Investigadores de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche concluyen que la calidad ambiental de las aulas de educación infantil y primaria se puede mejorar sustancialmente mediante la filtración y la limpieza del aire. Además, recomiendan el uso de materiales de construcción y mobiliario de bajas emisiones. El objetivo principal del estudio en el que han participado los profesores de la UMH Manuel Jordán Vidal y África Martínez Poveda es comparar los valores de partículas sólidas presentes en el aire dentro y fuera del aula, donde los niños pasan la mayor parte del día.
Los niveles de PM10 (partículas de 10 micrómetros o menos de diámetro) y su composición química se estudiaron dentro del aula y al aire libre en siete centros de educación primaria de la provincia de Castellón, en un área con un importante núcleo industrial, dedicado a la cerámica. Tres de las escuelas se encuentran en entornos urbanos, otras tres en industriales y una en entorno rural.
El estudio de la UMH indica que las características de los edificios influyen más en la concentración de contaminantes que la ubicación de la escuela. Por ejemplo, los niveles más elevados de boro se encontraron en una de las aulas de entorno rural. Factores como la ventilación, la orientación, la distribución de las calles, la higiene y el número de alumnos influyen más en el tipo de elementos químicos que se pueden encontrar dentro de las aulas. El estudio advierte además que, si bien la ventilación natural favorece, en general, la reducción de partículas en el interior, puede haber casos en los que la orientación del edificio aumente la entrada de partículas por el aire. Los investigadores de la UMH recomiendan el uso de materiales de construcción y mobiliario de bajas emisiones, así como el filtrado y la limpieza del aire en las aulas infantiles.
El estudio, publicado en agosto en la revista Heliyon, concluye que las concentraciones de contaminantes analizados eran siempre superiores dentro del aula. Los investigadores han encontrado niveles medios de boro de hasta 1,8 mg/m3 o niveles de plomo de 0,9 mg/m3. Asimismo, obtuvieron niveles medios de 43,4 μg/m3 de aniones de nitrato (NO3 –). Estos resultados indican que hay fuentes de contaminación dentro del aula, que pueden venir de los procesos de limpieza u otras fuentes de metales tóxicos. Por otro lado, se obtuvo una muestra en una escuela mientras se estaban realizando obras en el exterior, en la que observaron un aumento significativo en la concentración de partículas en el interior de las aulas.
Como indican los investigadores de la UMH, los niños tienen ciertas características que los hacen más susceptibles a la contaminación del aire que los adultos. Por un lado, su frecuencia respiratoria es mayor; además, los sistemas respiratorios de niños menores de cinco años no están completamente desarrollados y su sistema inmunológico no está maduro. Las partículas analizadas se asocian con problemas respiratorios como insuficiencia pulmonar, asma, bronquitis, sinusitis y arritmias cardíacas.
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https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2405844019359304?via%3Dihub