Posiblemente hayas pensado que las personas migrantes tienen más problemas a la hora de alquilar una vivienda y que los arrendatarios miran la nacionalidad antes de elegir a su inquilino. Pues estás en lo cierto, porque un estudio realizado en la Universidad de Alicante ha comprobado que existe discriminación hacia los inmigrantes que buscan alquilar un piso.
La investigación ha estado coordinada por la profesora de Lingüística María del Carmen Méndez Santos, y se ha basado en 288 llamadas telefónicas a anuncios de alquiler de pisos por mujeres de diferentes nacionalidad.
La investigación ha dado como resultado el artículo «Análisis de la discriminación por perfilado lingüístico durante la atención telefónica para acceder a la vivienda de alquiler en España» en el que ha participado, además, el profesor de la Universidad de Nebrija, Jon Andoni Duñabeitia.
Cómo se produce la discriminación
En esta investigación se ha constatado que la discriminación se produce cuando el arrendatario identifica que la persona interesada en alquilar su vivienda tiene acento extranjero. Para realizar el estudio la profesora, junto a siete de sus alumnas, representaron el mismo personaje ficticio al realizar las llamadas: una mujer, funcionaria, profesora de inglés. Cada una de estas personas, de origen diferente y con marcado acento, hicieron 36 llamadas, 6 por cada ciudad, 3 a pisos caros y 3 a pisos baratos. Éstas se realizaron entre marzo y mayo de 2023 a ofertas que aparecían en los principales portales de alquiler del país
Las llamadas fueron realizadas a tres ciudades con un alto nivel de turismo y residente extranjeros, según los datos del Instituto Nacional de Estadística ( Madrid, Barcelona y Alicante) y a otras tres menos turísticas como son Cáceres, Vigo y Gijón; y las realizaron Amina Khiari (acento arabófono), Efithia Dimario (acento germanoparlante), Emma Pölkki (acento finlandés), Francesca Carofiglio (acento italiano), Lisandra EspírituSanto (acento dominicano), Miyuna Komura (acento japonés), Claudia Casal (acento autóctono) y María Méndez (acento autóctono).
Como señala María del Carmen Méndez, según la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea una de las principales causas de discriminación para el acceso a la vivienda, junto con el aspecto físico o las condiciones económicas, es el origen (real o imaginado) de una persona. Esto ocurre porque los hablantes tienen una conciencia sociolingüística por la que asocian ciertos rasgos, usos, vocabulario, etc. a una comunidad determinada. Cuando este conocimiento se emplea para clasificar a una persona según sus rasgos de habla se conoce como ‘perfil lingüístico’.
Cuál era la reacción cuando llamaba una persona sin acento extranjero
«Cuando yo llamaba a mí no me hacían preguntas y se mostraban muy dispuestos a que visitara el piso, nada que ver con lo que ocurría cuando la llamada la hacían las estudiantes con un acento no europeo a las que lo primero que le preguntaban era si tenían nómina», cuenta la profesora, quien explica que los resultados muestran que no hay apenas diferencia entre nativas de español de diferentes variedades o de nacionalidades europeas a la hora de acceder a oportunidades de visitar un piso, pero que, sin embargo, las llamantes arabófona y japonesa sí que tuvieron menos oportunidades y peor calidad de atención en las llamadas.
«Además, se detecta un efecto negativo para las hablantes no nativas, las personas tenían menos paciencia con las personas cuyas formas de hablar eran codificadas claramente como extranjeras», cuenta la investigadora.
De este modo, el estudio constata que existe una discriminación por perfilado lingüístico ya que se presuponen unas características a la persona hablante en función de cómo se habla, basándose en subjetividades y no en datos reales sobre su capacidad económica o adquisitiva. Las conclusiones del estudio son tajantes: «Estamos claramente ante un caso de discriminación. Sea como fuere y aceptando lo que todas las sociedades avanzadas aceptan que son los Derechos Universales promulgados por la ONU, esta situación no es tolerable, debe ser denunciada y la sociedad sensibilizada. Un país que se considere a sí mismo moderno no puede ni debe presentar actitudes denigrantes, supremacistas y xenófobas como estas».