La Consejería de Empleo, Universidades, Empresa y Medio Ambiente ha elaborado los Planes de Gestión Forestal Sostenible de 174 montes públicos, que cubren la práctica totalidad de estos espacios de la Región. A su vez, contemplan planes especiales con actuaciones concretas que permitirán proteger hasta 112.000 hectáreas de superficies forestales frente a la desertificación.
El objetivo principal de la planificación forestal es garantizar la persistencia y estabilidad de las cubiertas forestales a largo plazo, por lo que las actuaciones incluidas en lod Planes de Gestión Forestal se desarrollarán a lo largo de los próximos 15 años y estarán encaminadas, entre otros fines, a mantener cubiertas forestales que garanticen la protección del suelo a largo plazo, aumentar la disponibilidad de agua en el suelo, mantener la fertilidad de los suelos forestales, reducir el riesgo de incendios forestales o conservar la biodiversidad.
A lo largo de este año está previsto llevar a cabo actuaciones de clareo y saneo, mejora de caminos y eliminación de residuos vegetales procedentes de árboles secos y moribundos por efectos de plagas y de la sequía en unas 500 hectáreas de áreas como el Cabezo Alto de Paulina, Pila del Caballo y Montangel, en el término municipal de Ojós; en la Sierra de Ricote y en otros montes de la Región de Murcia.
Además, se realizarán mejoras en unas 100 hectáreas de la masa vegetal regenerada tras el incendio que tuvo lugar en el año 1994 en los montes públicos de Salmerón y Collado Buendía, en el término municipal de Moratalla.
El consejero de Empleo, Universidades, Empresa y Medio Ambiente en funciones, Javier Celdrán, expuso algunas de las líneas principales de esta planificación forestal coincidiendo con el Día Mundial para Combatir la Desertificación y la Sequía.
Celdrán señaló que la lucha contra la desertificación y la sequía es, debido a las particulares condiciones ambientales de la Región, “una preocupación histórica que exige un esfuerzo constante de planificación y gestión y que se ha trasladado al ámbito forestal, donde se aborda a través de herramientas como la Estrategia Forestal de la Región de Murcia o el Plan de Acción Forestal, dotado con 80 millones de euros para mantener la buena salud de los bosques y facilitar así que sea la propia naturaleza la que contribuya a mitigar los efectos del cambio climático”.
En este sentido, el consejero de Medio Ambiente recordó el importante papel que desempeña en la lucha contra la desertificación un sector estratégico en la Región como la agricultura, “que fomenta el mantenimiento de las cubiertas vegetales y evita la erosión y la pérdida de suelo. Y aquí tenemos que reivindicar la importancia de una infraestructura básica para la supervivencia de la agricultura como es el trasvase Tajo-Segura, que a lo largo de 40 años ha contribuido, junto con la investigación y el desarrollo de la tecnología agraria, a convertir una zona árida en una zona extremadamente fértil que es, a día de hoy, la huerta de Europa”.
Planes específicos y medidas concretas
En cuanto a los planes específicos, integrados en los Planes de Gestión Forestal y diseñados desde la Dirección General de Medio Natural, figuran el plan especial de mejora selvícola, que garantiza la persistencia y estabilidad de las masas forestales como mecanismo de protección del suelo, que facilita a su vez la retención e infiltración del agua; el plan especial de adaptación basada en los ecosistemas, que asegura la protección del suelo mediante la generación de estratos de vegetación forestal, o el plan especial de mitigación del riesgo forestal.
El plan especial de restauración hidrológica, conservación de suelos y gestión forestal del agua, por su parte, incluye actuaciones para evitar la erosión, a la vez que incorpora la gestión forestal de captación de agua en los suelos forestales en un escenario de cambio climático. Otro de los planes específicos incluidos en esta herramienta de planificación y gestión sostenible es el de prevención de daños abióticos y bióticos, donde se articulan las actuaciones previstas en caso de daños por fenómenos meteorológicos, plagas o enfermedades.
Entre las medidas concretas que se incluyen en los Planes de Gestión Forestal figuran el realce de los pies de la masa forestal; trabajos de clareo o la eliminación de residuos, desbroce de matorral y eliminación de restos vegetales; la prospección sanitaria de las masas forestales; el seguimiento poblacional de plagas y enfermedades; la gestión de los efectos causados por el cambio climático o la puesta en marcha de investigaciones científicas y el desarrollo técnico en materia de sanidad forestal; plantaciones y actuaciones de diversificación de formaciones arbóreas y de hábitat o medidas destinadas a reducir el potencial erosivo de las escorrentías, evitar la colmatación de embalses o de otros cauces, reducir el riesgo de inundación o favorecer la infiltración de agua, como la construcción de diques.