Un estudio sobre la erupción de La Palma da nuevas pistas para prever y gestionar los riesgos volcánicos

La erupción del volcán de La Palma en 2021 fue una auténtica tragedia para quienes vieron todo lo que tenían sepultado bajo la lava. Sin embargo, este fenómeno, seguido y analizado en directo ha abierto un conjunto de oportunidades desde el punto de vista científico que, entre otros avances, permitirá prever y gestionar los riesgos volcánicos mejor.

La profesora titular del departamento de Mineralogía y Petrología de la Universidad de Granada, Jane H. Scarrow, ha estudiado la evolución de la composición del magma bajo el volcán Tajogaite a lo largo del tiempo y la manera en que los procesos en el sistema magmático influyeron en la progresión de la erupción. 

Los resultados del estudio han permitido presentar un modelo petrológico detallado e integrado de la erupción, ofreciendo además una visión de los procesos magmáticos que iniciaron, mantuvieron y pusieron fin a la actividad volcánica en la superficie. 

Qué nuevas pistas sobre el riesgo volcánico ha ofrecido el estudio de la erupción de La Palma

Para la profesora Jane H. Scarrow, «la visión detallada del comportamiento del magma no sólo mejora nuestra comprensión de la actividad volcánica, sino que también pone de relieve cómo los datos petrológicos obtenidos en tiempo casi real podrían mejorar la monitorización de erupciones y las estrategias de gestión de riesgos, contribuyendo a la protección de las comunidades de los peligros volcánicos».

El trabajo de investigación se ha centrado en el análisis de lava y ceniza volcánica, muestreadas a lo largo de la erupción para estudiar los cambios en su composición y rastrear así las transformaciones en el sistema magmático. 

Tres etapas principales de la erupción

Los resultados obtenidos han revelado tres etapas principales de la erupción: una inicial de variabilidad, debida a la mezcla de magmas, una segunda fase de transición hacia un magma más primitivo y uniforme procedente de fuentes más profundas, y una última etapa marcada por el cierre del suministro de magma derivado del manto profundo

Esa etapa final incluye una indicación de cese de la actividad volcánica dos semanas antes de la terminación de la erupción, que los investigadores han podido identificar también en los datos de otras erupciones recientes acontecidas en Hawaii e Islandia.

Conocer los datos petrológicos para reducir el riesgo 

La estrecha correlación de los cambios de la composición del magma con las señales de monitoreo geofísicas y geoquímicas indica que si los datos petrológicos de composición de las rocas hubieran estado disponibles en tiempo casi real, podrían haberse utilizado para contribuir a una comprensión determinista multidisciplinar del fin de la erupción. Para Jane H. Scarrow, estos resultados «ponen de relieve la importancia de los datos petrológicos para comprender mejor la dinámica del magma durante las erupciones, con el fin de mejorar las estrategias de mitigación del riesgo volcánico».