En los últimos días, en Ruanda se han confirmado cerca de una treintena infecciones y nueve fallecimientos por el virus de marburgo, en lo que ya se conoce como el tercer brote más importante de este virus hasta la fecha. La preocupación crece en África, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera el riesgo global como bajo y no ha detectado casos importados a Europa, tras considerar como falsa alarma dos infecciones en Bélgica y Alemania. No obstante, recomienda no bajar la guardia frente a este virus, que tiene una tasa de mortalidad del 88% y para el que no existen tratamientos ni vacunas. Pero, qué se sabe de el virus de marburgo y de las fiebres que provoca.
El virus de marburgo tiene su origen en los murciélagos, por lo que se trata de otra zoonosis. Es un filovirus, de la misma familia que el virus del ébola. Es altamente peligroso, debido a su potencial para generar brotes y epidemias, así como por su tasa de mortalidad elevada, que alcanza el 88% de los casos. El período de incubación varía entre los dos y 21 días. Los síntomas comienzan de forma abrupta con fiebre alta, dolor de cabeza severo y malestar intenso. Otros síntomas incluyen diarrea acuosa severa, dolor abdominal, calambres, náuseas y vómitos.
Cómo se contagia el virus de marburgo
Una vez que el virus entra en una población humana a través de su salto desde un murciélago infectado, se propaga entre personas mediante contacto directo con la sangre, secreciones, órganos y otros fluidos corporales. Las superficies y materiales, como la ropa y las sábanas, también pueden ser fuente de contagio.
A esto hay que sumar el riesgo que corren los trabajadores sanitarios que tratan a los pacientes, así como el peligro que suponen las ceremonias funerarias que implican un contacto directo con los cuerpos. Por su parte, las autoridades ruandesas han reducido el tamaño de los funerales para evitar que se extienda el brote.
¿Hay motivos para preocuparse?
La realidad es que las características biológicas de estos virus, con una altísima mortalidad pero muy mala capacidad de transmisión entre humanos, explican que nunca se haya producido un brote fuera de África más allá de casos puntuales, la mayoría importados o relacionados con incidentes de laboratorio. Lo que sí puede darse es que se activen protocolos por viajeros con síntomas procedentes de países afectados.
El cine y la literatura han pintado una imagen terrorífica de los filovirus a través de películas como Estallido —basada en el controvertido libro The Hot Zone—. Esto hace que cuando se producen brotes y epidemias en África se tema por la expansión de estos patógenos a Occidente. Un ejemplo fue durante la epidemia de ébola de 2013-2016, cuando se produjeron unos pocos casos fuera del continente, el más conocido en España, el de la enfermera que cuidó a un misionero fallecido.
Qué está pasando en África
El 27 de septiembre de 2024, el Ministerio de Salud de Ruanda anunció la confirmación de un caso de enfermedad por el virus de marburgo. Se trataba de la primera vez que se detectaba el virus en este país. Hasta el 29 de septiembre se han reportado 27 casos y nueve fallecimientos en siete de los 30 distritos del país. Más del 70 % de las infecciones ha tenido lugar en trabajadores de salud de dos centros de salud en Kigali y se está llevando a cabo el rastreo de 300 contactos.
Se desconoce el origen del brote en Ruanda, pero estos suelen comenzar cuando una persona entra en contacto con un murciélago infectado del género Rousettus.
¿Podría afectar a más países dentro y fuera del continente africano?
Según la OMS, el riesgo del brote es “muy alto” a nivel nacional, “alto” a nivel regional y “bajo” a nivel global. En otras palabras, hay preocupación por su extensión en Ruanda y países vecinos, pero no se teme que el virus llegue a países lejanos.
El riesgo de que se extienda a países vecinos es especialmente alto, dado que las zonas de Ruanda afectadas están en la frontera con República Democrática del Congo, Tanzania y Uganda. La posible importación de casos desde Ruanda a Bélgica y Alemania ha saltado a los medios esta semana, pero ambas alertas han sido falsas alarmas.