El grupo de investigación EITEFB de la Universidad de Castilla-La Mancha ha publicado el primer número del Observatorio de la PYME de Castilla-La Mancha, en el que se recogen los resultados del impacto económico de la crisis COVID-19 sobre la pequeña y mediana empresa durante 2021.
El grupo de investigación Estrategia, Innovación, Tecnología, Emprendimiento y Empresa Familiar de la Universidad de Castilla La Mancha (Strategy, Innovation, Technology, Entrepreneurship and Family Business SITEFB) ha publicado este número en el contexto de un estudio realizado a nivel nacional por la Fundación para el Análisis Estratégico y Desarrollo de la Pequeña y Mediana Empresa (FAEDPYME), en colaboración con la Consejería de Economía, Empresas y Empleo de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, el Consejo de Cámaras Oficiales de Comercio, Industria y Servicios de Castilla-La Mancha, la Confederación Regional de Empresarios de Castilla-La Mancha y la Fundación Globalcaja HXXII.
El objeto del estudio es servir de referencia a las instituciones, entidades, agentes económicos y responsables públicos que tienen que orientar actuaciones sobre el tejido empresarial y, en particular, sobre las pequeñas y medianas empresas, para mejorar su competitividad, facilitar la salida de la crisis y dinamizar la economía.
De este primer número del Observatorio se desprende que las ventas de las empresas se vieron reducidas en el 59,1 %, si bien el 20,9% las incrementó en relación con el año anterior. En cuanto a las ventas del segundo semestre de 2021 han sido mejores que los resultados del primero. “El 38,5% de las empresas realizó comercio electrónico y el 41,7% espera aumentar sus ventas en el futuro por este medio”, indican.
Este resultado también se manifiesta en el caso de aquellas que realizaron ventas en mercados internacionales, en el que dos de cada tres empresas se vieron afectadas negativamente como consecuencia de los efectos de la pandemia y también redujeron su presencia en mercados internacionales.
En términos globales, las empresas castellanomanchegas se han visto afectadas negativamente en todos los indicadores económicos y financieros (facturación, rentabilidad, productividad, inversión, deuda y liquidez) en mayor medida que la media nacional. Tal y como refleja el estudio, la mayoría de las pequeñas y medianas empresas han solicitado líneas de financiación a entidades de crédito, presentando una mayor necesidad de financiación que la media nacional y una menor capacidad de autofinanciación.
Si bien dos de cada tres empresas han logrado financiación en las mismas condiciones que en ocasiones anteriores, una de cada cuatro lo hizo en peores condiciones. La valoración de las condiciones en las que han conseguido dicha financiación (plazo, coste, garantías y comisiones) es similar a la media nacional.
“Las empresas de Castilla-La Mancha registran peores efectos o mayor impacto negativo que la media nacional en sus actividades con clientes y proveedores, en sus actividades operativas (mayores costes y menores ingresos) y en sus actividades de inversión y financiación”.
De otro lado, las empresas de la región indican que han realizado algún tipo de innovación en productos/servicios, en procesos o en gestión en mayor proporción que la media nacional, si bien valoran la importancia relativa del efecto de sus innovaciones sobre su competitividad en menor medida que la media nacional, y perciben su posicionamiento relativo respecto a sus competidores (eficiencia, calidad, ventas, satisfacción de los clientes, adaptación al cambio, clima laboral y rentabilidad) con valores similares a la media nacional.
Durante el presente mes de abril se inicia el estudio correspondiente a 2022 que, manteniendo las cuestiones básicas de la investigación, se centrará en digitalización y desarrollo sostenible en las pymes castellanomanchegas.
Perfil empresas castellanomanchegas
Sobre una muestra representativa de pequeñas y medianas empresas de la región, se presenta cuál ha sido la evolución de la actividad durante el periodo de pandemia (empleados, teletrabajo, ventas, etc.), qué consecuencias han tenido en indicadores principales (productividad, rentabilidad, inversión, endeudamiento, etc.), qué dificultades deben afrontar, qué expectativas y qué evolución es esperable.
El perfil de las pequeñas y medianas empresas castellanomanchegas indica que tienen una antigüedad media (32,1 años) superior a la nacional, se consideran empresas familiares (74,5%), el nivel de formación de la persona responsable del negocio es de estudios universitarios (57,8%) y están dirigidas mayoritariamente por hombres (71,5%).
Las empresas de la región son de menor dimensión media que las españolas. El 53,8% mantuvo su empleo y el 29,4% lo vio reducido. El 50,9% de las empresas se han acogido a un ERTE/ERE, viéndose afectado el 56,0% de sus empleados. El 12,9% de las plantillas han realizado teletrabajo durante la pandemia y las empresas contemplan su uso futuro en el 19,1% de los casos. Las expectativas de empleo señalan que el 57,5% esperaba mantenerlo y el 26,4% esperaba haberlo incrementado
finalizado 2021.