Un grupo de la UMU obtiene un millón de euros para estudiar la miocardiopatía hipertrófica

La miocardiopatía hipertrófica es una enfermedad genética hereditaria, relativamente frecuente, produce como consecuencia insuficiencia cardiaca y complicaciones arrítmicas.

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Los investigadores del grupo de Cardiogenética de la Universidad de Murcia (UMU) y el Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB), María Sabater y Juan Ramón Gimeno, obtienen un millón de euros dentro de la convocatoria CaixaResearch para mejorar el diagnóstico y tratamiento de la miocardiopatia hipertrófica, una enfermedad cardiaca hereditaria que afecta a una de cada 500 personas.

María Sabater Molina, Jesus Wagih Gomez, Angel Bernabé García, abajo: Juan Ramon Gimeno y Serena Munteanu, del grupo de investigación en Cardiogenética de la Universidad de Murcia.

Esta investigación, que se encuentra encuadrada dentro de un consorcio que lidera el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC) en el que también participa el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), se convierte en uno de los 33 proyectos de investigación biomédica y de salud seleccionados por la Fundación “la Caixa” entre los 493 solicitados. Este es el único financiado en esta convocatoria en el que participa un grupo de la Región de Murcia.

Las tres instituciones se encargarán en los próximos tres años de detectar nuevas causas genéticas asociadas a un engrosamiento del músculo cardíaco.

Qué es la miocardiopatía hipertrófica

La miocardiopatía hipertrófica es una enfermedad genética hereditaria, relativamente frecuente, produce como consecuencia insuficiencia cardiaca y complicaciones arrítmicas. “Se conoce desde hace tiempo una serie de genes que albergan mutaciones que justifican el desarrollo de la enfermedad. A pesar de que el primer gen asociado se describió en 1990, en el 40% de las familias con esta enfermedad no encontramos la causa genética cuando buscamos en los genes del sarcómero, es decir, que el problema no está en la estructura contráctil de las células cardiacas” resalta María Sabater, profesora del Departamento de Medicina Legal de la UMU.

Aunque cuentan con herramientas tecnológicas muy potentes para secuenciar todos los genes de una persona, siguen existiendo limitaciones en el análisis de los resultados que se obtienen. “La realidad es que los avances del diagnóstico genético en esta enfermedad se han estancado. No conseguimos identificar nuevos genes y no damos contestación a un porcentaje importante de pacientes y familias”, completa Juan Ramón Gimeno, del Departamento de Medicina Interna de la UMU.

Qué enfoque se empleará en esta investigación

En esta ocasión emplearán un enfoque novedoso: “la búsqueda en todo el genoma, sin selección preconcebida de zonas candidatas, un estudio de secuenciación muy extenso y en profundidad, con el análisis posterior con ayuda de la inteligencia artificial y el modelado en cultivos celulares y animales de experimentación”, explica Sabater.

Para lograrlo se analizarán muestras de diez familias numerosas, informativas, afectadas por la enfermedad en la Región de Murcia, identificadas por los investigadores de la UMU, que no presentan mutaciones en los genes sarcoméricos. El CNIC, por su parte, pondrá la experiencia y la tecnología para la realización de estudios de exomas, para el análisis e identificación de nuevas regiones genéticas y nuevos genes.

Cuál es el objetivo final de este estudio de la microcardiopatía hipertrófica

El objetivo final del proyecto es profundizar en el conocimiento de las bases genéticas y de los mecanismos de producción de la enfermedad, con la idea de identificar dianas terapéuticas. “Estamos en la era de la medicina personalizada y es ahora más importante que nunca conocer las causas de la enfermedad para facilitar el desarrollo de tratamientos individualizados, en particular de las enfermedades de origen genético”, concluye Gimeno.

Actualmente están evaluando las familias candidatas en el Hospital Clinico Universitario Virgen de la Arrixaca y procesando las muestras en el Laboratorio de Cardiogenética del IMIB en el Campus de Ciencias de la Salud que dirige la profesora María Sabater