La Fundación Cajamar imparte un curso sobre la agricultura protegida almeriense especialmente centrado en el cultivo del pimiento picante. Se abre la puerta al intercambio empresarial y comercial entre empresas del sector almerienses y coreanas.
El curso desarrollado en las instalaciones de la Estación Experimental de la Fundación Cajamar bajo el título “Course of specialists in greenhouse horticultural crops” se ha impartido entre los día 3 y 7 de octubre. A él han asistido 14 profesionales con formaciones heterogéneas, desde estudiantes de agronomía, consultores de cultivos, técnicos de la administración coreana y profesores de la Universidad Nacional de Seúl con dedicación a la docencia y la investigación.
En el curso se han tratado aspectos generales del modelo almeriense, cuestiones relativas al manejo de diferentes cultivos, haciendo especial hincapié en el cultivo del pimiento, conceptos particulares y en profundidad sobre el riego, el manejo de las soluciones nutritivas e incluso gestión de los residuos vegetales. Durante el curso los alumnos han visitado un semillero, la empresa de producción de insectos Agrobío, la explotación de un productor de pimiento picante y el centro de comercialización AgrupaEjido.
Este grupo de especialistas ya ha visitado otros países, como Holanda. En cada una de las visitas analiza exhaustivamente las características de los diferentes sistemas productivos intentando extraer aplicaciones a sus procesos productivos. En particular en Almería les ha interesado sobremanera el manejo del riego y la fertilización, la gestión de los residuos vegetales, así como la práctica de control biológico y la comercialización.
El interés por el curso viene motivado por dos objetivos, por un lado la educación actual en Corea, que se está reformado para hacerla más práctica, y de otra parte, existe un interés gubernamental porque las explotaciones de pimiento picante, actualmente al aire libre, evolucionen hacia sistemas de cultivo protegido. Estos productores no disponen de medios económicos importantes para la transformación, por ese motivo el modelo almeriense puede ser un buen referente y punto de partida, abriéndose la puerta a servicios tecnológicos y empresariales por parte de empresas almerienses.