Investigadores de la Universidad de Murcia (UMU) forman parte de un estudio sobre las enfermedades inflamatorias crónicas de la piel, una de las más importantes es la psoriasis. Por este motivo, los investigadores analizaron algunas de las proteínas que están reguladas por la vitamina B6 de forma particular y encontraron dos que, además de estar relacionadas entre sí, son capaces de reducir mucho la inflamación.
“Esas dos proteínas son nuevas dianas terapéuticas que podrían ser interesantes para tratar la psoriasis”, señala el investigador de la UMU Victoriano Mulero.
El fin de este trabajo es conseguir la cura de enfermedad o ayudar a mejorarla, es decir, hacer que los brotes sean menos fuertes o que se pare en el tiempo.
La psoriasis afecta el 3% de la población
La psoriasis que afecta a un 3% de la población. La forma en que la enfermedad afecta varía según zonas y países. En Noruega se trata de un 10%. En España, Murcia es una de las ciudades que mayor porcentaje tiene con el 3%.
“Las causas no se tienen claras, por eso no hay tratamientos eficaces ni que curen, solo que ataquen a los síntomas. Se les da a los pacientes ese tratamiento y se espera a ver cuándo aparece un nuevo brote”, explica Mulero.
Los tratamientos de la psoriasis no van dirigidos a las causas de la enfermedad, porque en gran parte son desconocidas ya que es una enfermedad compleja con tratamientos muy caros y con bastantes efectos secundarios. Se necesita desarrollar nuevos tratamientos más baratos y con menos efectos. “Trabajamos en varias moléculas que pueden ser consideradas para tratar esta enfermedad y una de ellas es la vitamina B6, del grupo B”, destaca Francisco Juan Martínez, autor principal del artículo.
Vitamina B6 contra los efectos de la psoriasis
Las vitaminas, entre ellas la B6, sirven de reguladores en el cuerpo humano. “Lo que hicimos en una primera aproximación era medir en el suero de los pacientes esta vitamina B6 y ver si variaba antes y después de que se le dé tratamiento”, explica Raúl Corbalán, dermatólogo.
Los investigadores han trabajado en colaboración con el servicio de dermatología del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca (HCUVA). Allí es donde vieron que la vitamina B6 y algunas moléculas que derivan de ella están alteradas y eso correlaciona con la severidad de la enfermedad. “Podía servir como un biomarcador, es decir, una sustancia que nosotros medimos en el suero de los pacientes, como cuando te haces un análisis para saber la gravedad de la enfermedad”, destaca Diana García Moreno, codirectora del trabajo.
Después de este análisis, los investigadores desarrollan las enfermedades en modelos animales. En su caso, trabajan con el pez cebra porque es transparente y permite probar muchos tratamientos de forma sencilla y barata. De esta forma han comprobado que poniendo la vitamina B6 se reduce la inflamación en la piel.
En el cuerpo humano, más de 100 proteínas y enzimas necesitan o están reguladas por la vitamina B6. Su efecto es muy complejo y puede ser que a lo mejor se necesite que algunas de estas enzimas estén muy activas y otras menos.
Incertidumbre de la enfermedad
El problema de la psoriasis es que no se cura y el sistema inmunitario lo que intenta es curarla, por lo que siempre está activo. La consecuencia es que se produce más inflamación, por tanto, no la cura sino que la potencia. “Las enfermedades inflamatorias crónicas vienen porque el sistema inmunitario reacciona en exceso contra nuestro propio organismo, entonces es él mismo el que contribuye a aumentarla”, argumenta Mulero.
“Lo que se necesita en este tipo de enfermedades es inhibir el sistema inmunitario, si hay muchos neutrófilos tenemos que hacer que se produzcan menos porque lo que hacen es empeorar la enfermedad”, expone Mulero. En la psoriasis humana pasa esto, donde hay una lesión se llena de neutrófilos, ellos se activan, producen más sustancias que generan más inflamación.
Con el uso de la vitamina B6 la situación puede cambiar, pero no significa que vaya a curar la enfermedad. “Realmente no lo sabemos, el efecto es muy complejo. Habría que hacer un ensayo clínico y tener a pacientes con dosis normales de vitamina B6 y dosis por encima de lo recomendable para ver si tiene un efecto beneficioso”, señala Teresa Martínez, dermatóloga.
Cuando llegará la vitamina a pacientes
Los investigadores no saben a ciencia cierta cuándo podrán hacer este tipo de ensayo clínico en pacientes. Se estima que en torno a 10 años. La ventaja es que al utilizar el pez cebra han avanzado muy rápido y al trabajar con sustancias naturales no tendrían problema en dar la vitamina porque saben las dosis exactas. Se podría incluso tomar más vitamina B6 sin problema. Sin embargo, quieren llevar a cabo un ensayo clínico para asegurarse que quizá en 2 o 3 años podría estar realizándose.
Otra estrategia desempañada por los investigadores es el reposicionamiento con fármacos, es decir, un fármaco para tratar la depresión a lo mejor vale para la psoriasis. Por lo tanto, esos fármacos ya están aprobados para su uso en humanos. Se saben las dosis, se sabe la toxicidad, etc. Entonces el período se acorta, ya no son 10 años.
“Todos estos aspectos son interesantes porque estamos hablando de una enfermedad cuyos tratamientos actuales son relativamente agresivos, entonces cualquier cosa que pueda hacer que mejore es fantástico, aunque no llegue a curarla”, concluye Mulero.
Más información
La investigación deriva de la tesis que defendió Francisco Juan Martínez Navarro en diciembre de 2019 dentro del grupo Inmunidad, Inflamación y Cáncer de la Universidad de Murcia dirigido por Victoriano Mulero, catedrático de Biología Celular, que también pertenece al IMIB, el grupo de la doctora María Luisa Cayuela Fuentes y el servicio de dermatología del hospital universitario Virgen de la Arrixaca con dos dermatólogos y profesores asociados a la UMU, que son Raúl Corbalán Vélez y Teresa Martínez Menchón. Además, Diana García Moreno, codirectora del trabajo.