Un equipo de la Facultad de Ciencias Experimentales de la Universidad de Almería participa en un proyecto internacional GYPWORLD, para caracterizar los ambientes de yesos de todo el mundo.
Ambientes propios de climas áridos, donde la vida se sostiene sobre un equilibrio muy sensible. Tradicionalmente se ha vivido de espaldas a los ecosistemas asociados a yesos, considerados como auténticos secarrales desprovistos de vida interesante, a los que la población solamente se ha acercado para explotar su riqueza minera.
Sin embargo, un conjunto de estudios está demostrando que detrás de la imagen de terreno baldío, los entornos de yesos cuentan con una riqueza ambiental impresionante, con una masa vegetal muy particular, que ha desarrollado estrategias únicas para poder vivir con unas condiciones tan hostiles.
Nueva forma de entender los entornos de yesos
Esta nueva mirada sobre los espacios de yesos es la que domina Gypworld: A global initiative to understand gypsum ecosystem ecology, del que forma parte un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Experimentales de la Universidad de Almería.
Se trata de un proyecto internacional, de gran calado, en el que participan 18 instituciones de once países, con el que se pretende generar conocimiento nuevo sobre este tipo de ecosistemas basados en yesos que, a pesar de estar presentes por todo el planeta, todavía son unos desconocidos para la comunidad científica.
En el mundo, apenas hay estudios sobre estos espacios naturales, salvo los trabajos realizados de manera aislada en algunos países, entre los que destaca España, y más concretamente, Almería, en cuya universidad se han firmado algunos de las investigaciones de referencia sobre estos lugares y la restauración de canteras de yeso.
Estudios sobre ambientes de yesos de todo el mundo
De ahí que este proyecto internacional aspire a generar una serie de estudios sobre ambientes de yesos de todo el mundo, que permita profundizar en las relaciones ecológicas entre los diferentes elementos que lo integran, descubrir sus valores ambientales y conocer cómo se comporta ante la amenaza que supone el cambio climático.
Ayudarán a comprender mejor la capacidad los vegetales para vivir en suelos secos y pobres propios de estos ambientes. Y también, permitirán descubrir la capacidad de fitorremediación, es decir, reparación del terreno mediante vegetación, de algunas especies que viven estos entornos de yesos.
Este conocimiento permitirá plantear estrategias de restauración de la minería del yeso a cielo abierto, aspecto en el que tiene mucha importancia la trayectoria científica del grupo almeriense, ya que esta provincia es líder mundial en la producción de yeso y se cuenta con experiencia en el desarrollo de estrategias de recuperación ambiental.
Mecanismos de las interacciones de un ecosistema de yesos
La mirada es global, con el objetivo de conocer si los mecanismos e interacciones son los mismos en todos los ecosistemas yesosos del mundo. Se buscarán procesos globales propios de estos suelos, independientemente del origen evolutivo de sus floras y de los climas de las regiones en las que se encuentran estos ambientes.
De la misma manera, en el marco de este proyecto, que tiene su horizonte en 2021, se pretende profundizar en la evolución de su flora, entre la que se encuentran especies que solamente viven en estos entornos de yeso.
Plantas con una raíz ‘escayolada’
Con GYPWORLD se están descubriendo aspectos poco conocidos de la vegetación de estos entornos, considerados por los expertos como islas ambientales, con unas condiciones de vida realmente complicadas y donde solamente un grupo reducido de plantas pueden prosperar.
El ambiente de yesos es especialmente seco, y eso a pesar de que este mineral cuenta con dos moléculas de agua en su composición química.
“Las plantas encuentran muchas dificultades para vivir en un ambiente de yesos, porque el agua está poco disponible y no solo eso, sino que estos suelos dificultan el desarrollo de las raíces. Es como si las plantas vivieran con una raíz escayolada”, explica el investigador de la Facultad de Ciencias Experimentales de la Universidad de Almería, Juan Mota, cuyo equipo de investigación es pionero en el estudio de estos ambientes y el desarrollo de estrategias de recuperación ambiental de canteras de yesos.
Un ejemplo de adaptación
Juan Mota defiende el valor de estos ecosistemas porque representan un ejemplo de adaptación casi único. Permiten observar cómo las plantas desarrollan habilidades para obtener los pocos nutrientes que estos entornos pueden proporcionar, y acceder a la poca agua disponible en estos lugares.
