El nóctulo grande de Doñana es uno de los murciélagos de mayor tamaño y también se encuentra entre las especies de esta familia más amenazadas de Europa. A sus dificultades para mantener su población en el entorno, ahora se le suma la presión de una rapaz, que está reduciendo las poblaciones de este tipo de murciélago de forma alarmante, según ha comprobado un equipo científico del CSIC en la Estación Biológica de Doñana.
Este tipo de murciélago representa una parte muy pequeña de la dieta de estas aves, sin embargo, en el espacio natural de Doñana, la población de nóctulos se está viendo reducida sensiblemente por este factor, según se publica en un artículo publicado en la revista Royal Society Open Science.
Qué rapaz está aniquilando a los murciélagos más grandes de Europa
El ave que está mermando, o incluso aniquilando, a la población de este tipo de murciélagos es el cárabo, un búho que se alimenta de mamíferos de pequeño tamaño, entre ellos, los nóctulos. Lo que los investigadores no tienen del todo claro es cómo esta especie de búho es capaz de atrapar a los murciélagos en la oscuridad, mamíferos voladores caracterizados por una gran agilidad.
Las investigaciones previas que se han realizado acerca de los comportamientos antipredatorios por parte de los murciélagos, como el cambio de refugio, han ofrecido resultados equívocos.
Qué índice de mortalidad de murciélagos está causada por los cárabos
Se calculó que la depredación por cárabos representaba entre el 30% y el 40% de la mortalidad de nóctulos en el lugar de estudio. Para llevar a cabo este estudio, el equipo ha analizado más de seis meses de grabaciones de vídeos de cajas artificiales para murciélagos utilizadas como refugios diurnos por una pequeña colonia de nóctulos grandes de la Reserva Biológica de Doñana. En la colonia estudiada, la mayoría de los nóctulos llevaban también transpondedores integrados pasivos (PIT-tags), que permitían registrar los movimientos de los murciélagos entre los refugios.
Analizando las imágenes, descubrieron que los cárabos intentaban cazar a los murciélagos la mayoría de las noches. Observaron, además, que se posaban sobre todo en los refugios o cerca de ellos, desde donde o bien intentaban capturar desde el aire a los murciélagos que se acercaban, o bien emprendían una persecución detrás de los murciélagos.
A pesar de su frecuente presencia cerca de los refugios, los cárabos capturaron muy pocos murciélagos, por lo que se estimó que los murciélagos constituirían una proporción muy pequeña de la dieta de los búhos. Sin embargo, contrariamente a la hipótesis previa y a pesar de la presencia regular de los cárabos cerca de los refugios, los murciélagos no cambiaron de refugio en su respuesta.
Por qué los murciélagos no eluden el riesgo que representan los cárabos
Los investigadores se preguntan por qué los murciélagos, conscientes del peligro que representan estos búhos, no los evitan. Sostienen que se debe a que la “la falta de refugios alternativos” puede haber contribuido a ser presa fácil de estas rapaces nocturnas.
“Aunque no podemos descartar la posibilidad de que los murciélagos no fueran conscientes del riesgo de depredación, parece muy improbable que no fueran capaces de detectar a los búhos posados y moviéndose encima de sus refugios”, afirma Carlos Ibáñez, jefe del grupo de investigación sobre murciélagos de la Estación Biológica de Doñana – CSIC.
De hecho, debido a la deforestación y a la falta de grandes árboles viejos con agujeros de pájaro carpintero, que suelen servir de refugios naturales para los nóctulos grandes, en muchas zonas del sur de España, muy deforestadas, los nóctulos grandes dependen de refugios en árboles exóticos de parques urbanos, como el famoso Parque de María Luisa de Sevilla, o de cajas-refugio para murciélagos, como ocurre en el Parque Nacional de Doñana.
Qué impacto tiene la depredación natural sobre la población de nóctulos grandes
“Nuestro estudio demuestra que incluso una depredación natural de baja intensidad puede tener un impacto significativo, especialmente en poblaciones de murciélagos pequeñas, locales o aisladas, sobre todo teniendo en cuenta la muy baja natalidad de estos animales, una cría al año por hembra adulta”, informa Ibáñez.
“Nuestra hipótesis es que la baja disponibilidad de refugios también puede afectar a la capacidad de los murciélagos para escapar de la depresación cambiando de refugio. En tal caso, incluso la depredación natural podría tener un impacto excesivo en las poblaciones de murciélagos e incluso moldear la distribución de las especies de murciélagos, especialmente en el caso de especies muy raras con presencia local, como el nóctulo grande, que además están amenazadas por la pérdida de hábitat, la deforestación y el desarrollo insostenible de la energía eólica”, añade.
Los autores del estudio sostienen que sus hallazgos pueden ayudar a comprender la distribución de los murciélagos y a informar sobre su conservación. Los resultados del estudio sugieren que incluso la depredación natural puede convertirse en una amenaza para la conservación de especies raras cuando éstas se ven también limitadas por la pérdida antropogénica de hábitat y la falta de lugares de cría.