La exposición es el resultado de la investigación, y sobre todo la pasión, que estos dos artistas gráficos le han dedicado a la cultura egipcia. Un total de 31 dibujos hechos con acuarela, grafito y lápices de colores dan una visión contemporánea de las creencias de los egipcios, siempre desde el respeto estético que merece esta cultura.
La obra representa a los portainsignias de la escalera oeste de templo dedicado al dios Horus, en la ciudad egipcia de Edfú. El templo de Edfú es una construcción ptolemaica, que se comenzó a construir en el 237 a.C. por Ptolomeo III Euergetes. La finalización de la construcción y de la decoración tuvo lugar en el 57 a.C., durante el reinado de Ptolomeo XII Neo Dionisio.
Las imágenes de los sacerdotes portainsignias forman parte de una obra más amplia de relieves rehundidos que se extiende a lo largo de la cámara de las ofrendas y las escaleras oeste y este, representando la procesión anual de los dioses, el cortejo real y los sacerdotes, quince en la pared oeste y dieciséis en la pared este.
Rasgos especiales de los sacerdotes
Incluso considerando el gran interés de todas las imágenes del templo de Edfú, las figuras de los sacerdotes portainsingias presentan cualidades especiales: rasgos personalizados que sugieren la posibilidad de algún tipo de retrato, la extrema belleza del conjunto, etc. Y a partir de estos vestigios históricos y la curiosa equiparación de los bustos de los faraones con los retratos de los sacerdotes, Jódar y Marín han creado arte contemporáneo, afirma el periodista Gamal Nkruman, en el reportaje “Ellos y nosotros, sin embargo”. Quién además comenta que “las exquisitas obras de los artistas andaluces ofrecen una oportuna lección de amistad mediterránea”.
Los artistas han pretendido dibujar del natural las imágenes de los sacerdotes con tres principales propósitos: uno, analizar el proceso creativo que subyace a las figuras de los sacerdotes a través de la observación de los aspectos formales de cada uno y su discurso compositivo; dos, descubrir la expresividad y el especial naturalismo de las imágenes, a pesar de la rigidez de las normas que regulaban estas figuras; y tres, realizar un análisis gráfico comparativo entre las figuras de los sacerdotes portainsignias del tempo de Horus en Edfú y otras imágenes muy próximas, como por ejemplo en las escaleras del templo de Hator en Dendera, y, en general, la representación de la cabeza de los sacerdotes en el arte del antiguo Egipto.
Además, querían dibujar y pintar a partir de las figuras portainsignias para seguir avanzando en la representación de la figura humana y el concepto de movimiento en el arte contemporáneo, y para conformar a través del dibujo la herencia cultural como un elemento dinámico para las identidades sociales.