“Los botánicos siempre los hemos visto muy interesantes, porque hay muchas especies que son exclusivas, endémicas de este tipo de ambientes. Y esa endemicidad tiene que ver con que estos sistemas funcionan como islas. Ese aislamiento ha promovido procesos de especialización y, por tanto, son entornos fantásticos para estudiar la evolución de las especies”, argumenta Juan Mota.
Cambio climático y entornos de yesos
Los trabajos sobre la vegetación de ambientes de yeso de este proyecto se centran en caracterizar la diversidad de las plantas y líquenes que habitan en estos entornos; en realizar análisis filogenéticos moleculares, para profundizar en el origen y evolución de esta flora; y también se llevan a cabo estudios fisiológicos, para entender los mecanismos de adaptación de la vegetación a estos entornos hostiles.
Otra parte importante del proyecto Gypworld aborda el impacto del cambio global y de los cambios de uso del suelo en este tipo de ecosistemas. En España existen datos de cómo la fragmentación de los hábitats de yeso incrementa la vulnerabilidad de la flora ante el cambio climático. Y lo que más preocupa a los investigadores de este proyecto y quieren cambiar, la percepción de que se trata de terrenos baldíos que no merece la pena preservar, una idea muy alejada de la realidad, tal y como está demostrando este proyecto internacional, financiado con 724.000 euros por la Unión Europea. Un aspecto en el que ya ha trabajado el equipo de la Universidad de Almería en colaboración con centros educativos, y que traslada a también a Gypworld.
Además, el proyecto tendrá su broche final con un congreso internacional en 2021, que se celebrará en la Universidad de Almería y que abordarán en la restauración de canteras de yeso, un ámbito en el que la Universidad de Almería es una referencia internacional.
Inventario mundial de flora asociada a los yesos
El trabajo realizado durante años por el equipo que lidera Juan Mota Poveda, responsable del grupo de investigación Biología de la Conservación, ha servido de aval para que los investigadores de la Facultad de Ciencias Experimentales almeriense sean los encargados de elaborar un inventario mundial de la flora asociada a estos ambientes.
Un catálogo que se acompañará de un mapa con la distribución de los afloramientos de yeso del mundo, en los que se encuentra flora endémica ligada a este mineral.
Esta labor les está llevando por entornos de yesos de todo el mundo. De hecho, este mismo mes, parte del equipo se encuentra en Australia, donde está analizando sobre el terreno la diversidad vegetal y los equilibrios de los ecosistemas de yesos de esa zona.
Según explican estos investigadores, los afloramientos de yeso se extienden por más de 70 países, y en 52 de ellos existen especies vegetales íntimamente ligadas a suelos yesíferos, las llamadas plantas gipsófilas. Se ha estimado que unas mil especies vegetales crecen exclusivamente en estos ambientes.
Con Gypworld se espera conocer más estos ambientes, auténticas islas ecológicas, a las que hasta ahora se miraba casi con desprecio, pero que están resultando muy interesantes, casi tanto como el potencial que su conocimiento representa para el desarrollo de aplicaciones para sectores como el de la agricultura o la restauración ambiental.
CONDICIONES EXTREMAS PARA LAS PLANTAS
Los entornos de yesos se reconocen a simple vista. Destacan por tener una vegetación escasa, dispersa y de un tamaño algo menor de lo normal. Son ambientes muy hostiles para el desarrollo de la vida vegetal y solamente un conjunto de especies han desarrollado técnicas para sobrevivir en ellos.
Las yeseras se caracterizan por su aridez extrema y también porque dificultan que las raíces de las plantas puedan obtener el agua y los nutrientes que necesitan. Además, a esto hay que sumarle su extremada pobreza en nutrientes esenciales para la vegetación, con carencias importantes de nitrógeno y fósforo. Su fragilidad es enorme y sufren las consecuencias del cambio climático, tal y como ha comprobado el equipo de Juan Mota en Almería, que en los últimos años, debido a la sequía, está registrando un deterioro de la población vegetal de estos espacios.
Los ecosistemas de yesos se formaron a partir de acumulaciones sedimentarias, en la mayoría de los casos, procedentes de antiguos entornos marinos. Y en estos tiempos tienen que sobrevivir con las agresiones provocadas por el cambio climático, la minería de yeso y la agricultura, ya que este terreno se transforma radicalmente cuando se riega.