El proyecto AP-Waste, en el que participa la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, perfecciona un método para transformar residuos plásticos de la agricultura en humus de lombriz, de manera que se fomenta la economía circular del campo y se reduciría la huella de carbono agraria. Los estudios preliminares con lombrices criadas en la UMH indican que este proceso de descomposición natural podría aplicarse para obtener un fertilizante homologado por las autoridades que podría comercializarse.
El objetivo del proyecto AP-Waste, un grupo operativo creado por la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) y en el que participa el Grupo en Investigación Aplicada en Agroquímica y Medio Ambiente de la UMH, es Biodegradar de forma natural los plásticos utilizados en la agricultura a través del uso de insectos. Como explica el responsable del proyecto en la UMH, el investigador Raúl Moral, el uso de agroplásticos tiene múltiples beneficios para los agricultores, pero, si tras su uso no se recogen y procesan adecuadamente, se podrían generar residuos de difícil eliminación. En Europa existen 110.000 hectáreas de invernaderos y túneles plásticos destinados a la agricultura, la mitad de las cuales se encuentran en España. El proyecto AP-Waste tiene entre sus objetivos fomentar el incremento de la recogida y gestión de plásticos agrarios en un 50% hasta 2025. Además, según el equipo de trabajo, la recuperación de los plásticos contaminantes podría generar un volumen de negocio de 114 millones de euros para los agricultores en este periodo.
El papel de la UMH en este proyecto es conseguir que, del procesado de los residuos plásticos, surja un sustrato fértil. En cada fase del proceso, se añaden nutrientes y se eliminan los patógenos, de tal manera que el resultado final se pueda utilizar en la propia industria agrícola de forma segura. La biodegradación de los plásticos en el proyecto AP-Waste sigue una secuencia de tres pasos: en primer lugar, el plástico se da a comer al gusano de la harina (Tenebrio molitor), que es muy buen triturador. Posteriormente, se utiliza la mosca soldado negra (Hermetia ilucens) y, en un último paso, el sustrato con residuos plásticos será transformado por un tipo de lombriz criado en la UMH.
Como explica el profesor Moral, la lombriz roja de California o Eisenia foetida ya se ha utilizado con éxito en otros experimentos para biorremediar o restaurar suelos, como en el proyecto Life+ Regrow para recuperar suelo contaminado por residuos de la producción de aceite. La actuación de las lombrices de la UMH es clave en el proyecto AP-Waste, ya que el mucus que expulsan después de comer es el medio ideal para incrementar la actividad de las enzimas, las moléculas orgánicas que tienen la capacidad de romper los polímeros que forman las cadenas de plásticos.
Actualmente, el equipo de investigadores de la UMH está realizando un estudio de supervivencia con las lombrices para comprobar qué porcentaje de sustrato contaminado puede llegar a soportar y transformar en un recurso fértil. Según el profesor Moral, además de la presencia de plásticos, las lombrices deben enfrentarse a los restos dejados por otros insectos que intervienen en etapas anteriores. Por ejemplo, la quitina presente en los exoesqueletos de otros insectos tiene un efecto nematicida y podría matar a las lombrices. Éstas también son vulnerables a un exceso de nitrógeno o a la alta salinidad del suelo. Por estas características, se considera que las lombrices son un buen indicador medioambiental. Si se encuentran presentes, significa que el suelo no está demasiado contaminado o es, al menos, recuperable.
En el proyecto colaboran, además de la UMH, el sistema de recogida de envases agrarios (SIGFITO), el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC), el Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (ITENE) y Repsol. Por su parte, las empresas subcontratadas del proyecto son Asetaga, Proteinsecta e Iris Tecnology. El grupo operativo AP-Waste cuenta con una subvención del Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (FEADER) de 558.011,21 euros (100 % cofinanciación UE) y tiene una duración de dos años, que corresponde al periodo comprendido entre noviembre 2019 y julio 2021.