizar la marcha humana de personas adultas y mayores españolas en relación a diferentes indicadores relacionados con la salud y el envejecimiento.
Para desarrollar el proyecto se ha diseñado un estudio de carácter transversal y diversas intervenciones. En el estudio transversal y con una muestra de 388 participantes de entre 60 a 100 años, se han establecido los valores de referencia de los pasos diarios recorridos en relación con la edad y el sexo. Así, no se encontraron diferencias entre mujeres y hombres, pero sí existe un significativo efecto de la edad, en un intervalo de entre 10.000 a 5.000 pasos diarios entre los 60 a 100 años.
A su vez, el número de pasos diarios se asoció con diferentes variables relacionadas con la salud como la capacidad cardiorrespiratoria, la velocidad de la marcha, la fuerza de piernas, el riesgo cardiometabólico o la percepción del estado de salud. Además, se realizaron dos protocolos de entrenamiento de la marcha, uno de 8 semanas con 3 sesiones a la semana de 1 hora de marcha y otro de 6 semanas con 4 sesiones semanales de 1 a 2 horas, con actividades de marcha rápida, marcha con sobrecarga y desnivel o marcha con tareas cognitivas.
Aumento de la esperanza de vida y empeoramiento de la actividad física
Según el INE (2019) en España la esperanza de vida se sitúa en 80,9 años para los hombres y en 86,2 años para las mujeres. Esto conlleva una revolución demográfica que plantea nuevos desafíos en el ámbito de la salud, la sostenibilidad y la autonomía personal.
Recientemente, en un estudio realizado por el grupo de investigación HUM-790 ‘Actividad física y deportes’ de la UJA, del que es responsable Pedro Ángel Latorre, mediante el análisis de la encuesta nacional de salud realizada en población mayor de 2009 a 2017, se comprobó que las personas mayores españolas empeoraron sus niveles de actividad física y de percepción de su estado de salud y aumentaron sus niveles de enfermedad.
En este sentido, la inactividad se sitúa como responsable del 9% de la mortalidad prematura. Al eliminar la inactividad física, se estima que la esperanza de vida de la población mundial aumentará en 0,68 años. Según la OMS, en 2013, la inactividad física reportó entre 1-3% de los costes nacionales de cuidados de la salud. Por tanto, la promoción de la actividad física regular es una de las principales medidas no farmacéuticas para mejorar la salud de las personas.
“Caminar 1.000 pasos adicionales por día puede ayudar a reducir el riesgo de mortalidad por todas las causas y la morbilidad y mortalidad por enfermedades cardiovasculares en adultos. En este sentido, podemos decir que andar es el recurso más simple, económico, universal y que desde una perspectiva de salud pública se recomienda a las personas mayores para promocionar su salud”, indica Pedro A. Latorre.
Cada vez más en España, como en muchos países del entorno, la despoblación de áreas rurales, la falta de servicios adecuados y la presencia de personas mayores que no pueden acceder a servicios profesionales que permitan aplicar un programa de actividad física saludable, unido también a la categorización de los mayores en diferentes grupos de capacidad funcional, convierte a la marcha en la actividad física más sencilla, versátil y adaptable a cualquier persona y entorno, sin la necesidad de la presencia de un profesional, solo la de un asesor virtual que puede implementarse en un dispositivo portátil.